Furtw?ngler, 50 a?os de un mito
El 30 de noviembre de 1954 mor¨ªa en Baden-Baden (Alemania) el director de orquesta y compositor alem¨¢n Wilhelm Furtw?ngler, un gigante en la historia de la interpretaci¨®n musical. Cincuenta a?os despu¨¦s de su muerte sigue siendo un artista de culto a trav¨¦s de un copioso legado discogr¨¢fico que no ha perdido un ¨¢pice de su grandeza. Varias ediciones conmemorativas del 50? aniversario de su muerte reviven la magia en concierto de un mito que sigue cautivando por la intensidad expresiva de sus interpretaciones.
Heredero de una tradici¨®n que enlazaba con Richard Wagner y los grandes pioneros que fijaron las bases t¨¦cnicas de la direcci¨®n orquestal -Hans Richter, Felix Mottl, Arthur Nikisch y Felix Weingartner-, Furtw?ngler aliment¨® su pensamiento musical con la convicci¨®n de que la ¨²nica buena interpretaci¨®n posible era la que persegu¨ªa encontrar el coraz¨®n de la m¨²sica, la dimensi¨®n humana y espiritual que late en las partituras. Su arte, subjetivo, profundo y vital, galvanizaba a las centurias sinf¨®nicas y emocionaba al p¨²blico convirtiendo cada ejecuci¨®n en una experiencia irrepetible. Frente a la obsesi¨®n enfermiza por la fidelidad a las notas, su actitud representa la libertad del int¨¦rprete a la hora de recrear el alma y el esp¨ªritu de una obra.
La personalidad del genial
director de orquesta alem¨¢n, nacido en Berl¨ªn en 1886, inunda sus conciertos grabados en vivo. Lo saben muy bien los sellos discogr¨¢ficos independientes, que han aprovechado el aniversario para lanzar importantes ediciones con mucho m¨¢s entusiasmo que las dos multinacionales que conservan su legado hist¨®rico, Deutsche Grammophon y Emi. El sello amarillo ha lanzado una caja de seis compactos en la serie Original Master con buena parte de registros ya editados, y ha incluido sus celeb¨¦rrimas versiones de la Sinfon¨ªa n¨²mero 4, de Schuman (1953), y la Sinfon¨ªa n¨²mero 88, de Haydn (1951), en el ¨¢lbum M¨²sica-El lenguaje universal. El sello brit¨¢nico, por su parte, le ha dedicado un doble compacto de la colecci¨®n Grandes Directores del Siglo XX, que re¨²ne tres sinfon¨ªas de Beethoven, su compositor fetiche.
La aportaci¨®n estelar viene de la mano del sello Thara, que edita material procedente del fabuloso archivo de la viuda del maestro, Elisabeth Furtw?ngler: un ¨¢lbum de cuatro discos que incluye fragmentos de entrevistas al director de orquesta y a algunos ilustres colegas como Sergiu Celibidache, Eugen Jochum, Rafael Kubelik, Yehudi Menuhin y Herbert von Karajan, y un libreto de sesenta p¨¢ginas con abundantes fotograf¨ªas. La edici¨®n ofrece de regalo un CD-ROM que incluye biograf¨ªa, discograf¨ªa, relaci¨®n de conciertos y estrenos y documentos tan interesantes como el proceso de desnazificaci¨®n visto a trav¨¦s de las p¨¢ginas del diario estadounidense The New York Times. El director, que fue uno de los dioses de la Alemania nazi, aunque su defensa de artistas jud¨ªos le cost¨® sonados enfrentamientos con Hitler y Goerig, fue exculpado de toda acusaci¨®n de actividades nazis y volvi¨® a la cima de la direcci¨®n, como titular de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn y alma del Festival de Salzburgo.
El ¨¢lbum ofrece varias
obras de Beethoven -Sinfon¨ªas n¨²meros 4 y 5 y oberturas Egmont y Leonora II- y otros dos autores a los que recre¨® con fuerza tel¨²rica: Bruckner -Sinfon¨ªa n¨²mero 4 y Wagner: fragmentos de Lohengrin y El ocaso de los dioses, con Franz V?lker y Kirsten Flagstad. Las grabaciones fueron realizadas de 1936 a 1953 al frente de las Filarm¨®nicas de Viena y Hamburgo, y las orquestas de la RAI de Roma y el Festival de Bayreuth.
Otra aportaci¨®n relevante
es la caja de ocho compactos editada por el sello Orfeo con grabaciones de los conciertos que dirigi¨® en el Festival de Salzburgo entre 1949 y 1954, siempre con la Filarm¨®nica de Viena. Los coleccionistas no encontrar¨¢n material in¨¦dito, pero la reedici¨®n vale la pena ya que algunos registros estaban agotados o dispersos en varios sellos. La grabaci¨®n m¨¢s antigua es la poco conocida Sinfon¨ªa en do mayor, opus 46, de Pfitzner, a la que se suman, dentro de su repertorio predilecto, las sinfon¨ªas Tercera, S¨¦ptima, Octava y Novena, de Beethoven (m¨¢s la versi¨®n para orquesta de cuerda de la Gran Fuga), la Cuarta de Brahms, la Quinta de Bruckner, la Grande de Schubert, Don Juan de Strauss, la Sinfon¨ªa en tres movimientos de Stravinski, la obertura Las h¨¦bridas de Mendelssohn, y una memorable versi¨®n de las Canciones de un camarada errante de Mahler, con un joven y ya soberbio Dietrich Fischer-Dieskau. Adem¨¢s de documentar la permanente revisi¨®n de sus interpretaciones de Beethoven, centro neur¨¢lgico de su carrera y su universo espiritual, la edici¨®n Orfeo permite revisar su arbitraria e intensa recreaci¨®n de Bach (Conciertos de Brandenburgo n¨²meros 3 y 5) y ofrece varios fragmentos de La armon¨ªa del mundo, muestra de su inquebrantable defensa de la obra de Paul Hindemith, uno de los autores prohibidos por el r¨¦gimen nazi.
Para redondear su homenaje al gigante de la batuta, Orfeo ha editado otro fabuloso documento de su arte, la versi¨®n de Don Giovanni, de Mozart, grabada en el festival salzburgu¨¦s en 1953, con un reparto de ensue?o encabezado por Cesare Siepi, Elisabeth Schwarzkopf, Elisabeth Gr¨¹mmer y Anton Dermota. La misma producci¨®n, con Lisa della Casa sustituyendo a Schwarzkopf, fue filmada en 1954, el a?o de la muerte del maestro, en una pel¨ªcula en color dirigida por Paul Czinner, que Deutsche Grammophon mantiene como una de sus joyas en DVD.
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