Jubilaci¨®n a los 65 a?os: m¨¢s frustraci¨®n
Cuando hace m¨¢s de 30 a?os obtuve el t¨ªtulo de m¨¦dico, tras seis a?os de carrera y trabajando de noche para poder hacer frente a sus gastos y no ser una imposible carga familiar, se abr¨ªa ante m¨ª un gran abanico de posibilidades para poder ejercer una profesi¨®n tan bella y cargada de vocaci¨®n. Me especialic¨¦ en Cirug¨ªa General, gan¨¦ plaza en un hospital de la Seguridad Social y, posteriormente, en el Servicio Especial de Urgencias de la misma (entonces perfectamente compatibilizadas ambas). Y con los dos trabajos y sus correspondientes emolumentos, y poder ejercer hasta los 70 a?os, me dispuse a intentar conseguir un buen, y cre¨ªa que merecido, status social.
Pero llegaron los socialistas y pasaron a decretar las incompatibilidades, por lo que hube de renunciar a la antedicha plaza en Urgencias. Sin ejercer la medicina privada he vivido con el sueldo del hospital, incrementado por un plus de guardias de presencia f¨ªsica y de 24 horas de dedicaci¨®n (cuatro o cinco al mes). Y he conocido toda la enorme transformaci¨®n de la sanidad p¨²blica desde dentro del SAS: su f¨¦rrea politizaci¨®n, su ausencia de di¨¢logo constante con sus profesionales, su impositiva prepotencia a la hora de tomar decisiones, etc. Pero..., a¨²n ten¨ªa la posibilidad de intentar seguir "aguantando", mientras el cuerpo pudiera resistirlo, hasta esos prometidos 70 a?os. Las perspectivas de realizaci¨®n social y personal segu¨ªan a¨²n en pie, aunque fuera con ese solo sueldo, que jam¨¢s ha experimentado una subida acorde con nuestra categor¨ªa y funci¨®n, y, adem¨¢s, sintiendo el agravio comparativo con los m¨¦dicos de otras autonom¨ªas, que s¨ª se ve¨ªan compensados desde el punto de vista dinerario.
Y, ahora, por un "decretazo" (en Andaluc¨ªa, recuerden, siguen los mismos mandarines en la pol¨ªtica) nos han quitado cinco a?os de esa posible vida laboral: habr¨¦ de jubilarme a los 65.
Y uno acaba por preguntarse: ?Qu¨¦ habremos hecho los m¨¦dicos de la sanidad p¨²blica para ser tan maltratados? ?No ser¨¢n estas reflexiones las que nos hacen sentirnos desmotivados y "quemados" a tantos que, un d¨ªa ya lejano, elegimos la entonces bella profesi¨®n de la medicina? ?Cu¨¢ndo seremos capaces de decir tambi¨¦n: "?M¨¦dicos andaluces, levantaos!?"-
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