El cine de verdad

Uno hubiera imaginado la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas como un lugar de muchos focos. Y sin embargo, es una casa como de clase media en la calle de Sagasta de Madrid, en el barrio de Chamber¨ª. Hay un proyecto para trasladarla de sitio, a un palacete, y darle el glamour que parece convenir a las cosas del cine; pero de momento es este lugar donde, nada m¨¢s entrar, escuchamos hablar de los derechos que han de cobrarse por los deuved¨¦s, aunque no parece que la Academia tambi¨¦n trabaje esos asuntos de los derechos, sino m¨¢s bien los de la imagen del cine en Espa?a y en el mundo, y como tal ha hecho una labor importante, unida a la que, casi por casualidad, la convirti¨® en el centro de la m¨¢s agria pol¨¦mica entre el Gobierno popular y el mundo de la cultura, cuando los hombres y mujeres del cine decidieron protestar contra la incipiente guerra de Irak en los Goya de 2003.

Los Goya, ¨¦se es el emblema de la Academia, y la figura tan codiciada de la imponente cabeza del pintor que le da nombre a su s¨ªmbolo es la que nos recibe cuando entramos en el tercer piso de este edificio de Sagasta. Aqu¨ª es de cart¨®n, pero parece de bronce, imponente. Mientras viene Mercedes Sampietro, la presidenta, que llega puntual y vestida con un anorak rojo que realza una cara ahora feliz, nosotros deambulamos por m¨¢s dependencias de esta casa. En una especie de desv¨¢n-armario est¨¢ la colecci¨®n de los ¨²ltimos dise?os de los escenarios en los que se han entregado los premios en ¨¦pocas de sus antecesores Jos¨¦ Luis Borau y Marisa Paredes. En todas partes, en todas las habitaciones hay este jueves de oto?o alguien afanado en resolver cosas, citas, agendas, derechos o viajes ante mesas atestadas de papeles, que contrastan con la mesa impoluta de la presidenta. Cuando ¨¦sta llega, ocupa cualquier lugar, los besa a todos, y a todos les pregunta por alg¨²n suceso familiar o privado, y entra con ellos a sus sitios, a despachar con mucho orden, por lo que escuchamos desde la indiscreci¨®n de los umbrales de las distintas puertas por las que ella ha ido pasando. Le echan piropos: "Est¨¢s muy guapa". Hay mucho afecto aqu¨ª por ella, por lo que vemos, y tambi¨¦n cierta saludable informalidad, que ella completa: "Estoy as¨ª porque ahora tengo fotos". Y cuando ya va a posar aparece con un hermoso traje oscuro que nosotros mismos le alabamos. "?Qu¨¦? ?Crees que no deb¨ªa venir de oscuro?". No, est¨¢ perfecto. Y ya ante el fot¨®grafo mira de lado cuando le decimos: "Vas a salir muy guapa". Responde: "No te conf¨ªes, soy muy poco fotog¨¦nica". Y luego hace una confesi¨®n que le aterra, siendo actriz: "Me molestan los focos". Y al fin ya vamos a hablar, despu¨¦s de tanto preparativo; llev¨¢bamos meses tratando de sentarnos con ella. Cuando le pedimos la entrevista acababa de declarar en alg¨²n sitio que ten¨ªa poco trabajo, y desde entonces, sin embargo, no ha parado. Ahora ha terminado una comedia de Manuel G¨®mez Pereira, Reinas, sobre el mundo homosexual, y cuando la vimos regresaba de hacer dos d¨ªas con Montxo Armend¨¢riz, rodando Obaba en Navarra. Durante toda la conversaci¨®n pespunte¨® sus respuestas con confesiones sobre la inseguridad de su expresi¨®n o sobre la longitud de sus parlamentos. Y cuando hubo ocasi¨®n, no par¨® de re¨ªr, ella que siempre pareci¨® en el cine tan adusta como la mujer que la dispuso para la fama, Pilar Mir¨®. Y es que ahora parece haber encontrado por fin directores que, en el cine o en el teatro, la llamen para re¨ªr.

