C¨¢rceles y utop¨ªa
En el pa¨ªs que imagino no habr¨ªa c¨¢rceles porque nadie necesitar¨ªa delinquir: ni los ricos. ?ste es un pa¨ªs real, y hay c¨¢rceles hacinadas, delictivas, duras, donde est¨¢n muchas personas que no deber¨ªan estar. La decisi¨®n de la directora general de Prisiones de destituir 21 directores indica que algo depende del factor humano. O¨ª en Intereconom¨ªa un lanzamiento de sospechas sobre esta mujer, y las redondearon con otras contra Cafarell, de RTVE. Se sabe que esa emisora est¨¢ en la misma derecha que el PP, como es su derecho y el de otras cuatro o cinco grandes emisoras. ?se es otro asunto: ahora el tema es que el enjambre de leyes y la divisi¨®n de jueces hace que cada uno tenga un sentido de la justicia, lo cual enrarece su aplicaci¨®n. Me refiero a lo que se ve, ahora, en el Consejo del Poder Judicial, en el que se habla de la mayor¨ªa de conservadores y la minor¨ªa de progresistas, palabras que no pierden sentido. Si al extremo de la divisi¨®n hay una persona en el banquillo, su vida y su hacienda depender¨¢ de quien le toque, el cual no tendr¨¢ remordimientos de conciencia: hace aquello que cree que debe.
El Gobierno anterior endureci¨® todas las penas, y los llamados beneficios penales, y oblig¨® al cumplimiento del total de la sentencia, sabiendo que las sentencias se pronuncian teniendo en cuenta la seguridad de su reducci¨®n. La prisi¨®n provisional en espera de juicio se dicta con demasiada facilidad, aun sabiendo que muchos ser¨¢n declarados inocentes. Aunque quiz¨¢ su estancia en prisi¨®n les haya convertido ya en delincuentes. Esta directora, Mercedes Gallizo, vuelve a la antigua tendencia espa?ola: la "resocializaci¨®n", el regreso a la sociedad contra la que se supone que delinquieron. Se ha llamado reinserci¨®n. La ventaja del intento es que est¨¢ inscrito en un Gobierno que tiene estas ideas en sus viejos ideales, quiz¨¢ porque los suyos han estado muchas veces encarcelados sin culpa. La reducci¨®n de leyes, su simplificaci¨®n y su expansi¨®n deber¨ªa ser lo primero en reformarse: las c¨¢rceles, lo ¨²ltimo. Quiz¨¢ este deseo raye, tambi¨¦n, en la utop¨ªa. Aqu¨ª la propiedad privada ha pasado de ser un derecho a recibirla como un honor de Dios. Nos hemos americanizado demasiado pronto para la pobreza del pa¨ªs.
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