"Las ayudas europeas a las zonas alejadas deben ser permanentes"
Seis regiones insulares (Azores, Canarias, Guadalupe, Madeira, Martinica y Reuni¨®n) y la Guayana francesa (en Suram¨¦rica) constituyen las fronteras m¨¢s remotas de la UE. Suman casi cuatro millones de personas, cuya vida est¨¢ condicionada por una tasa media de paro del 16,9% y los precios entre un 10% y un 25% mayores que en el continente.
Son portugueses, espa?oles y franceses y votar¨¢n el Tratado Constitucional en urnas situadas a una distancia de entre 1.040 y 9.370 kil¨®metros de Europa. La Constituci¨®n dedica a las Regiones Ultraperif¨¦ricas (RUP) los art¨ªculos III-167.3a, IV-440.2, y, en especial el III-424, en los que consagran la defensa de estas zonas, velan por que la Uni¨®n no las olvide en la elaboraci¨®n de leyes y normas y por que sus ciudadanos reciban ayudas suficientes para compensar su desventaja por vivir en territorios alejados, aislados y fragmentados.
"Nos sentimos profundamente europeos y somos embajadores de valores b¨¢sicos de la UE como libertad, igualdad, pol¨ªticas sociales y comunes", proclama el presidente de Canarias, Ad¨¢n Mart¨ªn Menis, de Coalici¨®n Canaria.
"Las oportunidades de desarrollo social, generaci¨®n de empleo y salarios en las RUP son m¨¢s bajas, como consecuencia de los altos costos derivados de la condici¨®n ultraperif¨¦rica de nuestros territorios", defiende Mart¨ªn. Por ejemplo, si en vez de siete islas fuera un solo territorio bastar¨ªan tres o cuatro hospitales para sus casi dos millones de habitantes en vez de los 11 actuales.
Con el reconocimiento de su condici¨®n especial en los tres art¨ªculos del nuevo Tratado constitucional, Mart¨ªn considera que se ha logrado que el texto constitucional asuma la necesidad de que los mecanismos de la competencia, las ayudas fiscales y a la agricultura en estas zonas sean "reconocidas como permanentes y no transitorias". Adem¨¢s, toda la normativa europea que afecte a las siete regiones alejadas del continente "deber¨¢ adaptarse" a sus especificidades.
Para despejar dudas sobre la dureza de vivir en estos territorios, Mart¨ªn Menis recuerda que "la condici¨®n ultraperif¨¦rica permanecer¨¢ toda la vida; mientras que los nuevos Estados, con un retraso mayor, m¨¢s desempleo y otros problemas, en unos a?os alcanzar¨¢n niveles ¨®ptimos". "Eso nunca nos ocurrir¨¢ a las RUP, que siempre estaremos alejadas, nuestra dimensi¨®n seguir¨¢ siendo peque?a y los costos de aprovisionamiento y de almacenamiento ser¨¢n siempre mayores".
Los tres Estados con RUP firmaron un memor¨¢ndum donde se recog¨ªa que las pol¨ªticas de la Uni¨®n deb¨ªan modularse en estos territorios, desde la sanidad al transporte, la competencia, la fiscalidad y la inmigraci¨®n. Precisamente, las RUP se enfrentan al hecho de ser territorios europeos en zonas del planeta con muy bajo desarrollo, con lo que se han convertido en focos de atracci¨®n para miles de inmigrantes de Latinoam¨¦rica y ?frica.
"Nos ha costado mucho convencer a Europa de que tambi¨¦n tenemos un entorno geogr¨¢fico muy concreto", explica Ad¨¢n Mart¨ªn. "Todos los d¨ªas nos llegan a las RUP inmigrantes desde el continente, pero con los instrumentos actuales no podemos ayudar, ni cooperar en el desarrollo de sus pa¨ªses". Los llamados Instrumentos de Vecindad y Gran Vecindad que incluye el Tratado "nos permitir¨¢n reforzar el concepto de que somos las fronteras reales" de Europa ante ?frica, Caribe e ?ndico, a?ade el presidente canario.
Regiones ultraperif¨¦ricas. Art¨ªculo III-424.
"Teniendo en cuenta la situaci¨®n social y econ¨®mica estructural (...) [y los] factores (...) [que] perjudican gravemente su desarrollo, el Consejo adoptar¨¢ leyes (...) orientadas (...) a fijar las condiciones para la aplicaci¨®n de la Constituci¨®n en dichas regiones"
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