'Hable con ella'
Hay cierta perennidad en el arte de Almod¨®var que se hace muy evidente en Hable con ella vista ahora, tiempo despu¨¦s. No s¨®lo es la perfecci¨®n de la factura, sino la perfecci¨®n misma de toda la pel¨ªcula la que hace dif¨ªcil lograr el prop¨®sito que Anatole France se propuso al decir que el destino de toda cr¨ªtica es pasearse entre obras maestras. Yo me he paseado entre Carne tr¨¦mula y Hable con ella, y he salido de entre ellas tan inmaculado como el cordero que convoc¨® Herman Melville al presentar su obra maestra, Moby Dick, a su admirado y confundido Nathaniel Hawthorne, que acababa de asimilar la herencia de su antepasado John Hawthorne, que hab¨ªa sido un miembro del jurado que conden¨® a las brujas de Salem. Como dijo Anthony Burgess en su repaso a la novela que no era "algo tan temible, y mientras el conjunto resultaba de una literatura amena, estimulante y, para el breve fragmento que incluye a los novelistas en activo, un texto de formidable fuerza inspiradora". Efectivamente, se han escrito desde entonces tratados que van desde el inolvidable reclamo del inicio "Ll¨¢menme Ismael", hasta la ¨²ltima l¨ªnea de la novela que confundi¨® al mismo autor de La letra escarlata, un tratado de dif¨ªcil metaf¨ªsica, mientras parec¨ªa que hablaba solamente de ballenas. Tanto que hizo preguntar a nadie menos que Harold Ross, fundador de la revista The New Yorker: "?Por fin qui¨¦n es el protagonista, el capit¨¢n o la ballena?". Almod¨®var sale del enigma preguntando a su vez: "?Qui¨¦n es la protagonista, la mujer yerta o la mujer que agoniza?". En la duda aparece la trama. Leonor Watling parece muerta pero s¨®lo est¨¢ dormida, y para despertarla basta con una violaci¨®n violenta de su intimidad. Mientras, Rosario Flores muere porque lo leemos en su obituario. Pero ninguna de las dos vidas corren paralelas. Leonor es una aprendiz de ballet, mientras que Rosario es una veterana del toreo y hasta su nombre, Lydia, es una forma de destino, que ahora queda reducido a una habitaci¨®n de hospital. Es por eso por lo que el breve intermedio de Caetano Veloso cantando Cucurruc¨², paloma, bienvenido en su versi¨®n, que hasta Kirk Douglas intent¨® en The Last Sunset, como un arrullo rom¨¢ntico para acompa?ar un incesto. Aqu¨ª habr¨ªa que hacer menci¨®n especial del arte sutil de Caetano y su perfecto o¨ªdo para la m¨¢s delicada melod¨ªa, en un flash que no pide permiso para entregarse y adelantar la muerte dormida con la muerte aparente. Hay una forma clara de voyeurismo al tener frente al ojo ¨¢vido de la c¨¢mara en forma de c¨ªclope que lo ve todo con su ojo ¨²nico: los senos turgentes de Leonor Watling y as¨ª sentir como necesaria la reacci¨®n de amante tierno y eterno de Benigno, porque Hable con ella es el ant¨ªdoto fabricado por ¨¦l. ?Es solamente el beso del sapo? "?Has hablado con ella?", pregunta Benigno con su cara de padecer el s¨ªndrome de Down compensado. "?C¨®mo sabes que no puede hablar si no has hablado con ella?". El intermedio es un sue?o en forma de pesadilla: el h¨¦roe se adelanta para penetrar la vagina no dentada de su amada hero¨ªna como cient¨ªfica, pero aunque se desnuda no puede descifrar el ¨²ltimo misterio. Se pregunta Freud: "?Qu¨¦ quiere la mujer?". Pero, por supuesto, la violaci¨®n no se ve y s¨®lo se sabe por implicaci¨®n. Benigno, interrogado por sus pares, lo admite. No se ve el acto violento pero lo ha hecho por amor. ?sta es la pel¨ªcula m¨¢s delicada de Almod¨®var.
La pel¨ªcula inicia la relaci¨®n de Benigno y Marco cuando los dos ven el juego de sillas musicales en el Caf¨¦ M¨¹ller. "Todo el mundo baila", dice Geraldine Chaplin explicando el inter¨¦s de Benigno por su coreograf¨ªa y termina con un coro bailable venido de las islas de Cabo Verde. El buen gusto de Almod¨®var por la m¨²sica no conoce fronteras y en cada pel¨ªcula te da a conocer melod¨ªas fascinantes. Cuando regres¨¦ de haber visto Hable con ella me encontr¨¦ con la posible obra maestra que me pareci¨® en su primera visi¨®n en video tape cuando no cre¨ªa necesaria la penetraci¨®n en B&N. Pero Pedro sabe. Y Hable con ella ha recorrido un camino triunfal, Oscar al mejor gui¨®n y todos los premios europeos que realmente cuentan y algunos triples, y las mejores cr¨ªticas que ha recibido en toda su carrera.
Todo el mundo conversa mientras estas mujeres duermen. Los nombres marcan a los personajes. Benigno, Lydia, Alicia y aqu¨ª me encuentro con el juego de los actores, desde el extraordinario Javier C¨¢mara a la impasible Leonor Watling y Rosario Flores vestida de luces toda refulgente, sobre todo cuando camina en el party de Caetano hacia la c¨¢mara, hasta la aparici¨®n casi un cameo de Chus Lampreave, liberadora del momento m¨¢s dram¨¢tico y, si esto huele al viejo Segismundo, no lo parece para nada con el enga?o que hace Benigno al psiquiatra. Se encargan de disipar el perfume freudiano la aparici¨®n de Lydia, a la que la superstici¨®n condena, y el libre albedr¨ªo de Alicia, perdida en el m¨¢s all¨¢ de las maravillas. Seguida de cerca por Marco, el hombre que llora para servirnos al mismo tiempo de gu¨ªa doblemente tur¨ªstico: la pel¨ªcula ahora ha recorrido un camino de todo triunfo.
Humor y dulzura
Con fecha de realizaci¨®n del a?o 2002, Hable con ella est¨¢ interpretada por Javier C¨¢mara, Leonor Watling, Dar¨ªo Grandinetti, Rosario Flores y Geraldine Chaplin, entre otros. Gui¨®n y direcci¨®n de Pedro Almod¨®var. Productor ejecutivo: Agust¨ªn Almod¨®var. Directora de producci¨®n: Esther Garc¨ªa. Director de fotograf¨ªa: Javier Aguirresarobe. Montaje: Jos¨¦ Salcedo. M¨²sica: Alberto Iglesias, y director art¨ªstico: Antxon G¨®mez.
En Le Nouvel Observateur se dijo: "Una gran pel¨ªcula, de un humor y una dulzura fuera de lo com¨²n.Almod¨®var ha firmado su m¨¢s bella pel¨ªcula.La nueva pel¨ªcula de Almod¨®var reh¨²sa con elegancia cualquier concesi¨®n al lloriqueo o sentimentalismo autocomplaciente. Despu¨¦s de Todo sobre mi madre, Almod¨®var ha realizado una pel¨ªcula a¨²n m¨¢s personal, m¨¢s fuerte y conmovedora. Con cada una de sus pel¨ªculas consigue superar a la anterior, que en su momento ya juzgamos insuperable. Almod¨®var es cada vez m¨¢s grande, m¨¢s sorprendente. Con Hable con ella ha alcanzado lo sublime".
Babelia
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