M¨²sica de siempre, m¨²sica de hoy
CL?SICA-EL PA?S ofrece a partir del pr¨®ximo domingo una selecci¨®n de 50 disco-libros
EL PA?S inicia el pr¨®ximo domingo un recorrido en 50 etapas por el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica, desde el canto gregoriano al R¨¦quiem de Gy?rgy Ligeti. Bajo el t¨ªtulo CL?SICA-EL PA?S, se trata de una colecci¨®n de disco-libros dirigida a los que quieran acercarse por primera vez al universo del arte musical a trav¨¦s de sus m¨¢s grandes creadores, pero tambi¨¦n a los que pretendan disponer de una colecci¨®n seleccionada con mimo de obras maestras de todos los periodos de la historia de la m¨²sica. En suma, est¨¢ enfocada al lector no especializado en m¨²sica, lo que no va a impedir que los aficionados expertos se encuentren con m¨¢s de una sorpresa, bien por las obras elegidas, bien por los int¨¦rpretes. Los disco-libros van a ir apareciendo los lunes, martes y mi¨¦rcoles al precio de 2,95 euros al comprar un ejemplar del diario. Y como chupinazo de salida, EL PA?S regalar¨¢ al adquirir un ejemplar del domingo 12 de septiembre el primer volumen de la colecci¨®n. Ser¨¢ uno de los dos dedicados a Johann Sebastian Bach, el compositor en el que se re¨²nen el pasado, el presente y el futuro de la m¨²sica. En fin, ser¨¢ todo un viaje por la historia de la mejor m¨²sica cl¨¢sica. La invitaci¨®n al viaje, emulando el t¨ªtulo de una hermosa canci¨®n francesa de Henri Duparc sobre unos versos de Baudelaire, est¨¢ lanzada. Al final del recorrido el lector no s¨®lo ver¨¢ el mundo de una manera m¨¢s rica. Tambi¨¦n lo escuchar¨¢.
El lector no s¨®lo ver¨¢ el mundo de una manera m¨¢s rica; tambi¨¦n lo escuchar¨¢
Varios de los discos son de edici¨®n exclusiva al mezclarse obras de diversos registros
El criterio de partida para la selecci¨®n de discos es la consideraci¨®n de que toda la m¨²sica a nuestro alcance, sea cual sea el periodo en que se haya compuesto, es m¨²sica actual por el mero hecho de que se est¨¢ escuchando hoy. A los Mozart, Beethoven, Alb¨¦niz y Stravinski los escuchamos con nuestros o¨ªdos, no con los de nuestros antepasados. Pero los escuchamos a trav¨¦s de unos int¨¦rpretes determinados, cuyos modos de acercarse a los compositores var¨ªan con el paso del tiempo, con lo que una historia de la interpretaci¨®n es paralela a la historia de la creaci¨®n.
Se ha optado en esta colecci¨®n por simultanear puntos de vista distanciados. Y as¨ª grandes patriarcas de la interpretaci¨®n musical como Furtw?ngler, Knappertsbuch, Kubelik o Fischer-Dieskau conviven con figuras de las ¨²ltimas generaciones como, pongamos por caso, Uri Caine, La Venexiana, Caf¨¦ Zimmermann, Christian Zacharias o Jos¨¦ Miguel Moreno. El juego de lecturas tan contrastadas de las obras permitir¨¢ a los seguidores de esta serie moverse en un abanico de posibilidades tan amplio como sugerente. En Wagner, por ejemplo, se tendr¨¢n dos discos: uno desde la ortodoxia oficiante del gran director Hans Knappertsbuch en la d¨¦cada de los cincuenta y otro de anteayer pr¨¢cticamente, con las mismas o parecidas oberturas a ritmo casi de jazz, contempladas por Uri Caine en un caf¨¦ veneciano. Incluso la procedencia geogr¨¢fica es saludable y as¨ª en Bach, por poner otro ejemplo, un disco con cantatas se ve desde la ¨®ptica japonesa de Masaaki Suzuki y otro de conciertos y suites con la perspectiva de un grupo franc¨¦s liderado por un concertino argentino.
