"Lo razonable es un 10% de inmigrantes"
La sociedad espa?ola puede absorber una cifra de inmigrantes de entre el 8% y el 10% de poblaci¨®n total. [En la actualidad, el porcentaje se acerca al 7%, incluyendo a los extranjeros en situaci¨®n administrativa irregular]. ?se ser¨ªa el tope razonable, teniendo en cuenta las necesidades del mercado de trabajo y las posibilidades de integraci¨®n de estas personas. As¨ª lo considera el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jes¨²s Caldera (B¨¦jar, Salamanca, 1957), que desempe?a tambi¨¦n las competencias de Inmigraci¨®n. El ministro est¨¢ convencido de que el Reglamento de Extranjer¨ªa aprobado el jueves por el Consejo de Ministros acabar¨¢ con la dram¨¢tica figura de los sin papeles.
Pregunta. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del empadronamiento, somos ya 43,2 millones los habitantes de este pa¨ªs, de ellos 3 millones de extranjeros, la mayor¨ªa inmigrantes. Cuando en agosto pr¨®ximo concluya el proceso de regularizaci¨®n, que se iniciar¨¢ con la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Extranjer¨ªa dentro de un mes, ?sabremos finalmente cu¨¢ntos inmigrantes hay realmente en Espa?a?
"Quien contrate a un 'sin papeles' concluida la regularizaci¨®n, se expondr¨¢ a graves sanciones"
"El Gobierno est¨¢ satisfecho con la cooperaci¨®n de Marruecos, pero hay que pedirle m¨¢s"
Respuesta. Creo que el dato del padr¨®n es bastante ajustado, porque los inmigrantes se pueden inscribir en ¨¦l aunque no tengan permiso de residencia ni de trabajo. Con el padr¨®n pueden obtener la tarjeta sanitaria y la escolarizaci¨®n de los ni?os. Por eso es una v¨ªa que se utiliza para el proceso de regularizaci¨®n, exigi¨¦ndoles la inscripci¨®n desde hace al menos seis meses.
P. ?Cree que puede haber un tope, un l¨ªmite a la capacidad de acogida de inmigrantes, no s¨®lo en t¨¦rminos econ¨®micos sino sociales? Supongo que ustedes tendr¨¢n estudios sobre la posici¨®n de la sociedad espa?ola ante este fen¨®meno, porque se detecta tambi¨¦n una inquietud considerable.
R. No, yo creo que no hay inquietud; lo que ha habido a veces es cierto desconocimiento del fen¨®meno, porque ha sido muy r¨¢pido. Por eso exige que lo ordenemos y que evitemos a toda costa que haya inmigraci¨®n irregular; no es positiva ni para los inmigrantes ni para la sociedad de acogida, para Espa?a. Hay que establecer anualmente el n¨²mero de personas que son necesarias para nuestro mercado laboral. Mi impresi¨®n y mi opini¨®n es que el flujo de inmigrantes se va a reducir de forma importante en los pr¨®ximos a?os respecto a lo ocurrido ¨²ltimamente.
P. ?En qu¨¦ se basa?
R. En 2004 no ha habido un incremento en la llegada de inmigrantes. Algunos datos son significativos. Por ejemplo, el hecho de que el n¨²mero de entradas por pateras descendiera en los 10 primeros meses del a?o pasado en m¨¢s del 20%. Y estimo que en 2005 podemos seguir en esa l¨ªnea de descenso. Los inmigrantes siguen siendo necesarios, pero llegar¨¢ un momento en que se produzca una estabilizaci¨®n de las cifras en funci¨®n de las necesidades de nuestro mercado laboral. Yo creo que lo razonable es quedarnos en un porcentaje entre el 8% y el 10% de inmigrantes sobre la poblaci¨®n total. Una cifra que tiene en cuenta las posibilidades de integraci¨®n y de funcionamiento de nuestro sistema.
P. Uno de los requisitos de la regularizaci¨®n, carecer de antecedentes penales en el pa¨ªs de origen, plantea alguna dificultad. Estoy pensando en el caso del ecuatoriano Gilberto Chamba, detenido por el asesinato de una joven en Lleida, que obtuvo un permiso de residencia pese a haber cumplido condena en su pa¨ªs por otros ocho asesinatos. Al parecer, sus antecedentes hab¨ªan sido borrados, una pr¨¢ctica nada infrecuente en Ecuador.
