El miedo de Zarr¨ªas

En pocos d¨ªas se celebra el 11? Congreso del PP de Andaluc¨ªa. Todo parece indicar que Javier Arenas ser¨¢ elegido presidente por un nuevo mandato. Los congresos son los actos m¨¢s importantes en la vida de los partidos pol¨ªticos, pues en ellos se definen, se redefinen o se afinan sus planteamientos ideol¨®gicos y las estrategias pol¨ªticas para su traslaci¨®n a la sociedad, y se elige a los equipos directivos que deben llevar a cabo dichas misiones. Equivocarse en la definici¨®n ideol¨®gica, en la estrategia pol¨ªtica o en la elecci¨®n de los equipos suele pagarse caro en t¨¦rminos electorales, porque la sociedad andaluza es lo suficientemente madura como para premiar los aciertos o castigar los errores. Incluso es lo suficientemente madura como para haber votado a quien sabe que no es la mejor opci¨®n -l¨¦ase PSOE-, aunque lo haya hecho por motivos poco confesables (de supervivencia en algunos casos, de temor en la mayor¨ªa).

De coraz¨®n, deseo a Javier Arenas, en esta dif¨ªcil tarea de acertar en los planteamientos, las estrategias y los equipos, la suerte y el tino que le ha faltado al PP de Andaluc¨ªa en la etapa anterior. La suerte viene o va, y es voluble, pero el tino -si hablamos de hombres como Juan Ignacio Zoido- parece que no lo ha perdido Javier Arenas.

La definici¨®n de planteamientos y estrategias y la elecci¨®n de equipos es una labor que corresponde en exclusiva a los afiliados de cada partido, sin que nadie ajeno deba inmiscuirse. Estamos hablando de estrategias y equipos internos, no de candidatos ni de programas electorales, y por tanto, ni es elegante ni se acomoda a lo pol¨ªticamente correcto que desde fuera se venga a criticar la organizaci¨®n interna, como ha hecho Gaspar Zarr¨ªas, reprochando p¨²blicamente al PP porque piensa que Arenas no es el hombre id¨®neo para dirigir a este partido.

Que a Zarr¨ªas no le gusta Javier Arenas es obvio; que tiene una enfermiza obsesi¨®n con ¨¦l, es algo que quienes hemos dedicado m¨¢s de una d¨¦cada a la pol¨ªtica andaluza sabemos de sobra. Pero en este caso, Zarr¨ªas cae en la trampa de sus propias palabras, porque si de verdad piensa que Arenas no es el hombre ideal para dirigir el PP, deber¨ªa estar encantado y aplaudir su elecci¨®n, porque le beneficiar¨ªa tener un contrincante no apto; luego, si tanto y con tanta acritud critica que pueda ser Arenas el presidente del PP, es porque realmente le teme, desde el punto de vista pol¨ªtico. Pues eso.

Manuel Seco ha sido diputado del PP en el Congreso por la provincia de Sevilla.