El alma del Getafe

Gheorghe Craioveanu, Gica para todos, no es un rumano cualquiera. En parte por su condici¨®n de goleador, en parte por su carism¨¢tico talante, el delantero del Getafe fue elegido a finales de noviembre "rumano del a?o" por sus paisanos afincados en Espa?a. "Es un grand¨ªsimo detalle, pero me sorprendi¨® much¨ªsimo que me nombraran a m¨ª" concede el veterano azul¨®n, que a sus 36 a?os disputa su ¨²ltima temporada; "?c¨®mo tienen que estar para que me lo den a m¨ª!", bromea.

El reconocimiento de sus compatriotas no le impedir¨¢ colgar las botas a partir del 29 de mayo -"salgo a cada partido con la m¨¢xima ilusi¨®n, en eso gano a todos", esgrime-, cuando acabe el campeonato liguero. De momento lleva 189 partidos a sus espaldas y 47 goles -el ¨²nico de esta temporada lo logr¨® en la derrota ante el Bar?a- en Primera Divisi¨®n. "Bueno, en realidad ya lo quise dejar el a?o pasado, pero ?ngel [Torres, presidente del club] no me dej¨®", aclara Craioveanu mientras le chisporrotean los ojos. "Seg¨²n mi contrato, si jugaba 25 partidos me renovaban autom¨¢ticamente, pero ya antes de cumplirlos ?ngel me hab¨ªa llamado y me dijo que le hab¨ªa salido muy rentable, que fui su primera apuesta fuerte; por eso estoy tan agradecido a este club, a este lugar, a esta gente", asevera. Y por eso no descarta seguir en Getafe, s¨®lo que olvidando el calz¨®n y las botas para pasar a seducir a las juntas directivas en los despachos con su sempiterna sonrisa. De momento, hoy se dispone a continuar sus excelentes n¨²meros frente al Atl¨¦tico, al que ha marcado en cuatro ocasiones y contra el que contabiliza dos victorias y cuatro empates.

Hasta entonces, la tarea de Gica, que lleva el nombre de su padre, quien fuera capataz de la mayor y mejor f¨¢brica de aluminio de Rumania, en Slatina, y forofo incondicional del Steaua -"se volvi¨® loco cuando la final de la Copa de Europa ganada al Bar?a"- consistir¨¢ en seguir sosteniendo al Getafe en su debut en Primera. "Cuando Gica va a presionar casi todos mis compa?eros van detr¨¢s porque para muchos puedo ser un ejemplo dentro del campo, fuera... ya es otra cosa", suelta mostrando sus hileras de dientes. "Porque cuando ves a un t¨ªo de 36 a?os [Craioveanu es de los m¨¢s curtidos de la categor¨ªa, tras Carboni, de 39 a?os, y Nadal, de 38] al que ves jugar con los tiempos del partido... eso supone un punto de tranquilidad".

En eso ha cambiado mucho Gica, al que los a?os han ense?ado lo importante que llega a ser la actitud para sacar provecho de la aptitud. "Ojal¨¢ hubiese tenido esta mentalidad con 20 a?os", dice con cierto regusto amargo; "ahora entiendo cuando me dec¨ªan 'con un poco de mentalidad podr¨ªas jugar en un grande' y yo me descojonaba". Ahora sus aspiraciones no respetan tab¨²es: "Ya estuve en la Real Sociedad y el Villarreal, que son clubes m¨¢s grandes que nosotros, aunque estoy convencido de que el Getafe tambi¨¦n lo ser¨¢ dentro de unos a?os".