R. Hay que ser muy rigurosos en la exigencia de esos controles. Yo no tengo aqu¨ª el expediente de ese ciudadano, pero no estoy nada seguro de que se le pidiera un certificado de antecedentes penales. De todos modos, el Reglamento establece varios requisitos para poder optar a la regularizaci¨®n. Hay que demostrar que se lleva seis meses en Espa?a, por tanto estar empadronado, se requiere un certificado de antecedentes penales del pa¨ªs de origen y otro de Espa?a, se exige un contrato de trabajo firmado con el empresario, se necesita el pasaporte, y el alta en la Seguridad Social. Una vez dados todos esos pasos, se obtiene la tarjeta provisional de residencia, que tiene que renovarse al a?o, acreditando de nuevo que se mantiene la situaci¨®n por la cual se concedi¨® el permiso. Adem¨¢s, vamos a ser escrupulosos con el registro de empresas que van a regularizar trabajadores, sabremos qui¨¦nes son, conoceremos su historial. No vamos a consentir que se creen empresas ad hoc para el proceso de regularizaci¨®n. Tienen que ser empresas con un historial, que vengan trabajando en la econom¨ªa productiva del pa¨ªs. El riesgo de fraude es peque?o.
P. Necesitar¨¢n reforzar considerablemente las inspecciones de trabajo y los dispositivos de control, adem¨¢s del entramado burocr¨¢tico.
R. S¨ª, ya lo hicimos el pasado verano para la renovaci¨®n de la documentaci¨®n de m¨¢s de 400.000 extranjeros que corr¨ªan el riesgo de quedar en una situaci¨®n de irregularidad. El problema se resolvi¨® en un plazo de tres meses. Ahora vamos a reforzar ese sistema en colaboraci¨®n con las comunidades aut¨®nomas. Vamos a contratar personal espec¨ªfico y se firmar¨¢n convenios con m¨²ltiples organizaciones, desde ayuntamientos a organizaciones sindicales y empresariales, c¨¢maras de comercio y ONG, entre otros. Todos estos organismos facilitar¨¢n informaci¨®n y ayudar¨¢n a obtener los documentos para que el proceso de regularizaci¨®n se complete de forma r¨¢pida y eficaz.
P. Pero la puesta en marcha de este Reglamento requerir¨¢ nuevos medios, incluso para controlar las fronteras desde este momento, porque la experiencia de otros pa¨ªses como Italia o la misma Espa?a, es que las regularizaciones tienen lamentablemente un efecto llamada.
R. Tengo que decir que ¨¦sa es la imagen alarmista que quieren transmitir algunos. Est¨¢ ocurriendo lo contrario. Si comparamos el mes de agosto y septiembre de 2004, cuando se sabe ya que va a haber en Espa?a un proceso de regularizaci¨®n de trabajadores, con el mismo periodo de 2003, en Espa?a han entrado muchas menos personas irregularmente, porque hemos tenido el cuidado de extremar los controles. La exigencia de visados a los ciudadanos procedentes de pa¨ªses de Latinoam¨¦rica est¨¢ ayudando a que haya menos entradas irregulares. La situaci¨®n no es alarmante.
P. ?Est¨¢n preparados para hacer frente a la situaci¨®n?
R. El principal elemento que moviliza a las mafias que trafican con personas es el trabajo irregular, sin documentaci¨®n. Por tanto, el mejor modo de combatirlas es legalizar los empleos y exigir que los que se ocupen con inmigrantes, lo sean a partir de ahora por la v¨ªa legal. Y, claro, vamos a reforzar la inspecci¨®n. Es m¨¢s, queremos mandar un mensaje muy claro a la sociedad espa?ola: a partir de la finalizaci¨®n del proceso de regularizaci¨®n que establece el Reglamento de la Ley de Extranjer¨ªa, no vamos a tolerar que se contrate a una sola persona de forma irregular. Quien contrate a un sin papeles se expondr¨¢ a graves sanciones, y las vamos a cumplir, no como hasta ahora, que no se cumpl¨ªan. Porque el empresario que necesite un trabajador y no lo encuentre en Espa?a va a poder contratarlo f¨¢cilmente en el extranjero. No habr¨¢ excusas.
