"Los verdaderos autores del mal que existe y seguir¨¢ existiendo en el mundo no leen poes¨ªa"
No result¨® f¨¢cil entrevistar a la poetisa polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura 1996. Su aversi¨®n a las entrevistas y a la prensa es proverbial. Tras el env¨ªo de una propuesta de temas y la concesi¨®n de una cita en su casa de Cracovia, lleg¨® una abrupta anulaci¨®n de ¨²ltima hora que se pudo transformar en acuerdo con la condici¨®n de hablar s¨®lo de su poes¨ªa. Szymborska vive en un barrio donde la vieja Cracovia pierde su car¨¢cter y se convierte en una sucesi¨®n de viviendas prefabricadas de la ¨¦poca del socialismo real. A sus 81 a?os, Szymborska da muestras de enorme vitalidad, fuma bastante y derroch¨® simpat¨ªa en la entrevista concedida a Babelia.
PREGUNTA. He le¨ªdo tantas cosas sobre las dificultades de hablar con usted que tengo miedo. El tambi¨¦n premio Nobel de literatura polaco Czeslaw Milosz escribi¨® una vez de usted: "Guarda para s¨ª sus asuntos privados y se mueve a una cierta distancia".
"Pienso que la postura de 'no s¨¦' es hasta m¨¢s amplia que la noci¨®n 'lo s¨¦"
RESPUESTA. Hay que poder distanciarse de s¨ª mismo. Y el distanciamiento de s¨ª mismo implica el uso del humor. En muchas ocasiones el humor est¨¢ presente en mis versos. Los que no saben distanciarse de s¨ª mismos no tienen sentido del humor. Las dos cualidades son inherentes la una a la otra.
P. ?Es el humor el camino hacia la sabidur¨ªa?
R. Es una gran cuesti¨®n, un tema muy amplio y habr¨ªa que pensar profundamente sobre la respuesta, que no es f¨¢cil. En primer lugar debemos responder a la pregunta de si la sabidur¨ªa es accesible. Sin lugar a dudas, el humor constituye un paso hacia esta meta y permite al hombre ampliar sus conocimientos.
P. ?Es quiz¨¢ un mecanismo de defensa?
R. Tambi¨¦n, sin duda alguna. Y es muy importante en este sentido. Muchas veces, en momentos dif¨ªciles, el humor da fuerza. Esto ocurri¨® tambi¨¦n m¨¢s de una vez en Espa?a. Por supuesto, hay situaciones donde no hay lugar para el humor en las que nadie tiene ni siquiera fuerza para bromear. Pero en la vida cotidiana, que nos presenta constantemente muchos problemas, el humor nos ayuda y nos anima.
P. ?Hay un componente de escepticismo en el humor?
R. Por supuesto que s¨ª. Es una posici¨®n muy buena para afrontar la vida. Nos protege contra brotes de entusiasmo precipitado o sentimientos de desesperaci¨®n y desilusi¨®n cuyas fuentes resultan luego menos agudas o dif¨ªciles de afrontar.
P. ?Y el cinismo en el humor?
R. Pues no. El cinismo y el humor son cualidades totalmente ajenas una a la otra, y si alguien me dijera que en mis versos encuentra el cinismo, esto me afligir¨ªa mucho. Personalmente no encuentro en mi poes¨ªa el nihilismo ni el cinismo porque en m¨ª no hay desprecio. La iron¨ªa, presente en mis versos, podr¨ªa resumirse en las palabras: "Yo soy como t¨²".
P. En lo que he le¨ªdo de su poes¨ªa, quiz¨¢ lo he entendido mal, no he visto a Dios.
R. Pues no s¨¦. No lo conozco. Todo esto lo sabremos al morirnos.
P. Esto choca con el estereotipo vigente de los polacos.
R. Efectivamente. Yo no s¨¦ inscribirme en esa f¨®rmula tan com¨²n. En el mundo existen varias religiones y cada una de ellas se orienta hacia el mismo punto, formula las mismas preguntas universales. Pero no obstante, seguimos en la esfera de preguntas. ?Y las respuestas? ?D¨®nde est¨¢n? Ya lo veremos, lo veremos absolutamente todos.
