Un palco de saldo

Nunca hubo tantos que quisieran tener tan poco que ver con el palco del Santiago Bernab¨¦u anoche.

Hubo noches, hace dos a?os, en las que Florentino P¨¦rez, el presidente del Real Madrid, debi¨® hacer frente a la abrumadora demanda de sitios dosificando el reparto hasta tal punto que una vez hasta el propio rey Juan Carlos debi¨® quedarse fuera del privilegiado balc¨®n. No hab¨ªa suficiente aforo para el monarca y su s¨¦quito de amigos y familiares.

La noche de ayer fue completamente diferente. Primero porque no jugaba el Real Madrid. Segundo porque el palco fue presidido por Juan Padr¨®n, responsable provisional, mientras se alargue el proceso electoral, de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, al que actualmente se le investiga en un juzgado por presunta malversaci¨®n de fondos.

Los responsables del Real Madrid que se hicieron cargo de buena parte de la organizaci¨®n del partido de ayer no daban cr¨¦dito a la escasa demanda existente: en las gradas, donde se quedaron sin vender m¨¢s de 10.000 localidades, y en el palco, donde no hubo que trillar solicitudes. Ayer hab¨ªa lugar para todos los que lo desearan, que no eran muchos. Habitualmente, los metros cuadrados que ocupa el palco del Bernab¨¦u en d¨ªas de partido son los m¨¢s caros de ocupar en Madrid. La convocatoria de poderes f¨¢cticos atrae a personalidades p¨²blicas y privadas. Ayer no estaban ni el alcalde Alberto Ruiz Gallard¨®n, ni Esperanza Aguirre, ni el rey Juan Carlos, ni el pr¨ªncipe de Asturias, ni el ex presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su esposa, Ana Botella, ni muchos de los empresarios que gustan de buscar acomodo en sus mullidas butacas. La m¨¢xima autoridad pol¨ªtica que se sent¨® ayer en Chamart¨ªn fue el Director General de Deportes de la Comunidad de Madrid, Antonio Garde. Su presidenta, Aguirre, hizo mutis. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, anunci¨® que acudir¨ªa pero al final o no lo hizo, o procur¨® no levantar mucho la cabeza para que no se le viera.

Florentino P¨¦rez, porque nobleza obliga, debi¨® hacer de tripas coraz¨®n cuando se sent¨® junto al imputado Juan Padr¨®n y al presidente de la Asociaci¨®n de Futbolistas de Espa?a, Gerardo Movilla, el sindicato que organizaba el encuentro. El presidente madridista, en calidad de anfitri¨®n, ocup¨® su puesto para ver un partido hist¨®rico: la noche que su palco se reparti¨® como arena en el desierto.