Una turba lincha en M¨¦xico a dos polic¨ªas ante c¨¢maras de televisi¨®n
El martirio dur¨® cuatro horas y no acudi¨® ninguna fuerza de seguridad
Los dos polic¨ªas federales linchados en una barriada de Ciudad de M¨¦xico y el que qued¨® gravemente herido imploraron auxilio por sus m¨®viles, negaron ser secuestradores de ni?os y minutos antes de ser machacados a patadas y quemados vivos por una turba, Televisa entrevist¨® a V¨ªctor Mireles. Aterrorizado, sangrando por la boca, suplic¨® por su vida. Mireles y Crist¨®bal Bonilla murieron abrasados, atados a un poste. El martirio dur¨® casi cuatro horas y ninguna dotaci¨®n policial acudi¨® a tiempo en su rescate.
Las dotaciones despachadas la noche del martes al populoso arrabal de San Juan Ixtayopan s¨®lo encontraron los humeantes cad¨¢veres de sus compa?eros, y a Edgar Moreno en la hora de la recomendaci¨®n del alma porque le arrastraban de los pelos hacia otra pira. "?J¨¢lenlo de los g¨¹evos para que aprenda!". Jos¨¦ Luis Figueroa, jefe de la Polic¨ªa Federal Preventiva (PFP), admiti¨® el fracaso. "Todos llegamos tarde". Nadie entiende el retraso federal, ni la pasividad de la polic¨ªa de Ciudad de M¨¦xico, ni que llegara la prensa antes que la autoridad.
Tres horas y media antes de morir, en torno a las seis de la tarde (hora local), los tres inspectores de la Coordinaci¨®n de Inteligencia para la Prevenci¨®n de la Polic¨ªa Federal vigilaban una casa sospechosa de albergar a delincuentes del narcotr¨¢fico. Vest¨ªan de civil y ocupaban un autom¨®vil sin identificaci¨®n oficial. Alguien del barrio grit¨® que dos alumnos del colegio Popol hab¨ªan sido secuestrados y que los tres apostados en una esquina pr¨®xima eran c¨®mplices. Los vecinos se alertaron unos a otros, patearon puertas, repicaron las campanas de la iglesia y marcharon hacia el coche.
La multitud rode¨® y volc¨® el autom¨®vil, desarm¨® a sus ocupantes y trat¨® de maniatarles, pero los polic¨ªas corrieron a refugiarse en la escuela. Dijeron que eran agentes de inteligencia contra el menudeo de estupefacientes, pero el vecindario no les crey¨® porque ya era irracional populacho.
"?Pinches hijos de la fregada! ?Os vamos a matar", gritaba el agolpamiento, embrutecido por el alcohol o por la furiosa creencia de que hab¨ªan capturado a secuestradores de ni?os. Cientos de personas salieron en persecuci¨®n de los agentes, a los que finalmente atraparon. La horda los moli¨® a palos. Durante dos horas, el tr¨ªo sobrevivi¨® al ataque sin otra ayuda que la adrenalina segregada por el p¨¢nico y las objeciones de algunos vecinos, pronto sobrepasados por el salvajismo de la mayor¨ªa.
Fue tanto el tiempo transcurrido desde el comienzo de la cacer¨ªa que un equipo de Televisa accedi¨® a la barriada cuando todav¨ªa no hab¨ªa terminado el linchamiento. Eran las 20.20. "?C¨®mo se llama usted?", pregunt¨® el reportero a un polic¨ªa, apenas visible entre las garras de quienes le inmovilizaban. "V¨ªctor Mireles". "?Qu¨¦ hac¨ªan aqu¨ª?". "Somos de la PFP y estamos investigando". Mireles y Bonilla, de 39 y 27 a?os, apenas conscientes, fueron conducidos hacia la hoguera por jen¨ªzaros que les insultaban y apaleaban. Sus cuerpos a¨²n se mov¨ªan entre el crepitar de las llamas y las risotadas de sus matarifes.
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