Por la mejor inversi¨®n
Seguramente muchos de ustedes hayan salido alguna vez del notario pensando: "?Qu¨¦ barbaridad! Por citar un art¨ªculo, leer r¨¢pidamente un documento y echar una firmita, el dinero que me ha cobrado". Reconozco que a m¨ª tambi¨¦n me ocurri¨®; pero si uno lo medita con tranquilidad es probable que cambie de idea. ?Han intentado ustedes encontrar ese art¨ªculo sin ayuda del notario? ?Saben cu¨¢ntos miles de art¨ªculos se tendr¨ªan que haber le¨ªdo y los meses que les hubiera llevado?
No he sido capaz de encontrar el dato del n¨²mero de art¨ªculos, pero s¨ª les puedo ofrecer otro dato sorprendente, el del n¨²mero de fondos de inversi¨®n que hay en el mundo. ?Cu¨¢ntos creen: 1.000, 5.000, m¨¢s? La respuesta es que son m¨¢s de 50.000, de los que en Espa?a se pueden comercializar en torno a 7.500 (cinco veces m¨¢s fondos aptos para el inversor espa?ol que hojas tienen las P¨¢ginas amarillas de la Comunidad de Madrid).
Saber qu¨¦ fondos son de calidad y cu¨¢les son simples instrumentos de marketing o est¨¢n deficientemente gestionados no es trivial. Este conocimiento estaba reservado a las grandes fortunas y a clientes de boutiques financieras. Con la aparici¨®n de los Fondos de Fondos (FIMF) -fondos de inversi¨®n en los que un gestor profesional, en lugar de comprar acciones o bonos, lo que hace es invertir el dinero en los que considera mejores fondos del mercado- se pone al alcance del peque?o inversor los m¨¢s exclusivos productos sin necesidad de tener que invertir grandes cantidades. Adem¨¢s, se favorece de un mayor poder de compra, mayor diversificaci¨®n del riesgo, liquidez diaria y el tratamiento fiscal favorable de un fondo de inversi¨®n. Por ¨²ltimo, a trav¨¦s de los FIMF puede acceder a fondos vanguardistas de cualquier pa¨ªs de la OCDE reservados para inversores institucionales.
?C¨®mo es posible que desde que en 1997 vieran la luz los primeros fondos de fondos, este producto no haya terminado de despegar? Las limitaciones las podemos agrupar en tres tipolog¨ªas: 1. Si bien es cierto que elegir un buen fondo es fundamental, mucho m¨¢s lo es la distribuci¨®n de activos. No sirve de mucho (aunque ayuda a que el resultado no sea peor) elegir el mejor fondo de renta variable americana si ese a?o la Bolsa estadounidense sufre una ca¨ªda del 15% o el d¨®lar se deprecia fuertemente. Por desgracia esto pas¨® por alto para los responsables de los FIMF; 2. Precisamente por no tener clara la distribuci¨®n de activos, muchos gestores optan por comprar demasiados fondos con la justificaci¨®n de diversificar el riesgo. Un tema es diversificar y otro es no tener la valent¨ªa de gestionar y tomar decisiones. Si compramos demasiados fondos tenderemos hacia la media, y si le aplicamos las comisiones de gesti¨®n, lo que tenderemos ser¨¢ hacia la mediocridad; 3. No debemos olvidar las comisiones. Tener a un equipo de profesionales buscando los mejores fondos en cada momento bien vale una comisi¨®n de gesti¨®n, pero lo que no vale dinero es que una entidad lance un FIMF que invierta mayoritariamente en sus propios fondos. En ese caso, se convierte en una excusa para distribuir al cliente los mismos productos pero a mayor comisi¨®n.
En los ¨²ltimos meses el panorama est¨¢ cambiando a mejor. Se empieza a ver que las distribuciones de activos se realizan a partir del an¨¢lisis de una pluralidad de prestigiosas gestoras, las comisiones de gesti¨®n se reducen y dejan sitio a las comisiones de ¨¦xito (el gestor cobra s¨®lo si gana dinero) y que las inversiones de los FIMF son m¨¢s concentradas y en los mejores fondos del mercado, con independencia de la entidad que los provea. En el futuro, la complejidad para seleccionar fondos por el mayor uso de los derivados financieros y las estrategias sofisticadas de inversi¨®n dar¨¢n una nueva oportunidad a los FIMF de demostrar su utilidad. Su ¨¦xito depender¨¢ de si las entidades que los gestionan piensan un poco en el cliente y no tanto en su cuenta de resultados.
Juan Ram¨®n Caridad es director de Productos de Atlas Capital.
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