La sinopsis de su papel en 'Reinas' parece una cr¨®nica de la realidad. "Helena es juez, y como tal debe oficiar las bodas de gays y lesbianas, entre las que se encuentra la de su hijo Hugo y su futuro yerno; pero tiene un problema, no se sabe si con los hombres en general o con los gays en particular. Y es que su marido la abandon¨® por una cabo primera y las bodas gays le parecen un circo?".

Eso es lo que se dice sobre mi papel, s¨ª? Lo cierto es que en esa pel¨ªcula al menos soy la primera persona que, como juez, ha oficiado una boda gay en este pa¨ªs, algo que pronto va a ser una realidad. Helena, en efecto, es una persona educada de manera conservadora; es culta, estricta, muy justa, dominada por la disciplina de su trabajo; una persona muy buena, pero en lo personal le fallan muchas cosas? Lo de la cabo primera es algo as¨ª como un chiste, pero lo cierto es que ella no conf¨ªa en el matrimonio. Con respecto a su hijo, cree que su novio, que es un pol¨ªtico joven y muy brillante, quiere apuntarse un tanto pol¨ªtico con ese matrimonio? Eso es lo que ella no soporta: es muy sobria, no le gustan los espect¨¢culos, y ¨¦ste en concreto le da mucho miedo. Ella es consciente de que su hijo es una persona muy neur¨®tica y muy d¨¦bil emocionalmente, y ella quiere salvaguardarlo de la posible jugada que le quiere hacer el joven pol¨ªtico. Independientemente de esa historia, lo que yo creo que le pasa a Helena es que, como muchas madres, ha vivido lejos de su hijo y quiere recuperar su cari?o, y este momento que vive le da la oportunidad para intentarlo? Me he extendido mucho?

?sa es la comedia, la ficci¨®n. ?C¨®mo ha reaccionado usted ante los ¨²ltimos acontecimientos relacionados con ese universo de los derechos ganados por los gays?

Siempre me ha preocupado el drama que viv¨ªan los gays y lesbianas de este pa¨ªs, lo que han podido sufrir por sentir y ser de una manera determinada? Que eso sea pecado, que eso sea perseguido: eso es lo que me ha horrorizado? Y ahora ha llegado esta soluci¨®n, que a m¨ª me parece muy bien. No es un crimen, no es una maldad, no le hace da?o a nadie? Levanta y levantar¨¢ polvaredas de indignaci¨®n, pero representa un descanso para esas personas que han vivido a escondidas, recibiendo insultos.

?Le parece a usted el avance civil m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os o vislumbra otros que hayan sido m¨¢s trascendentes?

Es un avance important¨ªsimo? La sociedad civil est¨¢ proponi¨¦ndole retos al Gobierno; ese ponerse en primera l¨ªnea por parte de la sociedad es ya en s¨ª mismo un cambio muy importante. Y ahora el cine pone en el candelero otra reivindicaci¨®n que ha de ser tambi¨¦n estudiada con cuidado y determinaci¨®n por el Gobierno: la apelaci¨®n a la eutanasia, el derecho a morir dignamente.

Es curioso que el cine, en el caso de la pel¨ªcula que usted acaba de terminar y en el de la pel¨ªcula de Alejandro Amen¨¢bar, sit¨²e el foco social sobre dos asuntos de tanta trascendencia p¨²blica.

Asuntos que conmueven a la gente y que hacen recapacitar. Asuntos tremendos. Es buena noticia que el cine los agite como pol¨¦mica p¨²blica.

Parece que nadie quer¨ªa hablar de la eutanasia hasta que Amen¨¢bar hizo su pel¨ªcula.

