M¨¢s de 1.400 millones de trabajadores ganan menos de dos d¨®lares al d¨ªa

M¨¢s de 1.400 millones de trabajadores -la mitad de los 2.800 millones de empleados del mundo- est¨¢n atrapados en la pobreza y ganan menos de dos d¨®lares diarios, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT). En su informe anual, la instituci¨®n insiste en que esta situaci¨®n puede mejorar con pol¨ªticas orientadas a aumentar la productividad. Pero advierte de que la mejora de la productividad en los pa¨ªses industrializados genera, al menos de momento, m¨¢s desempleo que la temida deslocalizaci¨®n (traslado de f¨¢bricas y trabajos a otros pa¨ªses en desarrollo).

M¨¢s trabajadores que nunca est¨¢n viviendo en la pobreza, seg¨²n el Informe sobre empleo en el mundo, publicado ayer por la OIT, agencia de Naciones Unidas, con datos de 2003. De los 1.400 millones que ganan menos de dos d¨®lares diarios, 550 millones llevan cada d¨ªa a casa menos de un d¨®lar, mientras casi 185,9 millones no tienen un empleo, lo que supone una tasa de paro mundial del 6,2% el a?o pasado, frente al 6,3% de 2002.

No obstante, el porcentaje de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza ha disminuido con respecto al nivel alcanzado en 1990, pasando del 57,2% al 49,7%. "La generaci¨®n de m¨¢s puestos de trabajo y de mayor calidad deber¨ªa convertirse en pieza fundamental de las estrategias para reducir la pobreza del mundo", indic¨® el director general de la OIT, Juan Somavia, en una conferencia de prensa en Ginebra, sede del organismo.

La productividad es clave. "El crecimiento de la productividad es, despu¨¦s de todo, el motor del crecimiento econ¨®mico que puede permitir a mujeres y hombres obtener ingresos suficientes para salir de la pobreza", a?adi¨® Somavia.

El informe, de 257 p¨¢ginas, hace un profundo an¨¢lisis sobre los pros y los contras de la mejora de la productividad. ?sta suele ser positiva cuando va ligada a los avances tecnol¨®gicos, que permiten producir m¨¢s en menos tiempo y a menor coste, y al reciclaje continuo de la mano de obra, que debe adaptarse a los cambios. Esta adaptaci¨®n no significa, puntualiza la OIT, que se apoye la temporalidad, sino la estabilidad combinada con la movilidad laboral.

Pero a veces la mejora de la productividad se hace a costa del empleo, sobre todo en el sector manufacturero, y sus efectos son mayores que los de la temida deslocalizaci¨®n de empresas, un f¨¦nomeno cada vez m¨¢s frecuente en los pa¨ªses industrializados. Un ejemplo de ello, se?ala la OIT, es que en la d¨¦cada pasada la producci¨®n de acero en Estados Unidos aument¨® de 75 a 102 millones de toneladas, pero el n¨²mero de empleos en esa industria se redujo de 289.000 a s¨®lo 74.000.

En cambio, el traslado de la producci¨®n al extranjero por parte de algunas empresas provoc¨® menos del 2% de los 239.361 despidos masivos anunciados en Estados Unidos en el primer trimestre de este a?o.

A largo plazo, la mejora de la productividad es positiva, seg¨²n la OIT. Sus beneficios impactan sobre el conjunto de la econom¨ªa, con precios m¨¢s bajos, m¨¢s consumo y empleo.

Respecto al objetivo de Naciones Unidas de reducir a la mitad la pobreza en el mundo para 2015, la OIT considera que las perspectivas no son muy prometedoras, y s¨®lo Asia Oriental tiene verdadera oportunidad de lograrlo. La OIT estima que que en 2015 podr¨ªa reducirse el porcentaje de trabajadores que viven en la pobreza del 49,7% actual al 40%.