Un cuento moral
La cita b¨ªblica "es m¨¢s f¨¢cil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los Cielos" le sirve a la habitual actriz Valeria Bruni Tedeschi, aqu¨ª en su debut como directora, para discurrir casi de forma c¨®mica sobre conceptos como la caridad, el remordimiento, el comunismo, la alegr¨ªa de vivir y el dolor de la muerte. As¨ª, con una gratificante sinceridad, personaje y artista llegan a confundirse en una obra de una embaucadora sencillez.
Bruni Tedeschi, italiana que ha desarrollado su carrera entre Francia y su pa¨ªs, es una de las aparentemente feas m¨¢s guapas del cine europeo gracias a uno de esos dulces rostros que provocan que, haga el papel que haga, siempre inspire ternura y empat¨ªa en el espectador. Adem¨¢s, el sentido com¨²n parece guiar Es m¨¢s f¨¢cil para un camello..., una pel¨ªcula escrita, dirigida y protagonizada por una mujer cat¨®lica que no parece conformarse con el confortable calor que le ha ofrecido la existencia. "?Es pecado ser rica, inmensamente rica?", se pregunta la hija de un todopoderoso empresario que vive de las rentas. "Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y d¨¢selo a los pobres. As¨ª tendr¨¢s riquezas en el cielo", le dar¨ªan como respuesta los Evangelios. Un consejo dif¨ªcilmente ejecutable en los tiempos que corren. Sin embargo, es entonces cuando el desasosiego comienza a acaparar m¨¢s y m¨¢s espacio en la conciencia religiosa de esta mujer que, para m¨¢s inri, est¨¢ enamorada de un comunista que lleva tiempo inculc¨¢ndole algo m¨¢s que cari?o y compa?¨ªa.
ES M?S F?CIL PARA UN CAMELLO...
Direcci¨®n: Valeria Bruni Tedeschi. Int¨¦rpretes: Valeria Bruni Tedeschi, Jean-Hugues Anglade, Chiara Mastroianni, Lambert Wilson, Denis Podalyd¨¨s. G¨¦nero: comedia dram¨¢tica. Francia, 2003. Duraci¨®n: 110 minutos.
Extra?a magia
La fantas¨ªa es otro de los elementos que pueblan el filme. A medio camino entre lo simb¨®lico y lo surreal, la pel¨ªcula est¨¢ dotada de una extra?a magia que permite que no se derrumbe a pesar de los enormes riesgos que toma su art¨ªfice en la narraci¨®n. Bruni incluso es capaz de provocar la risa con una magn¨ªfica escena final que muestra el lado c¨®mico que puede tener a veces la muerte o, m¨¢s bien, la parafernalia que la rodea. Y es que a la hora del tr¨¢nsito, hasta el cuerpo del hombre m¨¢s rico debe sufrir las inclemencias de la burocracia.
En la protagonista de la pel¨ªcula (y quiz¨¢ tambi¨¦n en su directora, escritora e int¨¦rprete) parece haberse escondido una inocente ni?a grande que no sabe qu¨¦ hacer con todo el oro del mundo. Sin embargo, como contrapartida, en los flash backs que introduce la autora y que recuperan parte de su ni?ez, lo que parece la cr¨ªa es una persona mayor con un maduro c¨®digo de actuaci¨®n y con una formada ideolog¨ªa pol¨ªtica. Un aparatoso contraste que hubiese firmado el mism¨ªsimo Eric Rohmer en alguno de sus Cuentos morales.
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