?Puede Armstrong ir a m¨¢s de 60?
Un estudio predice que en altitud y con una bicicleta aerodin¨¢mica, el estadounidense podr¨ªa superar la barrera m¨ªtica del r¨¦cord de la hora
A media tarde del 21 de julio pasado hab¨ªa, por lo menos, dos estadounidenses felices. Uno era Lance Armstrong, el otro, Daniel Heil. Uno estaba en los Alpes de Francia, el otro, en Montana, Estados Unidos.
El primero, un ciclista profesional, acababa de imponerse en la cronoescalada de Alpe d'Huez y de asegurar la victoria en su sexto Tour consecutivo; el segundo, un cient¨ªfico del movimiento, acababa de comprobar c¨®mo la realidad se ajustaba como un guante, casi a la perfecci¨®n, a su modelo matem¨¢tico de predicci¨®n del rendimiento. Armstrong hab¨ªa cubierto los 15,5 kil¨®metros de la contrarreloj -que inclu¨ªan una ascensi¨®n de 13,8 kil¨®metros al 7,9%- en 39m 41s; Heil, que hab¨ªa incluido en su modelo todas las variables posibles, los cambios en la producci¨®n de potencia seg¨²n la altura, la posici¨®n del cuerpo, sentado o de pie, el ¨¢rea frontal que opon¨ªa al viento, una potencia de 500 vatios, un peso de 71 kilos, una bicicleta de 6,8 kilos y un casco y unas zapatillas de 1,2 kilos, hab¨ªa calculado que invertir¨ªa 39m 40s. Se equivoc¨® por 1s, un error inferior al 0,05 por cien. Y ello, a pesar de que en realidad Armstrong pesaba m¨¢s de lo publicado, un par de kilos m¨¢s o menos, y de que movi¨® casi 550 vatios, y no los 500 del predictor.
Armstrong a¨²n no sabe si en 2005 intentar¨¢ su s¨¦ptimo Tour, el r¨¦cord de la hora o ambos retos
Conocido este antecedente, no queda m¨¢s remedio que tomar en serio las ¨²ltimas predicciones de Heil, quien en un estudio que publicar¨¢ pr¨®ximamente el European journal of applied physiology propone un modelo para calcular el rendimiento de los ciclistas en el r¨¦cord de la hora partiendo del axioma de que hay una proporci¨®n directa y lineal entre los kilos y la potencia: cuanto m¨¢s pesa un ciclista, m¨¢s velocidad puede alcanzar. Y, seg¨²n Neil, que ha contrastado su teor¨ªa con el historial reciente del r¨¦cord de la hora, este factor es m¨¢s importante a la hora de predecir una marca que el aerodinamismo, que la superficie frontal que el ciclista enfrente al viento.
Seg¨²n este modelo, Miguel Indurain, que en 1994 con la Espada en Burdeos logr¨® un r¨¦cord de 53,040 kil¨®metros, se qued¨® muy por debajo del potencial que le ofrec¨ªan sus 81 kilos, tanto como 4,7 kil¨®metros. Si el gigante navarro hubiera estado a la altura aquella tarde de agosto, apenas una semana despu¨¦s de ganar su cuarto Tour, se habr¨ªa ido a 57,753 kil¨®metros, una distancia a¨²n muy superior al r¨¦cord de 56,375 kil¨®metros conseguido por el brit¨¢nico Chris Boardman que llev¨® a la UCI a prohibir las bicicletas aerodin¨¢micas a partir de 1996 y a imponer la bicicleta tradicional, el llamado modelo Merckx, sin acoples aerodin¨¢micos para los brazos y de tuber¨ªa redonda.
Con esa bicicleta, Boardman dej¨® en 2000 el r¨¦cord en 49,441 kil¨®metros. Con esa bicicleta, predice Heil, Armstrong se ir¨ªa a 51,335 kil¨®metros a nivel del mar. Con esa bicicleta, y a los casi 3.500 metros de altitud del vel¨®dromo de La Paz (Bolivia), Armstrong ser¨ªa capaz de pasar de 60 kil¨®metros.
"Pero no, pero no", rechaza Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, quien organiz¨® el r¨¦cord de Indurain en el 94. "A m¨¢s de 57 por hora habr¨ªa ido si no midiera casi 1,90 metros, si las piernas no le dieran casi en el pecho, si hubiera tenido una aerodinamismo ideal". Ech¨¢varri recuerda que antes del r¨¦cord hicieron pruebas en el t¨²nel de viento de Mil¨¢n. "Prob¨® diferentes posiciones hasta dar con la mejor, y el especialista le dijo a Miguel: 'as¨ª, as¨ª te tienes que colocar en la bici'. Y Miguel le respondi¨®: 'perfecto, pero ahora, ?c¨®mo pedaleo?'. Era una posici¨®n imposible".
En el rendimiento de Indurain aquella tarde tambi¨¦n influyeron el cansancio f¨ªsico, la fatiga mental, la motivaci¨®n limitada, factores intangibles que no puede medir un modelo matem¨¢tico de ecuaciones y algoritmos, condicionantes que tambi¨¦n influir¨ªan en el rendimiento de Armstrong, en su posibilidad de ser el primer ciclista en superar la m¨ªtica barrera de los 60 kil¨®metros en una hora.
De hecho, Armstrong a¨²n no sabe si en 2005 intentar¨¢ ganar su s¨¦ptimo Tour, se centrar¨¢ en ganar alguna cl¨¢sica o intentar¨¢, como ha susurrado en algunas ocasiones, el r¨¦cord de la hora. Armstrong, que ya tiene 33 a?os, no sabr¨¢ hasta llegado mayo si tendr¨¢ la fuerza de voluntad suficiente, la motivaci¨®n ncesaria para entrar en lo que ¨¦l llama su fase de tortura. El a?o pasado, s¨ª que la tuvo. La encontr¨® para, al d¨ªa siguiente de que Iban Mayo le derrotara en la cronoescalada del Mont Ventoux, en junio, saber que el problema era dos kilos de m¨¢s, y para empezar ese d¨ªa a sustituir por agua la leche de los cereales, ¨¦l, al que tanto le gusta comer.
La tortura es el ¨²nico camino de un ciclista que antes fue triatleta, con hombros y espaldas de nadador,, con una gran masa muscular. Cuando se pesa de m¨¢s y ya se est¨¢ en un 8,5 por cien de grasa, no hay m¨¢s salida. Esa dificultad hace dif¨ªcil prever las decisiones de Armstrong para 2005.
Esa misma complexi¨®n, esa carcasa desmedida, hace a¨²n m¨¢s significativas sus grandes prestaciones contrarreloj. Como Indurain, Armstrong tiene problemas para lograr una posici¨®n perfectamente aerodin¨¢mica, como Indurain, Armstrong, cuando dobla el cuerpo por la pelvis y coloca su caja tor¨¢cica paralela a la barra de la bicicleta, tiene que tener cuidado para que las rodillas no le golpeen el pecho. Como Indurain, Armstrong puede batir el r¨¦cord de la hora, pasar de 50 kil¨®metros con la bicicleta tradicional, pero como el navarro, tendr¨¢ muy complicado llegar a un r¨¦cord definitivo, a la altura de su calidad en la carretera.
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