P. Expertos en extranjer¨ªa advert¨ªan recientemente de que la inmigraci¨®n irregular no va a terminar. Las mafias son capaces de adecuarse a todas las situaciones y, si se les dificulta el trabajo en Marruecos, recurrir¨¢n a buques que zarpen de costas africanas, m¨¢s al sur. ?sa al menos es la visi¨®n, bastante desalentadora, de la polic¨ªa.
R. Esa visi¨®n es err¨®nea. Se est¨¢n reduciendo las cifras de inmigrantes irregulares que entran en Espa?a, incluso en pateras o en esos barcos. Obviamente, las mafias intentar¨¢n continuar con su macabro tr¨¢fico de seres humanos, pero las cosas se les ir¨¢n complicando. Por otra parte, el n¨²mero de personas que entran en Espa?a por ese sistema es ¨ªnfimo en relaci¨®n con las que entran por aeropuertos o por el espacio Schengen.
P. ?Est¨¢ satisfecho el Gobierno con la cooperaci¨®n de Marruecos?
R. S¨ª, pero creo que hay que pedirle m¨¢s, lo mismo que a otros pa¨ªses, como Sierra Leona. Creo que hay que intensificar esa cooperaci¨®n porque las personas que recurren a ese sistema de transporte no van a ninguna parte. Unos mueren y otros est¨¢n llamados a ser repatriados. Por tanto, por esa v¨ªa no hay futuro. Deben venir, si tienen que venir, de forma regular.
P. Usted hablaba del espacio Schengen. Es conocido el desinter¨¦s de Holanda, un pa¨ªs socio en la UE, por el control de los que pasajeros que llegan al aeropuerto de Schipol procedentes de Latinoam¨¦rica, por ejemplo. ?Han abordado ustedes ese problema?
R. S¨ª. De hecho, se coment¨® en una conferencia sobre pol¨ªticas de integraci¨®n e inmigraci¨®n en Groninhen, durante la presidencia holandesa, que hab¨ªa que extremar estos controles para evitar la inmigraci¨®n irregular, porque tenemos fronteras comunes. Es responsabilidad de la UE el control de los flujos de inmigrantes irregulares, y responsabilidad de cada pa¨ªs la pol¨ªtica de integraci¨®n de los inmigrantes que se encuentran en su territorio. Le hemos trasladado al Gobierno holand¨¦s nuestra preocupaci¨®n por estos tr¨¢ficos y yo creo que est¨¢ haciendo serios esfuerzos tambi¨¦n. Sinceramente, creo que el atentado contra Theo van Gogh ha despertado tambi¨¦n las conciencias a la necesidad de aumentar los controles a la inmigraci¨®n, y estoy satisfecho con la respuesta que est¨¢ dando ahora la Uni¨®n Europea.
P. Ustedes quieren tambi¨¦n que haya un acuerdo amplio, un pacto de Estado sobre esta cuesti¨®n fundamental. ?En qu¨¦ punto se encuentra este asunto?
R. Ya tenemos los mimbres del cesto de un gran acuerdo, tanto pol¨ªtico como social. El Reglamento ha sido consensuado por todos, empresarios, sindicatos, ONG, todas las fuerzas pol¨ªticas. El PP, que se ha quedado fuera, considera que la estructura del Reglamento es correcta y discrepa s¨®lo en el punto de la regularizaci¨®n de los trabajadores; por tanto, hay ya un armaz¨®n de consenso, que se concreta con la decisi¨®n del Parlamento de establecer un fondo para la garant¨ªa de los servicios, tanto de los inmigrantes como de los espa?oles, con 120 millones de euros, que es un comienzo, y que nos permite tambi¨¦n avanzar en la pol¨ªtica de integraci¨®n de los que llegan a Espa?a sin que reste posibilidades ni recursos a los espa?oles.
