100 recetas ricas y r¨¢pidas
Menos tiempo y menos conocimientos de cocina. Estos dos factores han influido en el aumento del n¨²mero de personas que comen r¨¢pido y fuera de casa; pero, por contra, aumenta la preocupaci¨®n por la gastronom¨ªa y la salud. Enfrentarse a los fogones no es misi¨®n imposible. Aqu¨ª ofrecemos 100 ricas recetas elaboradas con productos preparados y para tener listas en muy poco tiempo.
Menos tiempo y menos conocimientos de cocina. Estos dos factores han influido en el aumento del n¨²mero de personas que comen r¨¢pido y fuera de casa; pero, por contra, aumenta la preocupaci¨®n por la gastronom¨ªa y la salud. Enfrentarse a los fogones no es misi¨®n imposible. Aqu¨ª ofrecemos 100 ricas recetas elaboradas con productos preparados y para tener listas en muy poco tiempo.
Comer r¨¢pido, bien, con gusto y sano no s¨®lo es posible, sino que tambi¨¦n es sencillo. Existe un tiempo para todo, pero no siempre est¨¢ bien distribuido. Durante la semana, reservar un hueco para algo tan primordial como alimentarse supone para muchos una p¨¦rdida de tiempo. El trabajo, el ritmo diario y las prisas propician que la gente coma pisando el acelerador. Otro tanto ocurre con la cena: al terminar la jornada, la mayor¨ªa de las personas acaban agotadas y sin fuerzas siquiera para abrir una lata. Este continuo correr tras el reloj influye en los h¨¢bitos, y ha determinado el aumento del n¨²mero de personas que comen fuera de casa o recurren a alimentos preparados. "Siempre hay teleloquequieras, tiendas abiertas hasta muy tarde que te venden platos preparados, precocinados o de comida congelada que ya se comercializan en raciones individuales", comenta Alberto Fern¨¢ndez, de Asturianos, un restaurante tradicional con un punto de sofisticaci¨®n.
"La gente prefiere comer fuera por no trabajar", opina Benjam¨ªn Calles, art¨ªfice de Nodo, un restaurante sofisticado con un toque de tradici¨®n. "El solo hecho de pensar qu¨¦ quieres, qu¨¦ tienes y c¨®mo tienes que hacerlo, ya es un trabajo". Pero no s¨®lo la falta de tiempo es un escollo a la hora de plantearse el enfrentarse a los fogones. Fern¨¢ndez, que ronda la treintena, reconoce: "De mi generaci¨®n, casi nadie sabe cocinar, ni las chicas. Durante muchos a?os, la mujer ha ido abandonando la cocina, y el hombre, como no estaba, tampoco se met¨ªa". No obstante, el restaurador advierte de una peculiar contradicci¨®n. "La gente cada vez sabe m¨¢s de restaurantes, de comidas, de vinos, de productos y de cocineros, pero no se ha metido en una cocina en la vida".
Se suele creer que preparar una comida rica y sana es complicado. Seg¨²n los cocineros, es todo lo contrario. "La mayor¨ªa no come en casa porque le falta la cultura de saber comprar y saber cocinar. Se ha perdido la conexi¨®n con la parte tel¨²rica de la cocina", dice el propietario de Asturianos. Hacer en casa una salsa de tomate para unos espaguetis son 15 minutos, y no es una salsa de bote. As¨ª con casi todo".
Comer bien no es dif¨ªcil, insiste el director de Nodo. "Es tan sencillo como coger un producto, y ahora mismo, con todo el conocimiento que hay sobre el aceite, ?important¨ªsimo en la cultura mediterr¨¢nea!, cualquier cosa que hagas -verdura hervida, por ejemplo-, con el aceite acabas de vestirla. Es el mejor traje que se puede tener".
Tanto Fern¨¢ndez como Calles, cuyos estilos difieren menos de lo que cabr¨ªa esperar, coinciden en que los h¨¢bitos del comer tambi¨¦n han cambiado. "Comemos menos porque tenemos menos tiempo, y tambi¨¦n por la preocupaci¨®n por mantener la l¨ªnea". Una tendencia que ha obligado a que incluso la comida r¨¢pida haya tenido que dar un giro: "Han aproximado un poquito el dise?o, la presentaci¨®n y la calidad a la gente joven, y se cuida la materia prima", puntualiza Fern¨¢ndez. "Es la vuelta a apostar por el buen producto", dice Calles.
?Conclusi¨®n? La gente se preocupa m¨¢s por la comida, pero poco por cocinar. "Los ni?os de ahora no saben de d¨®nde provienen los alimentos? Lo ¨²nico que tienen claro es que van al supermercado y compran bandejas con la comida ya hecha", explica Alberto. Despu¨¦s ofrece una idea para cambiar la situaci¨®n: "Aprender a cocinar se deber¨ªa ense?ar a los ni?os desde peque?os en el colegio. Podr¨ªa ser una materia llamada Orientaci¨®n del Gusto".
Aqu¨ª, para empezar a entrar en harina, les ofrecemos 100 recetas cuya base principal son productos semielaborados que s¨®lo hay que mezclar, con algo de gracia, con otros sencillos ingredientes. Para que ni siquiera tengan que hacer el esfuerzo de pensar con qu¨¦ combinarlos, les ofrecemos las ideas para conseguir los resultados m¨¢s sabrosos.
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