No se puede sufrir, no se puede sufrir. El dolor no se puede consentir, y m¨¢s cuando se trata del dolor de una persona enferma, postrada, que no puede valerse por s¨ª misma? ?Qui¨¦nes son los dem¨¢s, qui¨¦n es el juez para decidir moralmente si se puede o no se puede? Es tan claro el asunto como que se puedan casar gays y lesbianas. A nadie se le obliga a casarse, s¨®lo hay leyes para que se casen los que quieran casarse, y los que no se quieren casar, pues no se casan. No se va a matar a nadie porque no use la ley. En el caso de la eutanasia, no hay derecho a que se obligue a seguir a alguien que ha decidido no seguir con su dolor. ?Qui¨¦n es nadie para decidir por ¨¦l? Me parece tan elemental? Y sin embargo, estamos a merced de los jueces, de los gobernantes, de los legisladores, de la Iglesia. Y ya que hablamos de cine: lo que el cine tiene que hacer es explicar la realidad. No hablo de documentales: la ficci¨®n puede ser tambi¨¦n el espejo de la realidad. Nos sirve para que nos veamos, para que aprendamos, para explicarnos a nosotros mismos. Ha pasado esto con Mar adentro, y pasa lo mismo con Te doy mis ojos [Ic¨ªar Bolla¨ªn, 2003, sobre los malos tratos dom¨¦sticos]. Asuntos que llegan, gracias al cine, a millones de personas y que act¨²an como un revulsivo de sus conciencias.

Y ha pasado con pel¨ªculas sobre la memoria de la Guerra Civil en las que usted ha participado?

Yo creo que de eso falta mucho? Siempre que sale el tema hay alguien que dice: jo, otra sobre la Guerra Civil. Y yo creo, en cambio, que nunca se ha explicado de verdad la guerra entre nosotros; de lo que la gener¨®, de lo que supuso para las generaciones siguientes? Hubo aquella pel¨ªcula de Basilio Mart¨ªn Patino [Canciones para despu¨¦s de una guerra, 1970], pero en general ha habido muy poco?

'Silencio roto', de Armend¨¢riz [2001], en la que usted estuvo?

Y que trata, en realidad, de lo que pas¨® luego, los maquis. Entra de un modo tangencial en la Guerra Civil.

?Qu¨¦ ha pasado para que se consolide ese silencio?

Me gustar¨ªa saber por qu¨¦, porque en la respuesta est¨¢ la clave de todo.

La reciente pol¨¦mica sobre el desfile militar en Madrid ha avivado la realidad de que ese debate no se ha acabado, porque no se ha hecho?

Ese debate se cerr¨® en falso. La prueba est¨¢ en que escalda cada cosa que surge sobre aquella guerra. No s¨¦ por qu¨¦ somos tan olvidadizos. Nos gusta hablar muy poco de nosotros mismos en serio, y eso sucede en todos los ¨®rdenes de la vida. No hablamos de nuestros sentimientos, no hablamos de nosotros, no hablamos? No s¨¦ si es pudor? Todo se tiene que canalizar a trav¨¦s de la comedia, todo lo que es importante a la hora de discutirlo se trata casi siempre a trav¨¦s de la comedia. Es muy dif¨ªcil hacer en Espa?a una pel¨ªcula realista sobre los sentimientos? Es como si huy¨¦ramos.

Eso es lo que ha convertido en simb¨®lica del franquismo una comedia como 'El verdugo', de Azcona y Berlanga.

Claro, todas esas pel¨ªculas maravillosas pasan gracias a la farsa, pasan a trav¨¦s de Valle-Incl¨¢n. Es el esperpento, no es el naturalismo. ?ste no es un pa¨ªs naturalista, por eso nos cuesta tanto hacer cine realista. Por eso no se ha hablado de la Guerra Civil.

A lo mejor es que sobrevuela sobre la sociedad espa?ola una sombra de censura?

Es posible? Lo peor es la autocensura, eso est¨¢ claro.

Parece que lo que est¨¢ dominando en nuestro mundo es el terror m¨¢s absoluto, el miedo y la autocensura? Cuando se instala el miedo entre nosotros es que la sociedad est¨¢ perdida, es lo peor que nos puede pasar: que no venga de fuera la censura, que te la impongas t¨² mismo.

