James Turrell busca la "esencia de la belleza" con su luz difusa
El creador estadounidense expone en el IVAM seis espacios lum¨ªnicos de su "arte sin objetos"
En la penumbra, se abren m¨¢s las pupilas y as¨ª los ojos se hacen m¨¢s sensibles "a los sentidos". Con esta premisa present¨® ayer el artista estadounidense James Turrell (Los ?ngeles, 1943) su exposici¨®n en el IVAM, en la que el llamado escultor de la luz "atrapa la penumbra" a trav¨¦s de seis espacios lum¨ªnicos y refleja que la "luz indirecta y difusa es el elemento esencial de la belleza", seg¨²n manifest¨® la comisaria y arquitecto, Ana Mar¨ªa Torres.
La sala recayente a la calle del Institut Valenci¨¤ d'Art Modern (IVAM) se ha cegado para albergar esta sorprendente exposici¨®n cuya ¨²nica materia es la luz. Al visitante se le facilitan unas fundas de pl¨¢stico para calzarse con el fin de no ensuciar las superficies, algunas encaladas, que tambi¨¦n forman parte de las instalaciones. Un cartel advierte de que es aconsejable dejar pasar 10 minutos para que los ojos se acostumbren a la penumbra. Tambi¨¦n se recomienda que no entren m¨¢s de cuatro espectadores al mismo tiempo en cada uno de los seis espacios lum¨ªnicos.
"Recuerdo un comentario de Malevich sobre lo fino que podr¨ªa ser un plano pintado. De hecho, tienes casi una calidad adimensional cuando pones luz en una pared perfecta. Utilizando la pared como lienzo, pasa a ser una pintura m¨¢s que una escultura, pero es pintura en tres dimensiones. Para m¨ª es un comienzo", dice Turrell en el cat¨¢logo antol¨®gico editado por el museo a prop¨®sito de la muestra, que se puede ver hasta el 20 de febrero.
Un pared como un lienzo -"como una cueva perfecta de Plat¨®n", apostilla el artista- sobre la que se proyectan, en una primera instancia, las obras Alta, azul y Juke, rojo, ambas realizadas en 1968. Una suerte de pir¨¢mide y paralelep¨ªpedo que parecen tener volumen pero son im¨¢genes proyectadas. El recorrido contin¨²a con cuatro espacios lum¨ªnicos creados ex profeso por el artista para el IVAM y por los que se accede a trav¨¦s de un oscuro pasillo: Penuma, de llamativa luz fluorescente, entre roja y naranja; Cogiendo aliento, que parece una tenue ventana abierta al espacio; Porterville, instalaci¨®n que ha adquirido el museo y que combina colores complementarios en diferentes planos, y Aural, de un azul fluorescente envolvente como una fina niebla azul.
La luz y la oscuridad son los dos elementos creativos de que se sirve Turrell para construir piezas de formas y tonalidades variadas que pretenden producir "peque?os cambios en los estados de ¨¢nimo de los visitantes", apunt¨® la comisaria. En palabras del propio artista: "No me ocupo de ning¨²n objeto, el objeto es la percepci¨®n misma. No me ocupo de ninguna imagen, porque quiero evitar el pensamiento simb¨®lico asociativo. Tampoco me ocupo de ning¨²n objetivo ni de ning¨²n punto en especial donde mirar. Sin objetos, sin imagen y sin objetivo, ?qu¨¦ es lo que miras? Te miras a ti mirando".
La obra m¨¢s importante de Turrell es el Proyecto del Roden Crater, un volc¨¢n extinguido cuyo interior est¨¢ transformando en laboratorio.
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