El maleficio de Torres
El delantero nunca ha ganado al Madrid en los cuatro partidos jugados ni le ha marcado un gol
A Fernando Torres le excita el Madrid. Le motiva. "No es un partido normal", dice. "Es especial", recalca. Cuando era adolescente lo ve¨ªa desde la grada. Cantando en uno de los fondos del Vicente Calder¨®n. Pero no tiene punter¨ªa cuando quien se encuentra enfrente es el equipo blanco. Le disminuye el per¨ªmetro de la mira del fusil, se le empeque?ece la porter¨ªa contraria, se le empa?a la vista. Cuatro partidos, un empate y tres derrotas, y no ha marcado un solo gol. S¨®lo lo logr¨® en un amistoso navide?o.
Ayer se repiti¨® la historia nula si ¨¦sta se contabilizase s¨®lo por los n¨²meros. Ganas y m¨¢s ganas. Hasta el punto de dar la impresi¨®n de ser capaz ¨¦l solo de voltear como a una tortilla blanda a la defensa rival, especialmente a Pav¨®n. Pero con muy poco acierto. El Ni?o tuvo hasta cuatro ocasiones magn¨ªficas en el primer periodo y otras tres en el segundo. La mayor¨ªa fabricadas por ¨¦l con esa mezcla de cuchillo afilado, veloz, y orfebre habilidoso. Pero todas estrelladas contra las piernas, el cuerpo, los brazos, enormes, imposibles de sortear, de Casillas. Menos una. La mejor. Una en la que mand¨® el bal¨®n alto sin portero. Le peg¨® a bote pronto y le peg¨® mal. Precipitado, muy excitado, la agitaci¨®n se ali¨® con ¨¦l para agujerear a los defensas, pero le ceg¨® a la hora de disparar a puerta.
Acosaba Torres a los centrales, se lanzaba contra el meta blanco, presionaba, tiraba los desmarques, apretaba los pu?os, se enredaba sobre s¨ª mismo. Pero cuando se quedaba solo frente al portero lanzaba al mu?eco, con rabia, pero sin astucia. Sin detenerse a pensar qu¨¦ hacer y por d¨®nde.
Vanderlei Luxemburgo, el entrenador del Real Madrid, lo resumi¨® con muy pocas palabras: "El Atl¨¦tico tuvo oportunidades pero no hizo gol". Y, entre los rojiblancos, de manera especial, Torres no hizo gol, a pesar de coleccionar oportunidades de todos los colores y en todas las posturas. C¨¦sar Ferrando, el t¨¦cnico del Atl¨¦tico, se desesperaba dando saltitos en la banda, junto a su banquillo, sin sentarse, y luego le justific¨®: "Ha trabajado bien, no ha tenido suerte, pero el gol es una cuesti¨®n de equipo, no de un solo jugador". Despu¨¦s del partido, el Ni?o desapareci¨® engullido por el t¨²nel de vestuarios, rabioso, enfadado. No quer¨ªa hablar. Lo har¨¢ hoy tras la pr¨¢ctica de los rojiblancos, con 24 horas de perspectiva para analizar lo sucedido. En la grada, ayer, alg¨²n aficionado tildaba su actuaci¨®n de "otro fracaso ante el Madrid".
Su ¨²nico tanto ante el Madrid lo marc¨® Torres con el Atl¨¦tico a¨²n en Segunda Divisi¨®n. Fue en un amistoso navide?o organizado para apoyar a la candidatura de Madrid a los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012. Torres, con 18 a?os, anot¨® y se lanz¨® corriendo a la grada a besarse el escudo del Atl¨¦tico frente al fondo sur del Santiago Bernab¨¦u, el lugar donde su ubican los Ultras Sur. Nunca m¨¢s ha podido repetir ese gesto. Y ayer, no fue por falta de oportunidades, pues inaugur¨® su sucesi¨®n de fallos en el minuto cuatro del partido, dejando atr¨¢s a Pav¨®n y la cerr¨® a pocos minutos de la conclusi¨®n. Con especial menci¨®n al alocado carrusel en el que Salva y ¨¦l dispararon contra Casillas en los tres ¨²ltimos minutos de la primera parte, cuando parec¨ªa m¨¢s dif¨ªcil no marcar que acertar.
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