?Y qu¨¦ tuvo que pasar para que, en un pa¨ªs como ¨¦ste, usted tuviera que decir, en la entrega de los Goya, que deseaba un pa¨ªs "abierto de mente, plural de palabra, sin guerras, en paz"?

Era lo que estaba en la calle. Hab¨ªa un Gobierno que hab¨ªa apoyado una guerra mentirosa; ese Gobierno estimaba cualquier opini¨®n contraria a la suya como un gesto peligroso. Cualquier opini¨®n que no concordara con su pensamiento acerca del terrorismo era calificada como apoyo a terroristas? Es lo que hab¨ªa pasado con La pelota vasca, de Julio Medem, que se intent¨® prohibir, dig¨¢moslo claramente, y entonces me parec¨ªa importante decir lo que dije en mi discurso?

?C¨®mo vivi¨® usted aquella crisis?

Me siento orgullosa; hicimos lo que hab¨ªa que hacer? Hab¨ªa mucha gente all¨ª transmiti¨¦ndome su acuerdo, y eso me hizo muy feliz. Y hubo otro aspecto que me dej¨® una huella horrorosa: se cebaron en m¨ª de una forma indecente. Asumo la responsabilidad ante cualquier tipo de cr¨ªtica, pero aquella persecuci¨®n fue indecente. Yo no ten¨ªa ning¨²n partido que me respaldara; los pol¨ªticos pueden decirse las burradas que quieran, pues est¨¢n representando a un partido. Pero yo era una persona particular que representaba a la Academia, y en un art¨ªculo editorial de un peri¨®dico muy influyente, el Abc, me enfrentaron a las v¨ªctimas del terrorismo, que es lo m¨¢s tremendo, lo m¨¢s delicado de este pa¨ªs, y a eso no hay derecho. Lo pas¨¦ muy mal? Hubo insultos en emisoras, ridiculizando, humillando a las personas, y eso es feo.

?Tuvo miedo?

No.

?Y miedo profesional, a que eso afectara a su carrera?

Se me pas¨® por la cabeza, pero lo pens¨¦ bien y me dije que no.

Tuvo usted dos encuentros que fueron muy publicitados: uno con el presidente Aznar y otro con la ministra Pilar del Castillo, con la cual sostuvo una pol¨¦mica sobre "el pensamiento militarizado" (su expresi¨®n) y la libertad de expresi¨®n. ?Qu¨¦ pas¨® en el encuentro con Aznar?

Me gusta esa pregunta porque se han dicho cosas que son totalmente inciertas. Est¨¢bamos en la presentaci¨®n del Proyecto Ibermedia, los premios que se daban a proyectos iberoamericanos. Iba a estar Aznar, y a m¨ª me llamaron deprisa y corriendo porque estaba enferma Marisa Paredes [la presidente de la Academia en ese momento]? Entonces fui yo. Tuve a Aznar sentado a mi lado, cada uno hizo su discurso, nos saludamos y nos dimos las buenas noches. Eso fue todo. Y con respecto a Pilar del Castillo? Por cierto, hay que decir que el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa me lo otorg¨® ella. Y ese encuentro se produjo precisamente con ocasi¨®n de ese premio, y no fue un encontronazo, al contrario de lo que se ha publicado. Al terminar el acto, los periodistas se acercaron a Pilar del Castillo, y ¨¦sta parece que les dijo que en este pa¨ªs s¨ª hab¨ªa libertad de expresi¨®n, en contra de lo que yo hab¨ªa dicho. Cuando los periodistas me lo contaron, yo segu¨ª afirmando que en este pa¨ªs peligraba la libertad de expresi¨®n. Pero no hubo ning¨²n encontronazo en ning¨²n momento.

?C¨®mo le parece que gestion¨® el Gobierno aquella crisis con el mundo del espect¨¢culo?

