'Index-Art'
Los cien grandes del arte internacional! Se sobrentiende, claro, que a¨²n vivos, lo que significa una grave limitaci¨®n de perspectiva hist¨®rica, pero, sobre todo "de actualidad", el simulacro que hoy encierra una propuesta mercantil, ya despojada de futuro; esto es: sin ¨¢nimo vanguardista. El m¨¦todo sociol¨®gico que anima esta propuesta es el consabido de una encuesta, lo que le proporciona pujos objetivos, que es absurdo no aprovechar. As¨ª que, sociolog¨ªa por sociolog¨ªa, saquemos las conclusiones pertinentes. En primer lugar, a tenor de las nacionalidades de los artistas elegidos, resulta, ni m¨¢s ni menos, que el 59% de la creaci¨®n art¨ªstica mundial radica en Estados Unidos y en Alemania -30 americanos y 29 alemanes-, a una distancia sideral del resto de los pa¨ªses, pues, salvo el Reino Unido, que cuenta con un 8%, y Francia, un 4%, los restantes, 16, s¨®lo con el 29%. ?C¨®mo tal desproporci¨®n creativa en nuestro mundo globalizado? En realidad, la desproporci¨®n es mayor, porque el ojo experto sabe distinguir, no s¨®lo que el ¨¢rea germ¨¢nica incluye a los austriacos y suizos alemanes, sino que bastantes de los artistas a los que se atribuye una carta natal nacional concreta se han desarrollado y habitan tambi¨¦n en Am¨¦rica o Alemania. Consid¨¦rese a este respecto lo que tiene de "coreano" el coreano Nam June Paik, formado y lanzado en Alemania y en Am¨¦rica, o, la condici¨®n de "yugoslava" (sic) atribuida a Marina Abramovic.
En fin, que no hace falta ser un lince para descubrir la clave de este asombroso c¨®digo que te hace "grande" en la medida de que seas americano o alem¨¢n: son los dos mercados art¨ªsticos m¨¢s potentes en la actualidad y de la actualidad. ?No lo era acaso antes el ahora desvencijado Par¨ªs? ?En absoluto! El primer cuadro adquirido de Picasso por el Gobierno franc¨¦s data de 1954, cuando el espa?ol contaba 73 a?os y llevaba d¨¦cadas en la c¨²spide de la fama. ?Qu¨¦ puede significar, por tanto, este listado de los "cien principales" adem¨¢s de la definitiva homologaci¨®n del arte con los restantes productos del mercado cultural de masas? Pues, a mi juicio, nada m¨¢s, ni tampoco nada menos, lo cual no empece a que sigamos hurgando en la luminosa herida desvelada por la encuesta. Ah¨ª est¨¢n, sin ir m¨¢s lejos, algunas curiosidades aleccionadoras, como la que manifiesta el hecho, no de que, por supuesto, haya, como quien dice, "muchos que son y no est¨¢n" en la susodicha lista centenaria, sino el comparativamente m¨¢s sabroso de que est¨¦n "continuadores" y no sus "antecesores".
En este sentido, resulta cho-
cante la nada sorprendente presencia de Damien Hirst, cuya filiaci¨®n brit¨¢nica dentro de la llamada Escuela de Londres a m¨ª me parece evidente, pero que sean excluidos algunos de los m¨¢s conspicuos representantes de ¨¦sta supervivientes, como Lucien Freud o Frank Auerbach; que est¨¦ el brasile?o Ernesto Neto y no Wolfgang Laib o Anish Kapoor; que, en fin, est¨¦n una ristra interminable de paleo y neoconceptuales y se obvie a Joseph Kosuth. Evidentemente, podr¨ªamos seguir buscando otros entresijos que ponen en cuesti¨®n el valor, incluso sociol¨®gico, de esta absurda selecci¨®n de los "grandes" m¨¢s votados, naturalmente por "especialistas", porque a¨²n estamos lejos de poder someter a un escrutinio popular indiscriminado esta grandeza, cuya estelar popularidad es desconocida por el 99,99% de la humanidad, pues es el 0,1% los que asisten -o puntualmente se informan de ello- a las ferias de arte contempor¨¢neo y sus activas agencias, que son hoy las bienales, las "documenta", las exposiciones temporales, los museos, los suplementos culturales de los grandes rotativos, etc¨¦tera. Estamos, por tanto, ante la inicial explosi¨®n de un mercado de arte moderno, cuya pujanza merece tener un c¨®mputo espec¨ªfico en la bolsa comercial; el, por ejemplo, Index-Art.
Para terminar, ?c¨®mo privarse de hacer una peque?a coda para espa?oles, algunos de cuyos especialistas dicen estar tan preocupados por el deficiente lanzamiento internacional -por parte de nuestros gobiernos, se entiende, naturalmente- del arte emergente de nuestro pa¨ªs, sobre todo, cuando, entre la lista de los cien principales de marras o no hay un solo compatriota, ni siquiera los m¨¢s consagrados entre los "decadentes", como, por ejemplo, T¨¤pies? Es verdad que no nos deber¨ªamos afligir demasiado cuando Italia, seg¨²n la lista, s¨®lo cuenta con tres representantes; Jap¨®n, con dos, y Rusia, con ?uno!, pero estoy convencido de que no ha habido ning¨²n pa¨ªs en el mundo que como el nuestro haya invertido institucionalmente m¨¢s en el mercado Index-Art, durante los ¨²ltimos 25 a?os, con tan nulo resultado. ?Seguro, por tanto, que hay que duplicar la inversi¨®n! Por lo dem¨¢s, con tantos representantes espa?oles que hoy dirigen museos y bienales en todo el mundo, ya ver¨¢n c¨®mo, dentro de poco, quiz¨¢ en la pr¨®xima cotizaci¨®n de la Bolsa de valores internacional, aparecen, por lo menos, un 25% de artistas espa?oles de "grandeza internacional".
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