Con estas premisas es hora ya de decir que los autores b¨¢sicos, los siete magn¨ªficos de la serie, con un par de discos cada uno, son Vivaldi, H?ndel, Bach, Mozart, Beethoven, Schubert y Wagner. No se contempla la ¨®pera en esta ocasi¨®n. De Espa?a est¨¢n representados Tom¨¢s Luis de Victoria, Arriaga, Alb¨¦niz y Falla. Y del siglo XX, todos los grandes de la primera mitad, desde Bart¨®k a Stravinski, m¨¢s, entre los vivos, Ligeti. El barroco y el romanticismo tienen, en cualquier caso, un porcentaje elevado de autores en la distribuci¨®n global. Y hay joyitas para el placer del descubrimiento, como las Sonatas del Rosario, de Biber, o las obras para piano de Faur¨¦, con el espa?ol Esteban S¨¢nchez, quien por cierto tambi¨¦n se ocupa de Alb¨¦niz.
En el viaje sonoro el lector-oyente que siga la colecci¨®n se va a sentir bien arropado, pues en los libros de m¨¢s de cincuenta p¨¢ginas que acompa?an a los discos encontrar¨¢, adem¨¢s de ilustraciones de ¨¦poca, una introducci¨®n y un fondo documental en cada disco alrededor del autor y sus obras elegidas. Entre los articulistas figuran los cr¨ªticos y comentaristas musicales de este peri¨®dico, desde luego, pero tambi¨¦n escritores familiares en estas p¨¢ginas como Rafael Argullol, F¨¦lix de Az¨²a, Antonio Mu?oz Molina o Vicente Molina Foix, o invitados especiales como Jos¨¦ Luis T¨¦llez, Jacobo Cortines, Xavier Elzo o Blas Matamoro, entre otros.
La coordinaci¨®n de la colecci¨®n se ha hecho con la distribuidora discogr¨¢fica Diverdi, que agrupa a m¨¢s de sesenta sellos diferentes, de los cuales se han utilizado algunos tan relevantes como Orfeo, Testament, Supraphon, Bis, Glossa, Wergo, Alpha, Tahra, Winter&Winter, Zigzag, Arts, Ensayo, MDG, Naive, Harmonic, BMC, Enchiriadis, Arcana y Dynamic. Esta variedad de fuentes acent¨²a el despliegue de criterios interpretativos diversos. Diverdi tiene adem¨¢s una revista de discos -que ellos llaman modestamente bolet¨ªn- de mucho prestigio en el sector de la m¨²sica cl¨¢sica, con un plantel de colaboradores de enjundia, que ha sido incorporado masivamente a la documentaci¨®n del proyecto. Tambi¨¦n ha seguido con escrupuloso control el nivel de calidad de las grabaciones.
En algunos casos se han incorporado discos completos ya editados. En otros se han mezclado obras de varios registros, en funci¨®n de que el producto final sea m¨¢s atractivo desde un punto de vista divulgativo. Por ello, aviso para coleccionistas, varios discos son de edici¨®n exclusiva. La llamada de la m¨²sica cl¨¢sica puede llegar en un momento u otro de la vida de cada uno. Espa?a no tiene un nivel educativo en este campo que garantice un conocimiento general de cierto fuste. Se ha evitado en esta colecci¨®n un planteamiento exclusivamente did¨¢ctico y se ha optado por una opci¨®n placentera, en primer lugar, y de conocimiento con perspectiva global como conclusi¨®n. Como ejemplo, los cuatro primeros n¨²meros ser¨¢n: Bach, conciertos para varios instrumentos, con Caf¨¦ Zimmermann, en el sello Alpha; Beethoven, Novena sinfon¨ªa, con Wilhelm Furtw?ngler el 22 de agosto de 1954 en Lucerna, tres meses y unos d¨ªas antes de su muerte, en el sello Tahra; Chopin, con los Estudios opus 10, Baladas y Gran polonesa, con el joven pianista ingl¨¦s Freddy Kempf, en el sello Bis, y Dvor¨¢k, Sinfon¨ªa del Nuevo Mundo y Serenata para instrumentos de cuerda, con Rafael Kubelik y la Orquesta Sinf¨®nica de la Radio de Baviera, en el sello Orfeo. Bien, pues es s¨®lo el comienzo.
Babelia
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