Muy mal. Se notaba much¨ªsimo que no le gust¨¢bamos nada. En aquel momento dijimos "no a la guerra" porque la guerra nos parec¨ªa un crimen, y nosotros est¨¢bamos en la vida y en la calle, y ten¨ªamos derecho a manifestarnos as¨ª? El Gobierno no lo recibi¨® bien y magnific¨® la historia. Y quiero recordar una cosa, porque dijeron que hab¨ªamos politizado los premios: cuando unos a?os antes apareci¨® el presidente Jos¨¦ Luis Borau en el escenario con las manos pintadas de blanco, como protesta por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, no lo consideraron una politizaci¨®n?

Ustedes tienen muchos proyectos como Academia: tener mayor repercusi¨®n en el extranjero, apoyar a la industria en Espa?a, contar con otra sede para mejorar la imagen del cine desde aqu¨ª? Cuando hagan todo esto, ?dejar¨¢ de existir la palabra crisis para adjetivar el cine espa?ol?

Yo qu¨¦ s¨¦.

?C¨®mo est¨¢ ahora el cine?

Est¨¢ mal. Delicado. Ha pasado dos a?os muy horrorosos. Ahora est¨¢ un poco mejor.

?Cu¨¢les son las causas del horror?

No hab¨ªa dinero, no se recib¨ªa el fondo de protecci¨®n al cine, la televisi¨®n no compraba?, y si la televisi¨®n no compra o no colabora en la producci¨®n de las pel¨ªculas, no hay posibilidad de hacer cine.

?Y c¨®mo andamos de calidad?

En eso es en lo que hay que insistir. Todos somos en el cine muy buenos, pero muy individualistas. En el cine y en el arte en general. Buenos pintores, buenos escritores, buenos toreros? Pero el equipo se nos da fatal. Y en el cine, el equipo es fundamental: hay muchos talentos, hay muy buenos profesionales, y de pronto la industria hace aguas? Francia es un lugar id¨®neo donde mirarse? Ahora el Gobierno dice que se va a interesar en el apoyo a la industria y que quiere poner en pr¨¢ctica la excepci¨®n cultural, algo imprescindible para que el cine pueda subsistir.

?C¨®mo entiende usted la excepci¨®n cultural, que tantos detractores tiene?

En un mercado de libre competencia no se pueden equiparar los libros o las pel¨ªculas con los zapatos? La industria cultural es compleja, dif¨ªcil, requiere imaginaci¨®n, y tambi¨¦n realismo. Las pel¨ªculas nos explican c¨®mo somos. No son unos bienes de consumo m¨¢s, son vulnerables a otras industrias cinematogr¨¢ficas m¨¢s potentes y, por tanto, requieren una protecci¨®n especial. Estoy radicalmente en contra de los que defienden en estas circunstancias la libre competencia de los productos culturales cuando las condiciones de esa competencia no son libres, ni equitativas, ni justas.

Adem¨¢s, el cine se enfrenta al ¨¦xito r¨¢pido y barato de productos culturales mucho m¨¢s demandados ahora, como la telebasura?

O lo que es peor: en el cine espa?ol se hacen pel¨ªculas que est¨¢n bien y que est¨¢n una semana en el cine? ?se es un problema enorme. Tenemos un mercado que no es libre, sino que est¨¢ cautivo de la industria cinematogr¨¢fica norteamericana. No podemos competir con ella. Morimos. Estamos en inferioridad de condiciones; est¨¢n copando las salas, nuestras pel¨ªculas no pueden tener siquiera la posibilidad de demostrar su calidad. No se puede hablar de libre competencia cuando, adem¨¢s, hay una enorme desproporci¨®n en los presupuestos, en la promoci¨®n, etc¨¦tera? Tenemos las salas de exhibici¨®n controladas por el sistema de venta de pel¨ªculas por lotes y por la presi¨®n que sobre los exhibidores ejercen las multinacionales. O tenemos esa protecci¨®n para poder competir con nuestro cine, o estamos acabados. No hay ninguna posibilidad.

H¨¢bleme de usted. Parece muy adusta en el cine. ?C¨®mo se ve usted?