P. El Gobierno socialista opt¨® por trasladar las competencias de inmigraci¨®n del Ministerio del Interior al de Trabajo. Una decisi¨®n que ha sido bien acogida, aunque corremos el riesgo de considerar a estas personas meramente como mano de obra de importaci¨®n, olvidando que son seres humanos y que el verdadero reto est¨¢ en lograr su integraci¨®n. ?Qu¨¦ pasos se est¨¢n dando en esa integraci¨®n global de los inmigrantes?
R. La inmigraci¨®n no es un problema de orden p¨²blico, por eso trasladamos a Trabajo y Asuntos Sociales estas competencias. Hay que ver este cambio en la perspectiva de la integraci¨®n social. Creemos que el mejor elemento para la integraci¨®n social es el empleo, por eso queremos que el criterio dominante, no el ¨²nico, para regularizar la inmigraci¨®n sea el empleo. Dentro de este esquema hay una v¨ªa de integraci¨®n que estamos ya aplicando. Cuando llegan los inmigrantes a Espa?a tenemos un itinerario de inserci¨®n laboral, con fondos de formaci¨®n para el empleo, cuando los solicitan estas personas o sus empleadores; un proceso de inserci¨®n a trav¨¦s del aprendizaje de la lengua, que es fundamental, y otras medidas de acompa?amiento de car¨¢cter social. Es una pol¨ªtica que se aplica desde hace poco tiempo, porque el fen¨®meno es reciente. Creemos que la UE debe dotarse de instrumentos especiales, quiz¨¢s un fondo para la integraci¨®n de inmigrantes similar al existente para la repatriaci¨®n.
P. Pa¨ªses como Francia, con larga experiencia en el tema y una identidad nacional clara, tienen problemas enormes para integrar a sus inmigrantes. ?Hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n de Espa?a, que est¨¢ en una fase pol¨ªtica tan delicada, casi de refunda-ci¨®n, representa una dificultad a?adida a la integraci¨®n de nuestros inmigrantes?
R. No cabe duda de que la inmigraci¨®n es un reto y genera importantes desaf¨ªos. Hay un hecho fundamental: el inmigrante debe saber que los valores de la sociedad de acogida deben ser respetados, sobre todo los derechos fundamentales, aquellos que forman parte de la columna vertebral de nuestro modelo de convivencia. Luego hay que favorecer la integraci¨®n de los inmigrantes respetando su cultura, siempre que no se produzca un choque con los valores fundamentales de la sociedad de acogida. La sociedad espa?ola puede estar orgullosa del modo en que ha respondido a este desaf¨ªo. Hubo algunos brotes de rechazo felizmente superados.
P. ?Qu¨¦ opina de las pretensiones de la Generalitat de Catalu?a, que reclama las competencias de inmigraci¨®n?
R. La inmigraci¨®n es una competencia estatal, aunque nosotros estamos dispuestos a dar mayor participaci¨®n y cooperaci¨®n a las comunidades aut¨®nomas, en un modelo de cogesti¨®n. De hecho, el Reglamento avanza en esa l¨ªnea. Cogesti¨®n s¨ª, pero no cesi¨®n de competencias, porque es una cuesti¨®n de Estado, adem¨¢s por mandato comunitario.
P. Usted hablaba antes de conectar el magnet¨®fono de los buenos resultados en la creaci¨®n de empleo de 2004. ?Cu¨¢l ha sido la contribuci¨®n de los inmigrantes en este buen comportamiento de nuestra econom¨ªa?
R. Ha sido considerable, porque ha supuesto un crecimiento del empleo, y ha impedido que cayera demasiado nuestra competitividad. Este a?o se van a crear m¨¢s de 400.000 empleos. Eso quiere decir que el mercado laboral se est¨¢ reactivando, la econom¨ªa se est¨¢ recuperando. El 2004 ha sido el mejor a?o desde el 2000 en t¨¦rminos de empleo, y el 2005 todav¨ªa lo superar¨¢. Eso desautoriza a los que pensaron que con un Gobierno socialista no habr¨ªa confianza para invertir. Hacemos una pol¨ªtica equilibrada. Si la tendencia contin¨²a, alcanzaremos el objetivo de Lisboa, muy cerca del pleno empleo.
"La ley puede sufrir cambios a finales de este a?o"
Pregunta. ?El nuevo Reglamento es una muestra de lo que ser¨¢ la pol¨ªtica socialista en materia de inmigraci¨®n?
