La palabra libre en Europa
Antonio Tabucchi, al recibir hace d¨ªas el premio Francisco Cerecedo de Periodismo, mantuvo que Europa es una vasta comuni¨®n de pa¨ªses en los que la palabra libre, la informaci¨®n libre, constituye la esencia misma de los valores democr¨¢ticos en los que se basa la Carta constitucional a cuya aprobaci¨®n en refer¨¦ndum hemos sido convocados los espa?oles el pr¨®ximo 20 de febrero. Enseguida se?al¨® la clamorosa excepci¨®n de Italia, donde la inexistencia de leyes especiales para nada garantiza las libertades, ya que el recurso a la censura puede sustituirse en nuestros d¨ªas por el de comprarla. Eso es lo que, seg¨²n refiere Tabucchi, ha ocurrido con los medios de comunicaci¨®n italianos. Insiste en que m¨¢s de un 80% de las empresas editoras y de radio y televisi¨®n pertenecen a una sola persona, un multimillonario cuya fortuna es de origen desconocido y que resulta ser al tiempo presidente del Gobierno de ese pa¨ªs. Un caballero, dice nuestro premiado, que obtiene sus ganancias gracias a la informaci¨®n, que no s¨®lo es su propietario sino su productor.
Sostiene Tabucchi que el problema causado por la limitaci¨®n y el control de la informaci¨®n libre, degradado hasta su conversi¨®n en un sistema propagand¨ªstico feroz y servil, no deber¨ªa ser ignorado como si quedara confinado sin mayores consecuencias dentro de las fronteras de Italia y s¨®lo mereciera una mirada distra¨ªda o una actitud de conmiseraci¨®n ben¨¦vola. La cuesti¨®n ata?e a toda la Uni¨®n Europea. Cuando aquel austriaco, Haider, asom¨® la oreja retrofascista, el Consejo se puso en pie y el propio Marcelino Oreja, entonces comisario en Bruselas, fue encargado de preparar un informe con recomendaciones despu¨¦s de visitar el pa¨ªs y escuchar a todos los interlocutores. Pero a los abusos de Silvio Berlusconi nada se ha objetado. Dijo que si sal¨ªa elegido presidente del Gobierno se retirar¨ªa por completo de la gesti¨®n de su grupo empresarial mediante una ley de la que nunca m¨¢s se supo. Adem¨¢s, ha multiplicado los intentos de leyes ad hoc para quedar inmune en los procesos que se le siguen por corrupciones diversas.
Qu¨¦ distintas son las varas de medir. C¨®mo se pasa de la m¨¢s estricta exigencia a la m¨¢s laxa tolerancia. Porque es indudable que si fuera el primer ministro turco Erdogan quien estuviera transitando por el camino de los excesos antidemocr¨¢ticos de Berlusconi, el dictamen de las instituciones europeas hubiera sido de aplazamiento fulminante de las negociaciones de adhesi¨®n para dentro de 30 a?os. Mientras que las descaradas actitudes del primer ministro italiano no pagan prenda alguna. Tampoco se reclama nada a sus valedores m¨¢s relevantes. As¨ª el t¨¢ndem Aznar-Agag, que supo disipar las sospechas suscitadas por la formaci¨®n berlusconiana Forza Italia y logr¨® incorporarla al Partido Popular Europeo. Tambi¨¦n fue muy valiosa, a?os antes, la finta jur¨ªdico-burocr¨¢tica que Aznar y sus incondicionales supieron urdir admirablemente para mantener escondida en una carpeta de la representaci¨®n de Espa?a ante la Uni¨®n la solicitud de suplicatorio cursada por el juez campeador Baltasar Garz¨®n para procesar al europarlamentario Berlusconi, imputado en el caso Tele 5.
Llegados aqu¨ª, demos con fuerza los gritos de rigor, aclaremos que los errores clamorosos de pasados Gobiernos en absoluto son fuente de indulgencia para los que comete el presidido por ZP, pero recordemos tambi¨¦n, por ejemplo, cu¨¢ntas veces y en qu¨¦ forma tremendista se pidieron cuentas a Felipe Gonz¨¢lez por haberse encontrado con Bettino Craxi, cuya ejecutoria deber¨ªamos aceptar que resist¨ªa ventajosamente la comparaci¨®n con la de su empleador Silvio Berlusconi. Comprobemos adem¨¢s que el margen de oscilaci¨®n cuando alguien se instala en La Moncloa se reduce considerablemente. Por eso, ese mismo Berlusconi del que aqu¨ª se viene hablando, recipiendario de tantos denuestos socialistas, era recibido la semana pasada con todos los honores en Cuenca para que probara el morteruelo con motivo de la cumbre hispano-italiana. Otra cosa m¨¢s inexplicable es que il Cavaliere quedara invitado a sumarse a la campa?a que se abrir¨¢ aqu¨ª por el s¨ª a la Constituci¨®n europea. Porque para algunos decir s¨ª al Tratado es tambi¨¦n decir no a Berlusconi, transgresor impune de los principios b¨¢sicos de la democracia.
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