P. Pero usted se educ¨® con las madres ursulinas.
R. S¨ª. Tengo un recuerdo muy grato de esa escuela y de las hermanitas que nos daban clases. Debo decir que termin¨¦ en esta escuela como alumna externa y no me provoc¨® ning¨²n trauma. Viv¨ª siempre con mis padres.
P. ?Era hija ¨²nica?
R. No, no. Tuve una hermana mayor que falleci¨® hace poco. Cuando recib¨ª el Premio Nobel, esa nueva situaci¨®n provoc¨® una gran confusi¨®n y turbaci¨®n en mi vida. Quiz¨¢ no supe saborear ese momento. En cambio, mi hermana, que podr¨ªa alegrarse con una alegr¨ªa pura, no intimidada, falleci¨® pocos meses despu¨¦s.
P. ?Recibi¨® una educaci¨®n tradicional?
R. S¨ª, pero mi biograf¨ªa es hasta cierto punto at¨ªpica, puesto que en muchas ocasiones los j¨®venes reprochan algo a sus padres. Y de esto existen muchos testimonios. Tambi¨¦n en la literatura est¨¢ de moda poner en duda lo que hicieron nuestros padres. En mi creaci¨®n no encontrar¨¢ tal vertiente. Tuve muy buenos padres. Muy sabios y sensatos. Al padre que trataba de darme respuesta a todas las preguntas y a la madre que se centraba en la vida cotidiana del hogar. O sea, fue una familia tradicional donde la madre era ama de casa y se ocupaba de los ni?os.
P. En su obra no est¨¢ Dios, pero hay una sensaci¨®n de pante¨ªsmo. ?Es esto correcto?
R. S¨ª, s¨ª, porque la vida es un fen¨®meno inveros¨ªmil e incre¨ªble. No s¨¦. ?stas son las preguntas. Todo son preguntas. Yo en absoluto me identifico con aquellos que dicen "no". Simplemente no s¨¦. Pienso que la postura de "no s¨¦" es hasta m¨¢s amplia que la noci¨®n "lo s¨¦". Ha habido grandes poetas que estaban seguros de lo que sab¨ªan. Entre otros, Dante. Pero creo que si hubiese escrito la Divina Comedia cinco a?os m¨¢s tarde, Dante habr¨ªa quitado a alguno de su infierno y metido a otros. Quiz¨¢ habr¨ªa cambiado de criterios.
P. Es muy socr¨¢tica su posici¨®n: s¨®lo s¨¦ que no s¨¦ nada.
R. Mi "no s¨¦" no es una alabanza de la ignorancia y de los ignorantes. Es el resultado de muchos a?os de b¨²squeda.
P. ?Es una duda met¨®dica?
R. Algo en este sentido. Mi escepticismo radica tambi¨¦n en la falta de fe en que la poes¨ªa pueda cambiar el mundo. Por supuesto, hay que hacer lo posible por lograr esta meta. Me refiero en este momento a m¨ª misma y no a todos los poetas. En mi creaci¨®n tengo en mente al hombre como individuo y a este hombre quiero demostrarle cosas, buscar con ¨¦l alg¨²n entendimiento y comprensi¨®n, a veces dirigirme a su conciencia y al sentido com¨²n. Me dirijo siempre a destinatarios individuales. En cambio, la transformaci¨®n del mundo por la poes¨ªa es algo en lo que lamentablemente no creo. El universo en que vivimos se gu¨ªa por otras leyes ajenas al verso po¨¦tico. Adem¨¢s, los verdaderos autores del mal que existe y seguir¨¢ existiendo en este mundo no leen poes¨ªa.
P. En Espa?a tuvimos un poeta social que dec¨ªa que la poes¨ªa es un arma cargada de futuro.
R. No entiendo este tipo de razonamiento. Claro est¨¢ que ser¨ªa bueno que ese poeta tuviera raz¨®n, pero dudo de que sea as¨ª. Preguntaba usted [en el cuestionario con la propuesta de temas para la entrevista] citando a Adorno, si despu¨¦s de Auschwitz es posible la poes¨ªa. Pienso que la vida misma ofrece la respuesta. S¨ª, la poes¨ªa es posible despu¨¦s de un acontecimiento tan traum¨¢tico como Auschwitz. Pero es verdad tambi¨¦n que al lado de la poes¨ªa, paralelamente existen otros Auschwitz. Pensemos en Corea del Norte o Cuba y tantos otros lugares de los que ni siquiera tenemos informaci¨®n o noci¨®n. Existe una poes¨ªa que da testimonio de aquellos horribles fen¨®menos. No obstante, existen lugares donde no hay campos de concentraci¨®n, donde los hombres se aman, construyen casas, cr¨ªan hijos y de esto tambi¨¦n hablan los versos. La vida es un enredo del bien y del mal que coexiste desde siempre.
