El PP abre el congreso con una defensa cerrada de su actuaci¨®n y de sus dirigentes
El discurso de Ruiz-Gallard¨®n, admitiendo que algo debi¨® de hacer mal el PP para perder las elecciones, no encontr¨® eco en ning¨²n otro orador ? El protagonismo de Mariano Rajoy pas¨® algo inadvertido en una primera jornada volcada m¨¢s hacia el pasado que hacia el futuro
El Partido Popular abri¨® ayer su 15? congreso con una defensa cerrada de su actuaci¨®n durante la crisis de los atentados del 11-M y con un duro ataque contra el Gobierno y el Partido Socialista. S¨®lo el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que pronunci¨® el discurso pol¨ªtico de apertura, introdujo un mensaje diferente al reconocer, y pedir a los m¨¢s de 3.000 compromisarios, que reconocieran que "algo hemos hecho mal". "Puede que no identific¨¢ramos suficientemente los sentimientos de un importante grupo de ciudadanos", insinu¨®. Su discurso, largo y quiz¨¢s m¨¢s pensado cara a los votantes que a los propios delegados, escoci¨® en algunos sectores del PP.
En el extremo contrario de Ruiz-Gallard¨®n se situ¨® el ex ministro del Interior y secretario general adjunto, ?ngel Acebes, quien lleg¨® a acusar al PSOE de realizar purgas pol¨ªticas, y al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de "esconder un revanchismo sin precedentes". "Tanto en la campa?a electoral como despu¨¦s de formar Gobierno, el esp¨ªritu del consenso est¨¢ siendo sustituido por la incitaci¨®n a recordar el 36, fomentando el recuerdo del escenario que desemboc¨® en la Guerra Civil", afirm¨®.
La llegada de Aznar
Acebes pronunci¨® su encendido discurso a las siete de la tarde, un minuto despu¨¦s de que llegara al recinto ferial el ex presidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, recibido con una gran ovaci¨®n por los delegados puestos en pie.
Las divergencias puestas de manifiesto en estas primeras intervenciones hicieron que ayer pasara algo desapercibido el protagonismo de Mariano Rajoy, pese a que este 15? congreso es "su" congreso, por encima de cualquier otra cosa. Se supone que Rajoy, candidato presidencial designado directamente por Aznar, hubiera obtenido su mayor legitimaci¨®n de una victoria electoral. La derrota le est¨¢ obligando, precisamente, a conseguirla en este congreso, aunque es posible que la confirmaci¨®n de su liderazgo dependa m¨¢s de la demostraci¨®n de su capacidad pol¨ªtica en los pr¨®ximos meses. Por lo menos ayer daba la impresi¨®n de que muchos delegados consideraban este congreso como un simple acto de transici¨®n.
En cualquier caso, ¨¦ste es el congreso donde Mariano Rajoy debe anunciar y poner en marcha un equipo propio y un proyecto. La mayor curiosidad la despierta el equipo, que se dar¨¢ a conocer en las pr¨®ximas horas. La noticia de que Carlos Aragon¨¦s ya no ser¨¢ adjunto al nuevo presidente caus¨® una gran sorpresa entre los delegados, con grandes dificultades para interpretarla, excepto como una demostraci¨®n de que Rajoy deseaba demostrar su fuerza y su voluntad de introducir novedades en la direcci¨®n.
El papel que desempe?ar¨¢ Ruiz-Gallard¨®n en esa direcci¨®n fue tambi¨¦n el tema de la entrevista que mantuvieron Rajoy y el propio alcalde de Madrid pocas horas antes del discurso inaugural, en secreto, y que finaliz¨® con una decepci¨®n bastante patente de Ruiz-Gallard¨®n ante la limitada oferta de que participe en las sesiones de maitines (n¨²cleo de confianza).
El alcalde de Madrid se lanz¨® ante el congreso con un discurso de alto contenido pol¨ªtico. Ruiz- Gallard¨®n defendi¨® que para volver a ser el partido de la mayor¨ªa el PP tiene primero que identificarse con ella y lanz¨® la idea de un "nuevo contrato" con los espa?oles en el que el PP, como "centro reformista e integrador", ofrece pol¨ªticas orientadas a la sociedad. Aspectos de su discurso como el llamamiento a estudiar "fen¨®menos nuevos, la adopci¨®n de menores por parejas homosexuales" o la necesidad de establecer una nueva relaci¨®n "con los ciudadanos de las nacionalidades y regiones" provocaron un cierto desconcierto en algunos sectores de su partido. "El alcalde ha propuesto un nuevo centrismo, pero no ha remachado ninguno de los puntos fuertes del PP", reprochaba un diputado popular, delegado en el congreso.
La exigencia de autocr¨ªtica de Ruiz-Gallard¨®n, para quien la derrota del 14-M "no puede justificarse s¨®lo por las circunstancias dram¨¢ticas en que se desarrollaron las elecciones, sino tambi¨¦n en los malentendidos producidos en los ¨²ltimos a?os entre el PP y la sociedad espa?ola", no encontr¨® eco en ning¨²n otro orador.
Aguirre: "No ser dogm¨¢ticos"
La que m¨¢s se aproxim¨® fue, curiosamente, Esperanza Aguirre, quien en sus palabras de bienvenida tambi¨¦n defendi¨® la necesidad de "hacer autocr¨ªtica, o¨ªr a quienes no est¨¢n de acuerdo y no ser dogm¨¢ticos". Aguirre pidi¨® tambi¨¦n un congreso "de renovaci¨®n de personas e ideas" e insinu¨® lo que algunos anuncian como la probable l¨ªnea estrat¨¦gica de Rajoy para esta etapa: basar la oposici¨®n en la presentaci¨®n del PP como el partido de la moderaci¨®n, "frente a la radicalidad del PSOE".
A la espera de que Rajoy confirme hoy esa estrategia en su primer discurso, la mayor dificultad que se apreci¨® ayer consisti¨® en la dureza de los mensajes de muchos de sus dirigentes. Tanto Jaime Mayor Oreja como el propio Acebes aseguraron que "no hay que cometer el error del revisionismo ni de un excesivo pragmatismo". "No nos contagiemos por la nada", lleg¨® a decir Mayor Oreja. Acebes tambi¨¦n lo expres¨® con claridad: "Llevamos meses recibiendo invitaciones individuales y colectivas a abandonar nuestros principios, a renegar de nuestros logros en aras de emprender un camino hacia el progresismo y la modernidad, t¨ªtulos cuya expedici¨®n se reserva, eso s¨ª, a nuestros adversarios". Y Eduardo Zaplana remach¨®: "No hemos perdido las elecciones ni por gesti¨®n, ni por candidatos, ni por programa".
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