El enemigo de Casillas
Pese a su condici¨®n de defensa, Del Horno ha marcado cuatro goles en tres partidos al portero madridista en San Mam¨¦s
Seg¨²n la jerarqu¨ªa econ¨®mica y sociodeportiva, de mirar a la defensa habr¨ªa que pararse en Roberto Carlos, un futbolista al que cada entrenador contrincante ha dedicado un ep¨ªgrafe en sus lecciones t¨¢cticas defensivas. En San Mam¨¦s, no. Al brasile?o del Real Madrid le ha cegado la estela de Etxeberria conden¨¢ndole a defender m¨¢s que a atacar, a apretar los dientes m¨¢s que a sonre¨ªr.
Si se trata de vigilar al lateral izquierdo, hay que irse a la otra banda y al otro campo. Del Horno, un joven de 23 a?os de edad, reciente internacional, ha sido la bestia del Madrid como si su impetuosidad resultara imparable para un equipo que desprecia a los defensas. En su humildad, le ha marcado cuatro goles en los tres ¨²ltimos partidos en el estadio bilba¨ªno, con Casillas de portero, sin conocer a cambio la derrota.
Del Horno es el arma letal tanto en el juego a¨¦reo como en el contragolpe. En la temporada 2001-02 estren¨® su casillero colaborando en la victoria del Athletic (2-1). En la siguiente temporada, su gol signific¨® el empate. Y en la pasada, no conforme con sus cifras, marc¨® dos goles magn¨ªficos para redondear el 4-2 con el que el Athletic dobleg¨® al Madrid. Uno, imponente, de cabeza, a la antigua usanza, en el segundo palo, jug¨¢ndose la nariz. Otro, en en un contragolpe t¨ªpico de zurdo, amagando con la cintura, dominando el ¨¢rea y disparando con fe.
?Le motiva a Del Horno el Madrid? El futbolista prefiere apostar por la casualidad: "Esto pertenece al pasado. Ahora, lo importante es la situaci¨®n del equipo", afirma despu¨¦s de haber descansado -en el programa de rotaciones- frente al Betis para afrontar con totales garant¨ªas a su equipo preferido para marcar goles.
Del Horno no ha comenzado la temporada como se esperaba. Su rendimiento f¨ªsico est¨¢ por debajo de sus magn¨ªficas posibilidades. Se le ha visto renquear demasiado pronto y, por lo tanto, reducir su aportaci¨®n ofensiva, como si temiera cruzar la l¨ªnea divisoria, como si no se sintiera seguro. A Del Horno, por su musculatura, siempre le cuesta arrancar. En cualquier caso, ya ha estrenado su casillero goleador: ante el Trabzonspor, turco, consigui¨® el segundo gol del Athletic en su jugada preferida: bal¨®n colgado al segundo palo y cabezazo impetuoso. En eso se entiende a la perfecci¨®n con Yeste, su gran amigo. Una mirada, un zurdazo y... un cabezazo. A esos efectos, el Athletic es algo m¨¢s que Urzaiz. Del Horno marc¨® en la pasada campa?a cinco goles y lleva ya diez con el Athletic, muchos de ellos de cabeza.
Criado en el club vasco desde la categor¨ªa infantil; nacido en Gallarta, como Sarabia; zurdo como ¨¦l, espigado, fibroso, estuvo a punto de dejar el Athletic esta temporada por las ofertas de equipos nacionales y extranjeros. Al final, eligi¨® la propuesta rojiblanca, olvid¨® sus problemas de actitud, se reconcili¨® con la afici¨®n, recibi¨® la llamada de Luis Aragon¨¦s y parece encarrilado al despegue definitivo.
Ha arrancado suave, como cansado o quiz¨¢s conservador. Pero el Madrid le motiva, aunque no lo diga. Es un duelo lejano. Roberto Carlos en una banda, ¨¦l en la otra, sin encontrarse casi nunca, pero luchando por ser el m¨¢s ofensivo, el m¨¢s eficaz, el m¨¢s preciso, el m¨¢s atrevido. Casillas, que debut¨® en San Mam¨¦s, en tiempos de crisis, no le olvida. Todo futbolista tiene su enemigo particular. Del Horno est¨¢ en la lista de Casillas.
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