El rastrillo favorito de Andy Warhol
Tesoros de la Sexta Avenida con piezas ¨²nicas en plena calle
La oferta de fin de semana en Nueva York es tan amplia que puede resultar demasiado fren¨¦tica. Museos, cines, enormes librer¨ªas, boutiques llenas de glamour, galer¨ªas de arte, teatros, ¨®pera, y la posibilidad siempre estimulante de pasar unas horas ante una taza de caf¨¦ o paseando por las calles contemplando a los neoyorquinos en su entorno cotidiano.
Y tambi¨¦n hay un plan que lo re¨²ne todo: el mercadillo de la Sexta Avenida esquina con la calle 26. Hay otros en la ciudad, pero ninguno supera a ¨¦ste: un microcosmos, uno de los mejores enclaves del mundo para encontrar tanto lo que se busca como lo que no.
Todos los s¨¢bados y domingos, a partir de las cinco o seis de la madrugada, los vendedores se reparten por solares y aparcamientos de la zona. Ponen a la venta todas las cosas imaginables: muebles, cuadros y grabados, antiguos sellos y monedas, libros, jarrones, vajillas, cristaler¨ªas, plata, ropa vintage, bisuter¨ªa, juguetes antiguos, discos de vinilo, l¨¢mparas de ara?a y un sinf¨ªn de objetos ins¨®litos.
Antes, los vendedores se han pasado la semana recorriendo la Costa Este en busca de su variopinto inventario. Acuden a los mercadillos peque?os de los pueblos y pujan en subastas en las que en ocasiones adquieren todo el contenido de una casa: desde los muebles y las vajillas hasta los cubiertos y las fotograf¨ªas. Una visita temprana al mercadillo y un poco de suerte pueden conducir al descubrimiento de una mina de oro. Por ejemplo, 20 trajes de la talla exacta y a precio de ganga. En oto?o e invierno hay una selecci¨®n apabullante de abrigos de piel o chaquetas de ante, y es habitual encontrar vestidos de Emilio Pucci u otros dise?adores de los setenta m¨¢s baratos que en las tiendas de ropa vintage. Y de broches y bisuter¨ªa, hay miles de ejemplares brillantes.
Tambi¨¦n abunda el mobiliario de los a?os cincuenta, sesenta y setenta -desde dormitorios completos hasta ceniceros de cristal italiano-. Muchos de los vendedores son, adem¨¢s, expertos en dise?o del siglo XX y les gusta compartir su entusiasmo por lo que venden con los compradores. Otros, por el contrario, no tienen ni idea de lo que tienen, y por eso lo ofrecen a un precio mucho m¨¢s bajo de lo que coleccionistas y entendidos ser¨ªan capaces de pagar.
Para dar con objetos de calidad, lo mejor es madrugar y prepararse para la lucha con los due?os de galer¨ªas y tiendas de muebles del centro. Llegan a primera hora y, equipados con l¨¢mparas, examinan la mercanc¨ªa cuando los vendedores todav¨ªa est¨¢n sac¨¢ndola de las furgonetas en la oscuridad de la noche. A esas horas es habitual coincidir con los otros neoyorquinos, para quienes el mercadillo es una parada fundamental antes de volver a casa despu¨¦s de una noche de juerga.
Hartos de negociar
Es recomendable regatear, pero siempre teniendo en cuenta que en las primeras horas los vendedores son m¨¢s reacios a rebajar los precios porque les queda todo el d¨ªa por delante para vender la mercanc¨ªa. Otra estrategia es ir por la tarde, cuando ya est¨¢n hartos de negociar y no quieren embalar de nuevo los muebles grandes, los platos u objetos fr¨¢giles para volver a meterlos en sus coches. Casi prefieren regalarlos a volver a traerlos el siguiente fin de semana. La hora en la que termina el mercadillo (m¨¢s o menos a las 15.00) puede ser un buen momento para encontrar alguna ganga.
Andy Warhol era un fan declarado de este mercadillo, y hoy d¨ªa lo visitan a menudo actores, artistas y famosos que pasean, caf¨¦ y cruas¨¢n en mano, por los puestos a la caza de alg¨²n tesoro que llevarse a casa.
Lo m¨¢s recomendable del mercado, por su alta concentraci¨®n de puestos, est¨¢ en un solar en la Sexta Avenida entre las calles 25 y 26 (cuesta un d¨®lar entrar). All¨ª est¨¢n los mejores y m¨¢s expertos vendedores. Hay dos solares m¨¢s en las calles 24 y 25 en los que no se cobra entrada, aunque las cosas que se venden all¨ª normalmente no son de la misma calidad ni inter¨¦s.
M¨¢s al este, camino de la Quinta Avenida, a¨²n se puede hallar otro espacio especializado en reproducciones de antig¨¹edades y objetos de estilo africano o asi¨¢tico. Y enfrente, en unos almacenes, hay m¨¢s puestos, cuya mercanc¨ªa resulta m¨¢s cara porque, al contrario de los callejeros, sus propietarios pagan un alquiler.
Aunque el mercado abre todo el fin de semana, es el domingo cuando los vendedores exponen la mercanc¨ªa m¨¢s variada. Hay muebles y objetos de buenas marcas y dise?os exclusivos de Charles y Ray Eames, Breuer, Dansk, Orrefors y Hans Wegner, entre las abundantes copias de las sillas Barcelona de Mies van der Rohe. Y sobre todo, glamour vintage para dar y tomar.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir
Iberia(902 111 333; www.ba.com) tiene una oferta para volar desde Madrid o Barcelona (con escala en Londres) a Nueva York, hasta el 22 de enero, ida y vuelta, por 270 euros m¨¢s tasas.
British Airways (902 111 333; www.ba.com) tiene una oferta para volar desde Madrid o Barcelona (con escala en Londres) a Nueva York, hasta el 22 de enero, ida y vuelta, por 270 euros m¨¢s tasas.
Visitas y citas
- www.villagevoice.com, la versi¨®n
on line del peri¨®dico para calendario de espect¨¢culos culturales, exposiciones, etc¨¦tera.
- Webs de algunos museos de Nueva York: MOMA (www.moma.org), Guggenheim (www.guggenheim.org), The Metropolitan Museum of Art (www.metmuseum.org), Whitney Museum of American Art (www.whitney.org).
Informaci¨®n
- Oficina de turismo de Nueva York (www.nycvisit.com; 001 212 484 12 00). Entre otros muchos detalles, la p¨¢gina ofrece bases de datos sobre espect¨¢culos, restaurantes y hoteles de la ciudad, que incluyen ofertas especiales.
- MTA, para mapas e informaci¨®n de transporte: www.mta.nyc.ny.us.
- www.iloveny.state.ny.us, para informaci¨®n tur¨ªstica de todo el Estado de Nueva York.
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