Una nueva vida a la orilla del Manzanares
En Arganzuela, los inmigrantes se concentran en tres barrios, mientras que en el resto su presencia es m¨ªnima
Hace tres a?os que Patricia Garc¨ªa Armijos dio el salto desde Quito, la capital de su Ecuador natal, a Madrid. Tiene 31 a?os, est¨¢ casada y es madre de un ni?o de siete a?os. Lo que entonces comenz¨® como "una casualidad", seg¨²n ella, se ha convertido en una nueva vida a orillas del Manzanares. "La que quer¨ªa venir a Espa?a era mi hermana", cuenta. "Ya lo ten¨ªa todo preparado, cuando un d¨ªa antes del viaje decidi¨® que ya no se iba de Ecuador", explica, "as¨ª que nos reunimos los 11 hermanos y entre todos decidimos que ser¨ªa yo la que vendr¨ªa aqu¨ª".
Patricia lleg¨® a Arganzuela a casa de una amiga, y al a?o le siguieron su marido, Fausto Patricio, y su hijo, Jordi Alejandro. Desde entonces, nunca ha vivido fuera de este distrito, que en los ¨²ltimos a?os se ha transformado: sobre los solares de las viejas f¨¢bricas y los ra¨ªles que comunicaban las antiguas zonas industriales se han levantado miles de nuevas viviendas, lo que se conoce como el Pasillo Verde.
Hay colegios p¨²blicos en la zona con el 89% de alumnado extranjero, y otros con s¨®lo el 1%
Pero hay otro fen¨®meno que ha cambiado Arganzuela, aunque de forma menos espectacular y m¨¢s lentamente. Como en el caso de Patricia, son miles los inmigrantes que han llegado a este distrito, hasta superar la cifra de 23.700, el 16% de la poblaci¨®n total de casi 148.000. Arganzuela se ha convertido as¨ª, en t¨¦rminos relativos, en el sexto distrito con mayor poblaci¨®n extranjera de Madrid.
Como en casi todas las zonas de la capital, los ecuatorianos representan la mayor¨ªa de estos nuevos vecinos (10.253), seguidos de lejos por los colombianos (1.887), dominicanos (1.193), chinos (1.182) y peruanos (1.132), entre otras muchas nacionalidades.
Patricia vive en el barrio de La Chopera, en la calle de Fernando Poo, muy cerca de la plaza de Santa Mar¨ªa de la Cabeza. Su piso tiene tres habitaciones, un ba?o y dos terrazas. Ella y su marido pagan por ¨¦l 1.000 euros al mes, todo un gasto para una pareja que se gana la vida cortando m¨¢rmol y limpiando casas por horas. As¨ª, tienen que alquilar un cuarto por 270 euros mensuales. Una pr¨¢ctica muy com¨²n, ya que el coste por metro cuadrado en este distrito no es barato: 3.738 euros de media, cifra a la que se ha llegado despu¨¦s de un aumento imparable en los ¨²ltimos a?os (en 1998 el metro cuadrado construido costaba 1.424 euros).
Como Patricia, la mayor¨ªa de los extranjeros viven en los barrios de Palos de Moguer, La Chopera y Delicias, donde superan, en los tres casos, el 20% de los vecinos, una densidad que los coloca entre los barrios de mayor porcentaje de inmigrantes de la capital. Estos barrios son de casas antiguas, m¨¢s baratas y con una poblaci¨®n espa?ola generalmente de avanzada edad (el 18% superaba en 2003 los 65 a?os) que abandona los barrios lentamente y es sustituida por inmigrantes. Esto evita que, a diferencia de otras zonas con una composici¨®n sociol¨®gica parecida, el distrito mantenga su poblaci¨®n, e incluso la supere cada a?o: desde 2003, 1.864 personas han ido a vivir a Arganzuela, 1.447 de ellas extranjeras. Por contra, en el resto de barrios (Imperial, Acacias, Legazpi y Atocha) los extranjeros no superan el 11,5% , llegando incluso a ser s¨®lo el 6,3% (71 vecinos) en Atocha, un barrio en s¨ª poco poblado, con 1.128 personas. Otro dato: en Imperial y Acacias, donde se han construido la mayor¨ªa de las viviendas del Pasillo Verde, los inmigrantes no superan el 10,2%, debido, entre otros aspectos, a que los pisos all¨ª son m¨¢s caros.
A pesar de estas diferencias tan notables con s¨®lo cruzar la calle de Embajadores, Patricia confiesa que se siente "muy feliz" en su barrio. "Tenemos de todo", dice. "Puedes comprar, hay un centro de salud. Es caro, pero hay comodidades". Su hijo tambi¨¦n va a la escuela en el distrito, al colegio p¨²blico Miguel de Unamuno, donde el 45,25% del alumnado es extranjero. Un porcentaje superior a la media (35,21%), pero muy alejado del 89,38% del colegio p¨²blico Men¨¦ndez Pelayo o del 1% del Joaqu¨ªn Costa. Otro dato, esta vez de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, que refleja las diferencias en Arganzuela.
?stas tienen su lado problem¨¢tico: seg¨²n el Ayuntamiento, surgen conflictos entre los j¨®venes por el uso de las canchas deportivas. Hay pocas y las existentes tambi¨¦n son utilizadas por los vecinos del distrito Centro. Algunos vecinos sufren as¨ª, durante los fines de semana, la presi¨®n de j¨®venes ecuatorianos y colombianos que usan estas canchas para sus partidos de voleibol.
Patricia se siente a gusto en Arganzuela, pero lo tiene claro: quiere volver a Ecuador, aunque consiga legalizar su situaci¨®n: "Hemos venido a buscar una vida mejor, pero pensamos volver, aunque quien echar¨¢ de menos Espa?a ser¨¢ mi hijo".
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