Palabras infinitas, n¨²meros exactos
Si es verdad que toda novela cuenta en el fondo la historia de un viaje, la ¨®pera prima del brit¨¢nico Mark Haddon cuenta en realidad la historia de tres viajes. El primero es un viaje hacia la verdad y el orden: hacia la verdad sobre la muerte violenta de un perro llamado Wellington y hacia el restablecimiento del orden anterior a esa muerte. El segundo es un viaje interior, una exploraci¨®n de la complejidad emocional y mental de Christopher, un adolescente dotado de una facilidad extraordinaria para la l¨®gica y la matem¨¢tica, pero afectado por severos trastornos de personalidad. Y el tercero es un viaje f¨ªsico, el que Christopher realiza desde la peque?a poblaci¨®n de Swindon hasta Londres huyendo de todo aquello que ha descubierto
EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE
Mark Haddon.
Traducci¨®n de Patricia Ant¨®n
Salamandra
Barcelona, 2004
270 p¨¢ginas. 14 euros
El planteamiento inicial tiene mucho de parodia de las novelas de detectives. Tenemos un caso, pero es s¨®lo la muerte del perro de una vecina. Tenemos un detective, pero es un chico cuyas deficiencias suelen colocarlo en circunstancias bastante comprometidas. Tenemos tambi¨¦n un buen repertorio de citas, encubiertas o expl¨ªcitas, a las novelas de Sherlock Holmes...
Mark Haddon nos propone una parodia que en realidad es un juego, un juego literario cuyas reglas est¨¢n perfectamente establecidas desde el principio y que le acercan m¨¢s a la estirpe literaria de Georges Perec y el OuLiPo que a la de Arthur Conan Doyle y la novela cl¨¢sica de detectives. La inclusi¨®n de planos y de gr¨¢ficos, las digresiones l¨®gico-matem¨¢ticas, el empleo de los n¨²meros primos para la organizaci¨®n de los cap¨ªtulos, la rigurosa desnudez de la prosa, la estricta fidelidad a la cronolog¨ªa, etc¨¦tera, forman parte del conjunto de coerciones que el autor impone a su narrador y, al mismo tiempo, buscan expresar la tensi¨®n interna de Christopher, que se mueve con dificultades entre la infinidad de matices de las palabras y a?ora en todo momento la exactitud honesta de los n¨²meros.
De lo anterior podr¨ªa de-
ducirse que Haddon s¨®lo aspiraba a montar un curioso artefacto matem¨¢tico-literario y a adornarlo con el envoltorio de la originalidad. La novela tiene, en efecto, mucho de divertimento, pero ser¨ªa injusto reducirla a eso y negarle otros m¨¦ritos y otras ambiciones. As¨ª, en el discurso aparentemente elemental de Christopher no es dif¨ªcil encontrar reflexiones de una belleza y una profundidad inusuales, como cuando afirma: "Siempre es una sola cosa la que pasa en un momento determinado. Y hay un n¨²mero infinito de cosas que no han pasado en ese momento y en ese sitio. Cuando pienso en algo que no ha pasado, empiezo a pensar en todas las dem¨¢s cosas que no han pasado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.