Eritrea, ol¨ªmpica en Espa?a
Tadesse, el atleta que gan¨® el bronce en los 10.000 metros de los et¨ªopes Bekele y Sihine, vive, se entrena y se cuida en Madrid
En su laboratorio de fisiolog¨ªa, Alejandro Luc¨ªa empez¨® hace unos a?os a estudiar a un grupo de atletas eritreos que hab¨ªan desembarcado en Madrid en funci¨®n de un acuerdo entre la federaci¨®n de Eritrea, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de ?frica, y una m¨¢nager espa?ola. Los atletas, un grupo de siete u ocho, acud¨ªan al laboratorio, un tapiz continuo, m¨¢scaras para medir el intercambio de gases, an¨¢lisis en busca del gen de la eficiencia atl¨¦tica, entre carrera y carrera de cross en Espa?a. Porque de eso viven en invierno: de correr cada fin de semana en pruebas de campo a trav¨¦s del inmenso calendario espa?ol. Un 15% para el m¨¢nager, un 25% para Hacienda y 2.000 euros al bolsillo por prueba. Despu¨¦s, cada cierto tiempo, vuelven a Eritrea, al altiplano que les separa y les une a Etiop¨ªa, a entrenarse en altura. Entre ellos, viviendo en la avenida de Valladolid, muy cerca de la federaci¨®n espa?ola, en Madrid, entren¨¢ndose con Jer¨®nimo Bravo en las pistas de Vallehermoso, est¨¢ Zersenay Tadesse, el atleta vestido de rojo que rompi¨® la espl¨¦ndida monoton¨ªa et¨ªope en los 10.000 metros del viernes consiguiendo la medalla de bronce.
Tadesse, de 22 a?os, es amable y educado, pero apenas sabe castellano y s¨®lo chapurrea el ingl¨¦s. Tampoco es muy expresivo a la hora de hablar de su vida en Espa?a, de su formaci¨®n atl¨¦tica, del hambre en Eritrea, de la guerra con Etiop¨ªa, de su valor, de sus amores... S¨®lo hace clara una proclama de paz. "Etiop¨ªa y Eritrea somos vecinos y amigos. Por eso me he alegrado de que Etiop¨ªa venza", dice. Eritrea se desgaj¨® de Etiop¨ªa en 1993 despu¨¦s de una sangrienta guerra de independencia. En 2000, Etiop¨ªa invadi¨® Eritrea e inici¨® una guerra que cost¨® vidas, cosechas y hambre. Se lleg¨® a un alto el fuego, pero a¨²n no est¨¢ firmada la paz. Contingentes de Naciones Unidas se establecieron en Eritrea para vigilar la paz.
Eritrea es la franja de tierra que separa Etiop¨ªa del mar Rojo. La mitad, longitudinalmente hablando, est¨¢ a nivel de mar y es puro desierto; en la otra mitad llueve, hay valles y cosechas, reba?os. Es la mitad del altiplano, una peque?a franja del Rift Valley; es la altura que comparten con Etiop¨ªa. De esa mitad, de cerca de la capital, Asmara, es Tadesse, cristiano copto, de la etnia tigrigna, la predominante en Eritrea, 1,60 metros, 50 kilos. "Un verdadero nativo de la altura", dice Luc¨ªa, catedr¨¢tico de la Universidad Europea de Madrid; "una persona que ha sido concebida, que ha nacido y que ha vivido a cerca de 3.000 metros de altura".
En Madrid, Tadesse y sus compa?eros han descubierto la vida urbana, las pistas sint¨¦ticas en las que efect¨²an entrenamientos no muy alejados de los que practican sus colegas espa?oles. "No son nada del otro mundo entrenando", dice Jes¨²s Oliv¨¢n, que fue saltador de longitud y ha trabajado en una tesis sobre el atletismo; "hacen, por ejemplo, ochomiles con minuto y medio de intervalo en 2m 31s, 2m 32s, el tiempo que puede hacer un atleta de 27 y pico el 10.000 o de 13 y poco el 5.000". Tambi¨¦n disfrutan de una atenci¨®n impensable en su pa¨ªs: "En Eritrea nunca se les hab¨ªa hecho ecocardiogramas o an¨¢lisis y aqu¨ª a uno le detectaron una comunicaci¨®n interventricular. Es ligera y puede seguir practicando el atletismo. Pero, si hubiera nacido en un pa¨ªs rico, quiz¨¢s no se lo habr¨ªan permitido".
En Madrid se han hecho atletas verdaderos. Han dado espacio de expresi¨®n a sus genes. "Fisiol¨®gicamente, son muy parecidos a los et¨ªopes, que son m¨¢s bajos, menos longil¨ªneos que los kenianos, pero tienen m¨¢s musculatura en las piernas y gemelos definidos", explica Luc¨ªa; "tambi¨¦n son m¨¢s europeos en que tienen un alto consumo de ox¨ªgeno, superior a 80, y generan m¨¢s lactato y amonio que los kenianos, que basan en ello su eficiencia".
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