"Es una oportunidad para la ciencia"
La nueva ley de reproducci¨®n humana llegar¨¢ tarde para Virginia. Cansados de esperar una soluci¨®n, los padres de esta ni?a de tres a?os y medio, Eugenia y Salvador, han iniciado un tratamiento en B¨¦lgica que les permita tener un hijo que sirva de donante de m¨¦dula ¨®sea para la peque?a, con anemia de Fanconi. El caso de esta pareja no es el ¨²nico. La salida al exterior, concretamente a la Universidad Libre de Bruselas, ha sido la alternativa elegida por medio centenar de padres espa?oles para esquivar la restrictiva legislaci¨®n actual, que no permite seleccionar embriones con el prop¨®sito de salvar a hermanos enfermos.
"Aunque llega tarde, siempre es una buena noticia que Espa?a se una a los pa¨ªses m¨¢s avanzados que permiten esta posibilidad", comentaba ayer Eugenia a este diario. Junto a su ex pareja, con quien, a pesar de estar separados, desea concebir el hijo que pueda salvar a Virginia, estos dos valencianos fueron los primeros en reclamar p¨²blicamente una modificaci¨®n legal que permitiera practicar esta t¨¦cnica. El Instituto Valenciano de Infertilidad recogi¨® la petici¨®n de ¨¦sta y otras parejas, todas con un hijo con una grave enfermedad en la sangre, y la curs¨® al ministerio, que se comprometi¨® a buscar una soluci¨®n.
"Aunque llega tarde, es una buena noticia que Espa?a se una a los pa¨ªses m¨¢s avanzados"
La respuesta lleg¨® ayer con el anuncio del borrador de la nueva ley. "Pese a que a nosotros ya no nos pueda beneficiar, me alegra mucho que otras familias no tengan que pasar lo que sufrimos nosotros, gracias en parte a nuestro esfuerzo", comentaba ayer Eugenia. Se trata de dar una oportunidad a la ciencia y a los ciudadanos". La madre de la peque?a insisti¨® en que con esta t¨¦cnica, en la que se fecundan varios embriones y, tras analizarlos, se implanta el m¨¢s compatible con el hermano enfermo, "no se mata a nadie". Los restantes ¨®vulos fecundados, explicaba, "se pueden donar a otras parejas que no pueden tener hijos".
A Virginia le quedan "tres o cuatro a?os" para poder recibir un trasplante de m¨¦dula y Eugenia ronda los 43 -a partir de los 37 baja la capacidad reproductora de la mujer-, por lo que no hay tiempo que perder. Tanto ella como Salvador est¨¢n a la espera de una llamada de Bruselas para hacer las maletas, aunque por ahora no hay nada definitivo. "De momento est¨¢n definiendo el protocolo m¨¦dico que nos aplicar¨¢n", se?ala Eugenia. Con toda la informaci¨®n que ya han remitido -desde an¨¢lisis de sangre de los tres, hasta ecograf¨ªas o pruebas de histocompatibilidad- se est¨¢ analizando la probabilidad que tiene la pareja de concebir in vitro embriones sanos y compatibles que puedan implantarse, arraigar y en un futuro servir para curar a la ni?a. Si esta probabilidad entra dentro de unos par¨¢metros aceptables, el tratamiento seguir¨¢ adelante. "Se trata de ver si nuestro caso es viable", explica, "hay que tener en cuenta que cada mutaci¨®n [gen¨¦tica] es diferente".
Las posibilidades de ¨¦xito de esta t¨¦cnica son limitadas. No s¨®lo porque hay que dar con un embri¨®n compatible, sino por la tasa de fracaso de la implantaci¨®n en el ¨²tero de la madre (50%) y la del trasplante de m¨¦dula (30%). La puerta que abrir¨¢ el Gobierno no podr¨¢ elevar estos porcentajes, pero permitir¨¢ a muchas parejas espa?olas evitar los elevados gastos econ¨®micos derivados de los desplazamientos y que se repitan experiencias como las sufridas por Jos¨¦ y ?ngela. Esta pareja de Benidorm gast¨® 60.000 euros en los ocho ciclos a los que ella se someti¨®. El intento de tener un hijo para curar a su hija Martina, de 13 a?os, les sali¨® tan caro que tuvieron que vender su casa y comprar una m¨¢s modesta para hacer frente al dinero desembolsado. Ning¨²n embarazo sali¨® adelante.
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