P. Esa actitud suya, ese "no s¨¦", esa incertidumbre, hubo una ¨¦poca en su vida en que no era as¨ª. [Szymborska milit¨® en el partido comunista polaco].
R. Por supuesto que s¨ª. Mis dos primeros libritos de poes¨ªas eran una visi¨®n feliz de un mundo bueno. Fue el resultado de moverme en un espacio pol¨ªtico determinado, pero luego comprend¨ª que era un error, gran error, y ya desde el tercer tomo de mis poes¨ªas pas¨¦ al ¨¢mbito hist¨®rico, aunque no qued¨® indiferente a lo que acontece actualmente alrededor de nosotros. Veo al hombre desde una perspectiva hist¨®rica, como un fen¨®meno de constante evoluci¨®n. Simplemente he cambiado el espacio.
P. En uno de sus versos dice que no existe "un chacal autocr¨ªtico".
R. No, no lo es porque todos los animales que existen viven en un estado de absoluta inocencia. Se matan, se comen, pero quedan en estado de inocencia, mientras que los remordimientos de conciencia son un rasgo puramente humano y est¨¢ muy bien que las cosas se queden as¨ª.
P. Hay un verso suyo donde pregunta "?por qu¨¦ tom¨¦ por buenas las cosas malas y qu¨¦ necesito para no volver a equivocarme?".
R. S¨ª, efectivamente dije esto. Es otra gran pregunta.
P. ?Le gustar¨ªa borrar de su vida esa fase o la ha asumido?
R. Espero haber aprendido algo y he sacado conclusiones. Ya s¨¦ que nada es cierto y hay que ver todo desde sus seis lados. Todo tiene sus seis lados. Lo miramos desde arriba, desde abajo y de los otros cuatro lados. Debo decir que los poemas de aquellos dos primeros tomos no los incluyo en las selecciones editadas hoy d¨ªa. Nunca he renegado como autora de aquellos versos, pero no hay motivo para revitalizarlos. Tambi¨¦n habl¨¦ de esto p¨²blicamente.
P. ?Se puede contemplar esa fase con humor?
R. M¨¢s bien con reproches hacia una misma. Fui tonta. Hay que reconocerlo. No s¨¦ si hoy lo sabr¨ªa, pero sin duda entonces era una tonta.
P. Otro tema que aparece en su ¨²ltimo libro es la muerte. ?C¨®mo se la plantea?
R. Tal como lo escribo en mis versos. Tuve muchas experiencias en mi vida. Perd¨ª a muchas personas cercanas y s¨¦ que hay que escribir sobre la muerte. Sin embargo, trato de no extenderme en este tema, no convertirlo en algo muy frecuente en mis versos.
P. ?Se puede afrontar la propia muerte con humor?
R. Escrib¨ª un poema sobre la muerte, pero sin exagerar. De hecho la muerte nos ataca desde el mismo momento en que venimos al mundo, pero no logra su objetivo tan r¨¢pido. Unas veces s¨ª, otras no. De todas formas hace lo que puede por salirse con la suya. La muerte trabaja todo el tiempo arduamente, pero las cosas no le resultan tan f¨¢ciles puesto que nosotros vivimos y queremos vivir.
P. Ha dicho usted que la poes¨ªa no cambia el mundo.
R. Trata de hacerlo, pero los resultados son ef¨ªmeros. Pero tampoco podemos generalizar. Hay obras que empujaron el mundo hacia adelante de alguna forma. Por ejemplo, Dickens contribuy¨® con sus novelas a eliminar la pena de c¨¢rcel por deudas. Fue un verdadero ¨¦xito. En Las bodas de F¨ªgaro se ha demostrado con toda la fuerza la estupidez de los privilegios de determinadas capas sociales, que pod¨ªan vivir por encima de los dem¨¢s gracias a su posici¨®n privilegiada en la sociedad. En aquellos tiempos esa cr¨ªtica contribuy¨® a poner en rid¨ªculo esa forma de organizaci¨®n social. A veces la literatura contribuye a algo positivo.