Eso lo tendr¨ªan que decir los espectadores? Lo que sucede con el cine es que, si te sale bien un papel, ya luego te piden habitualmente que act¨²es en el mismo registro. Tienes que tener mucha suerte para hallar a alguien que te pida algo distinto, para que no venga el famoso encasillamiento, que es lo que me ha pasado a m¨ª. Me ven como una persona determinada porque ¨¦se es el papel que he repetido incansablemente a lo largo de los a?os. Una persona progresista, independiente, autosuficiente, un poco hura?a, que no sonr¨ªe demasiado, que va por la vida sabiendo m¨¢s o menos lo que quiere, fuerte, y que no s¨¦ si cae muy bien. Un poco es eso lo que deben de ver en m¨ª. Y yo no me veo as¨ª. Pero es que t¨² despiertas cosas en los otros que uno no sabe hasta que te las dicen.

?R¨ªe mucho m¨¢s que en el cine?

Mucho m¨¢s. Me gusta mucho re¨ªrme, me r¨ªo mucho.

?Y por qu¨¦ los directores le ven con ese perfil adusto?

Eso empez¨® con Pilar Mir¨®? Cuando yo empiezo, ella me dirige en Gary Cooper que est¨¢s en los cielos [1980]. El personaje peg¨® muy fuerte. Y todav¨ªa hay personas que se me aparecen emocionadas, ?es muy fuerte!, hablando de Gary Cooper? y de ese personaje. La verdad es que ese personaje lleg¨® en el momento oportuno, hablaba de un sentimiento que entonces dominaba? No hubiera querido repetir, pero cuando surg¨ªa un personaje parecido, los directores me llamaban a m¨ª para que lo interpretara. Y eso se fue repitiendo a lo largo de los a?os. Claro, para hacer una comedia no pensaban en m¨ª, porque en su retina estaba Gary Cooper? As¨ª que durante a?os he dicho en las entrevistas que me iba a morir sin hacer una comedia, y ahora, de pronto, en los ¨²ltimos tiempos me est¨¢n llamando para hacer comedias, y no puedes imaginarte lo feliz que soy, porque estoy empezando a hacerlas y es como si empezara otra profesi¨®n.

Parec¨ªa que Pilar Mir¨® la quer¨ªa modelar para ser ella misma, desde 'Gary Cooper que est¨¢s en los cielos' hasta 'El p¨¢jaro de la felicidad' [1993].

Quiz¨¢ la palabra no es modelar, porque no tenemos nada que ver; pero s¨ª es cierto que el personaje era ella, estaba clar¨ªsimo. Lo escribi¨® ella y quer¨ªa que el personaje fuera de una determinada manera. No era como yo, pero le segu¨ª el paso, y debi¨® de parecerle bien porque me llam¨® en diversas ocasiones? Me dec¨ªa, y ¨¦sta era una de sus frases preferidas: "?No te r¨ªas, no te r¨ªas!", y luego brome¨¢bamos con su insistencia. A ella le encantaba que la imit¨¢ramos sus amigos. La simbiosis que se hizo entre su personaje y yo fue tan grande que la gente vio entre nosotras m¨¢s afinidades de las que hab¨ªa. Se inventaron que hab¨ªa entre nosotras una gran amistad, y no la hab¨ªa. Nos ve¨ªamos s¨®lo en el trabajo, pero hab¨ªa un reconocimiento. No hab¨ªa m¨¢s trato que el profesional, como siempre con Pilar. Era una persona muy compleja, la m¨¢s compleja que he conocido en mi vida, con una gran capacidad de trabajo, de sacrificio, y de un esfuerzo brutal, con un car¨¢cter endiablado, que a veces pod¨ªa ser un ¨¢ngel. Era una combinaci¨®n complicad¨ªsima de persona. Era una mujer que se llevaba mejor con los hombres que con las mujeres; a veces de dif¨ªcil trato, a veces de trato maravilloso. Pasamos por situaciones fant¨¢sticas, de sinton¨ªa, de experiencias comunes -tuvimos los hijos en la misma ¨¦poca, en parecidas circunstancias, ambas solas-, pero pasamos tambi¨¦n por aut¨¦nticas broncas.

