Bienvenida a Almuzara
Cada vez cuesta m¨¢s encontrarlas, pero el domingo 30 de enero, llegando a estas mismas p¨¢ginas de EL PA?S Andaluc¨ªa, hall¨¦ publicada una buena noticia: El nacimiento de una editorial andaluza, de bello y genuino nomen: Almuzara.
Meses atr¨¢s, El Diario de C¨®rdoba ya daba cuenta de la nueva, aunque aventuraban trazos de su traves¨ªa que, felizmente, no parecen contar entre los m¨¢s encomiables prop¨®sitos de Manuel Pimentel y el equipo humano que ha reunido en torno. Me explico. Desde C¨®rdoba, aquella cr¨®nica daba la bienvenida a esta editorial cordobesa por venir a ocuparse de temas locales. Cito textualmente: "para publicar libros relacionados con C¨®rdoba, con su historia, sus gentes, sus horizontes".
Sin menospreciar, en absoluto, esas dedicaciones, entiendo, sin embargo, que el proyecto abarca m¨¢s campos, y como he podido comprobar echando un vistazo en su p¨¢gina web, con una vocaci¨®n de universalidad (de universidad, tambi¨¦n) muy estimable. Me felicito de ello, como apuntaba m¨¢s arriba. Desde luego, si en Barcelona y Madrid hay ya tantas f¨¢bricas de libros que abastecen a todo el mercado hispan¨®fono, por qu¨¦ desde C¨®rdoba no abrirse un camino con parecidas miras -enti¨¦ndase en cuanto a su enfoque tem¨¢tico- como por otra parte, tampoco le fue extra?o a esa C¨®rdoba majestuosa del califato.
En especial, celebro los t¨ªtulos ya publicados en su muy mimada secci¨®n de pensamiento pol¨ªtico. Autores como Will Kymlicka o el iusfil¨®sofo Ram¨®n Soriano ofrecen una tercera v¨ªa (entre un liberalismo t¨²mido de formalismos a menudo falaces y un comunitarismo de esencias holistas) muy saludable y de rabiosa actualidad. Quienes modestamente llevamos al menos un tiempo dedicado al estudio de las minor¨ªas culturales y/o nacionales sin Estado propio, sabemos s¨ª, cu¨¢n importante es, ciertamente, la autonom¨ªa de la voluntad del individuo; pero no hasta el punto de convertir a ¨¦ste en un ente abstracto sin ning¨²n lazo o se?a de la sociedad de la que proviene. El individualismo resultante y m¨¢s agudizado con el devenir de los tiempos, disfrazado, por ir a la ¨²ltima moda de allende los mares, de "neocon" no puede hacernos olvidar que hunde sus ra¨ªces en un "paleoliberalismo", como dir¨ªa mi maestro Javier de Lucas, de contradictoria trastienda religiosa y autoritaria -hoy totalitaria-, que data cuando menos del decimon¨®nico siglo.
Todo lo cual no empece para que no se descuide a los autores andaluces que debieran encontrar un cobijo amable y cercano. Lo digo porque acabo de conocer un caso m¨¢s bien contrario. Se trata de un joven escritor malague?o, Antonio J. Quesada S¨¢nchez, que recientemente ha visto publicado su primer libro de poemas, Destellos de una existencia, por una editorial madrile?a -Vitruvio- despu¨¦s de ser rechazado en su tierra. Es m¨¢s, hace unos d¨ªas se present¨® en el sal¨®n de actos de Cajamar en M¨¢laga y ning¨²n medio de los principales de la capital se dio por enterado. No me consta que la agenda malague?a de esa g¨¦lida noche de enero ofreciera el lanzamiento de m¨¢s j¨®venes talentos como el rese?ado, o de la presencia de alguno de los consagrados, que por derecho propio pudiera hacerle sombra.
Con actitudes as¨ª, ni "vamos a menos despu¨¦s de cuatro a?os" en palabras del profeta Goytisolo, ni vamos a ninguna parte. En las manos de ¨¦sta tambi¨¦n joven editorial est¨¢ coger el guante.
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