P. En el discurso de Estocolmo, al recibir el Premio Nobel, dijo usted que la inspiraci¨®n no es s¨®lo patrimonio de los poetas, que un m¨¦dico o un trabajador tambi¨¦n tienen inspiraci¨®n.
R. Naturalmente. Nosotros los artistas no tenemos el monopolio de la inspiraci¨®n. Todos tratan de encontrar su propio camino en la vida y tienen momentos de inspiraci¨®n. S¨®lo el romanticismo pon¨ªa en el pedestal a los poetas afirmando que ellos sirven de inspiraci¨®n a los dem¨¢s. No comparto esta opini¨®n. Tambi¨¦n est¨¢n inspirados los m¨¦dicos, bi¨®logos, f¨ªsicos, matem¨¢ticos y otros.
P. Usted escribi¨® un poema titulado
El gato en un piso vac¨ªo, donde alude a la muerte desde la perspectiva del gato. ?Tienen alma los gatos?
R. Para responder le citar¨¦ a Anatole France, quien en una de sus obras describi¨® la siguiente escena: "A un alto representante de la jerarqu¨ªa de la Iglesia se le acerc¨® una marquesa con un perrito en los brazos y le pregunt¨®: 'Excelencia, ?tienen alma los animales?'. El cl¨¦rigo se encontraba en una situaci¨®n bastante inc¨®moda, y pens¨®: 'Si le digo a esta parroquiana que no la tienen, dejar¨¢ de contribuir con su dinero a la Iglesia, y si le digo que s¨ª, ir¨¦ en contra de la doctrina'. Pero encontr¨® la respuesta: 'S¨ª, marquesa, los animales tienen alma, pero un poco m¨¢s peque?a".
P. ?Conoci¨® a Milosz?
R. Naturalmente que s¨ª. Lo conoc¨ªa desde hace mucho tiempo y tambi¨¦n su poes¨ªa. Desde el primer momento, supe que era un gran poeta. Despu¨¦s, cuando regres¨® a Cracovia, nos vimos muchas veces. Dir¨¦ que sent¨ªa simpat¨ªa hacia mi persona. Conoc¨ª unas diez o veinte personas que agradezco al destino haberlas encontrado en mi vida. Milosz es una de ellas. Tuve mucha suerte.
P. Me encontr¨¦ con un verso de Milosz en su
Tratado Moral que dice: "No eres tan impotente / aunque fueras como una piedra del campo / la avalancha cambia de direcci¨®n por una sola piedra".
R. S¨ª, esas frases podr¨ªa suscribirlas de rodillas. Terminemos esta simp¨¢tica conversaci¨®n citando a Milosz, que una vez se encontraba entre un peque?o grupo de amigos y realiz¨® este brindis: "?Que la felicidad sea accesible en esta tierra!". Comparto esta opini¨®n. La felicidad est¨¢ al alcance de nuestras manos en esta tierra. Por supuesto, la desgracia tambi¨¦n, pero apoyemos la felicidad, contribuyamos a los momentos felices de la vida.
Traducci¨®n de Piotr Moszczenski.
BIBLIOGRAF?A
Poes¨ªa no completa (Fondo de Cultura Econ¨®mica). La escritora mexicana Elena Poniatowska introduce con rigor y pasi¨®n un volumen que contiene pr¨¢cticamente todos los poemas "autorizados" de Szymborska, traducidos por Gerardo Beltr¨¢n y Abel A. Murcia.
Paisaje con grano de arena (Lumen). Traducci¨®n de Jerzy Slawomirski y Ana Mar¨ªa Moix de la antolog¨ªa que llam¨® la atenci¨®n internacional sobre
W. S. poco antes del Nobel.
El gran n¨²mero / Fin y principio y otros poemas (Hiperi¨®n). Traducci¨®n a cargo de nueve traductores de los dos libros cl¨¢sicos (de 1976 y 1993, respectivamente) de la autora polaca. Van precedidos del discurso de Estocolmo, de una antolog¨ªa breve pero significativa y de una introducci¨®n imprescindible de Malgorzata Baranowska.
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