Una de ellas, cuando hicieron usted y Juanjo Puigcorb¨¦, con ella, 'Amistades peligrosas' (1994) en el teatro?

Ah, s¨ª, s¨ª. Aquella fue una muy sonada bronca. Fue profesional, no hubo nada personal; no est¨¢bamos de acuerdo sobre la obra, pero ella era tan r¨ªgida, tan inexorable, que no daba jam¨¢s su brazo a torcer, y eso provocaba muy mal rollo. No lo pasamos bien, no fuimos felices en la obra, y estar encima de un escenario pas¨¢ndolo mal me daba muy mal rollo. Cuando terminamos la temporada est¨¢bamos enfadadas, y no nos llegamos a ver de nuevo y se muri¨® sin que nos reconcili¨¢ramos. Y eso pone de actualidad de nuevo Gary Cooper: era una mujer que va a sufrir una operaci¨®n y antes de entrar en el quir¨®fano quiere reconciliarse con todos, y eso es finalmente lo que nos pas¨® a nosotros, que no nos pudimos reconciliar. ?Qu¨¦ mala pata! Era una tonter¨ªa lo que nos pas¨®, un desencuentro profesional sin importancia, y ella se muere sin que nos lo expliquemos. Y a m¨ª eso me dio mal rollo.

?Le marc¨® Pilar Mir¨®?

?Si me condicion¨®? Se empe?¨® en que fuera la actriz de Gary Cooper? "Tiene que ser ¨¦sta, ¨¦sta, ¨¦sta". Era as¨ª de contumaz. Y a lo mejor yo estoy en el cine gracias a Pilar. Ya hab¨ªa hecho dos pel¨ªculas, una de las cuales fue con ella, El crimen de Cuenca, que se estren¨® luego. Estaba viviendo una ¨¦poca mala de mi vida personal, en Barcelona; trabajaba en doblajes. Entonces me llam¨®, me envi¨® el gui¨®n, y ah¨ª comienza la historia [Pilar Mir¨® muri¨® en 1997].

El otro momento importante de su vida profesional es su trabajo en Argentina.

Fui muy feliz haciendo Lugares comunes, con Adolfo Aristar¨¢in [2002]. Pude trabajar con uno de los cineastas m¨¢s importantes que existen. Si no fuera tan humano y tan pasota, ser¨ªa uno de los grandes cineastas del mundo. En Argentina aprend¨ª la naturalidad de los grandes, aprend¨ª c¨®mo se rueda en el cine, me encontr¨¦ con los mejores: Alterio, con quien ya hab¨ªa trabajado en Espa?a, Luppi?

?Ahora qu¨¦ actriz es usted?

Una actriz mucho m¨¢s relajada que hace a?os, y una actriz que juega m¨¢s porque entiendo m¨¢s mi trabajo.

Ha descubierto la comedia, la risa?

No es que las haya descubierto, es que he tenido la fortuna de que por fin me hayan llamado, y es un registro que tengo que empezar a trabajar. Ya lo hice con Inconscientes, de Joaqu¨ªn Oristrell [2004]. Me llam¨® para hacer de la se?ora Mingarro?, qu¨¦ personaje tan divertido. He descubierto que la comedia es lo m¨¢s dif¨ªcil del mundo, es m¨¢s dif¨ªcil hacer re¨ªr que llorar, pero me ha revitalizado la carrera?

?Y en qu¨¦ momento de la vida est¨¢?

Bien, el trabajo me gusta? Soy una persona muy autocr¨ªtica. Me gustar¨ªa tener m¨¢s sentido del humor, ser m¨¢s ingeniosa, tener ese don de hacer felices a los que est¨¢n alrededor; tendr¨ªa que ser m¨¢s intr¨ªnsecamente alegre. Hay gente que nace con ese don. Me gustar¨ªa tener esa capacidad de ser feliz, de hacer felices a los otros; me gustar¨ªa tenerla.