Dos estadounidenses y un brit¨¢nico son secuestrados en su domicilio de Bagdad
Los occidentales fueron capturados por hombres armados en el barrio diplom¨¢tico
Un grupo de hombres armados entr¨® ayer en una casa del c¨¦ntrico barrio Al Mansur, uno de los m¨¢s distinguidos de Bagdad, y se llev¨® a dos estadounidenses y un brit¨¢nico. La operaci¨®n fue muy r¨¢pida y no se efectuaron disparos. Los secuestradores huyeron en un minib¨²s. Seg¨²n el Ministerio de Interior iraqu¨ª se trata de un trabajo profesional, similar al realizado la semana pasada en el caso de las cooperantes italianas Simona Torreta y Simona Pari. La vivienda, de dos pisos, con las ventanas enrejadas, no contaba con protecci¨®n armada; se trataba de nuevo de un blanco f¨¢cil.
Este nuevo incidente -cuando a¨²n no se tienen noticias ciertas de la suerte de las italianas y de los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, capturados el 20 de agosto en Latifiya, a 30 kil¨®metros al sur de la capital-, a?ade inquietud entre la reducida comunidad extranjera, que se siente blanco de la insurgencia. Tambi¨¦n demuestra el descontrol que existe en Irak dos meses y medio despu¨¦s del llamado traspaso de soberan¨ªa al Gobierno interino. Esa insurgencia, que est¨¢ agazapada dentro de Bagdad, como lo demostr¨® el tiroteo de tres horas del domingo en la calle Haifa, es cada vez m¨¢s sofisticada y audaz. Enfrente tiene unas tropas estadounidenses desmoralizadas que apenas patrullan fuera de sus fortines (situados muchos en los palacios de Sadam), un peque?o Ej¨¦rcito iraqu¨ª (s¨®lo cinco divisiones) mal equipado y entrenado en cursillos acelerados y un calendario pol¨ªtico que depende de las urgencias electorales de la Casa Blanca. Pero la consigna, a pesar del desastre notorio, no se altera: "Todo va viento en popa", dijeron diplom¨¢ticos norteamericanos en una reuni¨®n de embajadores. "S¨ª, pero hacia el precipicio", corrigi¨® un europeo.
Los tres secuestrados de ayer eran civiles que trabajaban para una empresa de construcci¨®n con sede en Oriente Pr¨®ximo llamada Al Jalich. Un vecino los describe como j¨®venes educados y afables que celebraban demasiadas fiestas, lo que no les ayudaba a pasar inadvertidos. Un capit¨¢n de la polic¨ªa, queriendo corroborar esa tesis, mostr¨® a los periodistas ropa interior femenina sacada de la casa.
Vida suspendida
Los testigos no se pusieron de acuerdo sobre el n¨²mero de asaltantes; unos dec¨ªan 10; otros, que el doble. ?stos les esperaron en el jard¨ªn y despu¨¦s se lanzaron sobre ellos. Los extranjeros hab¨ªan recibido tres amenazas previas, pero no tomaron medidas: la vivienda estaba protegida por un ¨²nico guarda desarmado. El aparato de aire acondicionado segu¨ªa en marcha horas despu¨¦s del secuestro, produciendo una extra?a sensaci¨®n de vida suspendida.
La Embajada brit¨¢nica convoc¨® una reuni¨®n de embajadores para tratar el asunto. "La recomendaci¨®n es que los extranjeros salgan de Irak. Todos somos objetivo por el hecho de ser occidentales; no est¨¢n a salvo ni los pa¨ªses que carecen de tropas en el terreno", dijo una fuente diplom¨¢tica.
Esta campa?a de secuestros, que se agudiz¨® en abril, ha afectado a m¨¢s de 100 extranjeros, la mayor¨ªa conductores de camiones, y ha logrado paralizar el transporte en la autopista 10, que une Bagdad con la frontera jordana (tras circular junto a las peligrosas Faluya y Ramadi). Numerosas empresas han suspendido su actividad en Irak. La reconstrucci¨®n es un fiasco tal que EE UU ha desviado 3,4 millones de d¨®lares destinados a mejorar los sistemas de agua y electricidad para seguridad y protecci¨®n de oleoductos.
Un 75% de esos secuestros han terminado con la liberaci¨®n de los rehenes, a menudo tras el pago de fuertes cantidades de dinero. En el caso de los occidentales, la variedad de siglas que se adjudican la acci¨®n suelen incluir peticiones pol¨ªticas maximalistas, como exigir la retirada de las tropas. El Reino Unido es el segundo contribuyente en soldados (8.000) a las fuerzas multinacionales detr¨¢s de EE UU. A esa cifra no se a?aden los cientos de iraqu¨ªes que son secuestrados por mafias para extorsionar a sus familias.
Al Mansur es un barrio elegante repleto de embajadas y empresas extranjeras de segundo nivel. Las legaciones est¨¢n protegidas por una sucesi¨®n de grandes muros de hormig¨®n, garitas de tiro, sacos terreros y guardas armados. No parece un pa¨ªs liberado; es una zona de guerra. Las representaciones m¨¢s importantes, como la de EE UU (y varias de las empresas de ese pa¨ªs), tienen su sede en la en teor¨ªa protegid¨ªsima zona verde. S¨®lo es una teor¨ªa, pues ayer descubrieron, junto a una de sus entradas principales, un potente coche bomba cargado con 400 kilos que no lleg¨® a explosionar. S¨ª lo hizo un artefacto colocado en la calle comercial Saad¨²n. Tres iraqu¨ªes resultaron muertos. Y un grupo insurgente colg¨® ayer en una web islamista un v¨ªdeo en el que se muestra la decapitaci¨®n de tres conductores, cuyos cuerpos mutilados podr¨ªan ser los que se descubrieron el mi¨¦rcoles al norte de Bagdad. ?ste es el mayor logro de la ocupaci¨®n: ha conseguido democratizar el miedo.
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