De la hostilidad a la cordialidad
"Somos personas normales. Hemos cometido un error y estamos aqu¨ª para corregirlo. El programa ha sido una idea estupenda", coment¨® uno de los asistentes al curso de maltratadores, un hombre de unos 45 a?os. ?ste y otro, en este caso un joven de unos 28 a?os, se ofrecieron voluntarios a los medios de comunicaci¨®n para narrar sus impresiones del curso a cambio de preservar su identidad.
Ambos hablaron a los periodistas en un clima de cordialidad y sin temores aparentes. Esta actitud choc¨® con el ambiente de las primeras sesiones del programa de reeducaci¨®n de maltratadores all¨¢ por el mes de mayo, que se desarrollaron en un clima rayano en la violencia. Ninguno de los asistentes a las sesiones se reconoci¨® entonces como maltratador y, por ende, pon¨ªan en tela de juicio la necesidad del curso de reinserci¨®n.
Otro dato revelador del cambio de talante con el que los maltratadores y su entorno familiar han encajado finalmente la experiencia es que en la sala no s¨®lo estaban los 42 maltratadores -40 hombres y dos mujeres- sino incluso dos compa?eras de los cursillistas y el padre de otro condenado.
Magro destac¨® el caso de este ¨²ltimo asistente al curso. "Se trata de un joven, condenado por violencia dom¨¦stica en Alicante, pero que m¨¢s tarde se traslad¨® con su familia a Tenerife", dijo. "Desde all¨ª, a bord¨® de un avi¨®n se ha trasladado, en compa?¨ªa de su padre para asistir al programa", desvel¨® a los periodistas el presidente de la Audiencia de Alicante.
Entre los maltratadores que han concluido el per¨ªodo de reeducaci¨®n acompa?ados por su parejas se encuentra el del joven que accedi¨® a hablar a los periodistas. "Durante el curso he tenido un hijo y he retomado la relaci¨®n con mi mujer", aclar¨®. Este condenado por maltrato, al igual que su anterior colega, alab¨® la iniciativa de la Audiencia. "Es muy positivo, tanto para m¨ª como para el conjunto de la sociedad", justific¨®.
Los t¨¦cnicos, psic¨®logos y soci¨®logos que han impartido el programa destacaron "la interiorizaci¨®n y reconocimiento del problema" por parte de los condenados como el aspecto m¨¢s positivo del cursillo.
Estos profesionales y Magro ya perfilan la segunda edici¨®n del programa. "Tenemos que mejorar. Por ejemplo disponer de suficientes int¨¦rpretes. Finalmente se han apuntado tres extranjeros", concluy¨®.
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