Respuesta. Hay un cambio de orientaci¨®n, pero he de recordar que el Reglamento desarrolla una Ley y no puede ir contra esa Ley.
P. Una Ley del anterior Gobierno, por cierto.
R. S¨ª, pero hay una nueva orientaci¨®n, que se enmarca en las tendencias m¨¢s modernas del ¨¢mbito de la UE, que quieren conectar los permisos de residencia con el empleo. Dicho de otro modo, la capacidad de acogida de cada pa¨ªs se corresponder¨ªa con la necesidad de puestos de trabajo a cubrir por mano de obra inmigrante. ?sa es la filosof¨ªa del Reglamento, en el convencimiento de que aplicando esta pol¨ªtica vamos a conseguir controlar los flujos irregulares y a establecer una inmigraci¨®n totalmente regular. Me gusta decir que lo que va a hacer el Reglamento de Extranjer¨ªa es regularizar trabajadores. Legalizar econom¨ªa sumergida, y regularizar al que est¨¢ ya trabajando. ?Qu¨¦ alternativa hab¨ªa a esta situaci¨®n? Nadie ha sido capaz de d¨¢rnosla.
P. Es cierto que la reglamentaci¨®n aprobada cuenta con un ampl¨ªsimo respaldo social y pol¨ªtico, pero el principal partido de la oposici¨®n se ha quedado fuera.
R. S¨ª, el PP tiene dudas, y yo lo lamento. Les he ofrecido incorporarse al acuerdo y todav¨ªa espero que lo hagan. En todo caso, han dicho que comparten el Reglamento y lo ¨²nico que les suscita dudas es la disposici¨®n transitoria que permite regularizar a las personas que est¨¢n trabajando y son susceptibles de obtener un permiso. Es m¨¢s, el Partido Popular propuso incluso aceptar la figura del arraigo laboral, que es lo que va a marcar a partir de ahora la pol¨ªtica de inmigraci¨®n, s¨®lo que con otros requisitos y condicionantes; por lo tanto, no hay una distancia grande. Tienen mi mano tendida y me gustar¨ªa que se incorporaran a este acuerdo porque, repito, la alternativa a esta regularizaci¨®n de trabajadores nadie la ha dado.
P. El Reglamento desarrolla una Ley de Extranjer¨ªa que ustedes criticaron mucho. ?No se han planteado modificarla?
R. Habr¨¢ cambios legales en su momento, porque adem¨¢s habr¨¢ que incorporar nuevas directivas comunitarias y entonces, seguramente a finales de este a?o, ser¨¢ cuando se hagan algunos cambios en la Ley. Que desear¨ªamos que fueran consensuados. Ya el Reglamento marca una nueva l¨ªnea de actuaci¨®n, que es apostar por la inmigraci¨®n regular, con un control de fronteras serio, severo, porque es lo que garantiza la legalidad, unido al uso de los instrumentos para regular la inmigraci¨®n con mucha m¨¢s flexibilidad y eficacia. A partir de la entrada en vigor del Reglamento, tanto el r¨¦gimen general como el contingente ser¨¢n mecanismos m¨¢s eficaces porque, en primer lugar, estar¨¢n acordados con los agentes sociales y las comunidades aut¨®nomas, y en segundo lugar, nos permitir¨¢n seleccionar en el extranjero con mayor rapidez a las personas susceptibles de ocupar aquellos puestos de trabajo que no se cubren en Espa?a. Eso favorecer¨¢ las v¨ªas de acceso legal a nuestro pa¨ªs. Puedo poner un ejemplo: en el a?o 2003 el contingente de trabajadores extranjeros autorizados por el Gobierno fue de 20.000, y sin embargo, seg¨²n la UE, entraron 600.000 personas irregularmente. Eso quiere decir que los instrumentos no eran correctos. El nuevo Reglamento establece un sistema de contingente y de r¨¦gimen general mucho m¨¢s flexible para poder atender a las necesidades de empleo. Es decir, que cuando un empresario necesite un trabajador sabe que gracias a estas normas lo podr¨¢ conseguir en el pa¨ªs de origen.
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