De ejemplo, nada
La noche del domingo, cuando culminaba el recuento electoral del refer¨¦ndum sobre el Tratado por el que se establece una Constituci¨®n para Europa, la televisi¨®n francesa TF-1 quer¨ªa saber si los espa?oles se sent¨ªan un ejemplo en la carrera para la ratificaci¨®n en tanto que protagonistas de la primera consulta popular. Fue preferible desenga?ar a los colegas aduciendo el mal recuerdo que evoca en la memoria p¨²blica esa figura hist¨®rica de "ir de ejemplo". De eso fuimos cuando, como compendiaba Men¨¦ndez y Pelayo, hicimos residir nuestra grandeza y nuestra unidad en ser "luz de Trento y martillo de herejes" con el resultado conocido.
Es recomendable que nos abstengamos de posar de ejemplo, de m¨¢rtir en el Jap¨®n, o de decorativos, actitud sobre la que ya nos previno Rafael S¨¢nchez-Ferlosio en su libro Vendr¨¢n m¨¢s a?os ciegos y nos har¨¢n m¨¢s malos. Escrib¨ªa all¨ª a prop¨®sito de los reportajes de ciertas fiestas en las que le sorprend¨ªa ver, entre una mayor¨ªa de carcamales y bujarrones, un notable n¨²mero de se?oritas guapas y j¨®venes como elemento de decoraci¨®n. Ese fen¨®meno le llevaba a recomendar a las se?oritas que no se dejaran invitar de decorativas. Lo hac¨ªa en un p¨¢rrafo contundente, que conclu¨ªa as¨ª: ?Conmigo tendr¨ªan que venir a dar con semejante g¨¦nero de invitaciones, si yo fuese una rubia de 25 a?os y no la imagen misma de lo indecoroso. "?De decorativa, ser¨ªa mi respuesta, la va a sacar a merendar usted a su puta madre!".
En esa l¨ªnea figuraba el invariable consejo de las madres cuando alguno de los suyos era llamado al servicio militar: hijo m¨ªo, no te signifiques. Por ah¨ª andaba tambi¨¦n don Miguel Unamuno, al que tan mal se interpret¨®, con su preferencia de "que inventen ellos". Pero, en todo caso, nuestro refer¨¦ndum del domingo ha sido el primero de los diez que se celebrar¨¢n para la ratificaci¨®n del Tratado Constitucional y debe reconocerse que ha supuesto un rotundo s¨ª de Espa?a, con un 77% de votos favorables frente a un 17% de votos contrarios. Enseguida hay que anotar que la participaci¨®n s¨®lo fue del 42,34% del censo, muy similar a la de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2004, cifrada en el 45,10%. Un porcentaje que supera la media aritm¨¦tica del 41% obtenido en dicha convocatoria para los esca?os del Europarlamento en los pa¨ªses donde el voto no es obligatorio.
Ac¨¦ptese, en todo caso que, si nadie la propugn¨®, nadie queda en condiciones de apuntarse la abstenci¨®n en su propio haber. Tampoco quedan claros otros apuntes como los del no pretendidos por Gaspar Llamazares porque ni siquiera la dimensi¨®n del servicio dom¨¦stico, de los mec¨¢nicos que ahora llaman conductores y de los empleados de jardiner¨ªa servir¨ªa para explicar ese m¨¢s del 30% de papeletas con el no en una urbanizaci¨®n tan exclusiva como La Moraleja. Algo habr¨¢n tenido que ver los socios parlamentarios del Gobierno de Zapatero -Esquerra Republicana de Catalunya e IV-IU- en el plus contabilizado del no en Catalu?a, y los compa?eros del abertzalismo radical en los resultados del Pa¨ªs Vasco.
En cuanto a Galicia, es interesante anotar que la recomendaci¨®n del BNG empe?ada en el no ha carecido de efecto relevante alguno porque apenas se ha computado un 12% de esas papeletas, frente a un 81% de las que llevaban el s¨ª. Adem¨¢s, se registr¨® una participaci¨®n del 43%, muy superior, por ejemplo, a la contabilizada en el refer¨¦ndum sobre el Estatuto de Galicia, celebrado el 21 de diciembre de 1980, donde s¨®lo vot¨® el 28,26% del censo. ?Estaremos ante un signo premonitorio de los resultados esperables, con deterioro del BNG, en las elecciones para el Parlamento de Santiago y para la correlativa presidencia de la Xunta, que tienen como fecha tope octubre pr¨®ximo?
As¨ª que menos lobos Caperucita. Ni el Gobierno de ZP tiene tantos motivos para el contento con la participaci¨®n registrada, ni el PP de Rajoy tantos motivos para la censura ante un abstencionismo del que le caben graves responsabilidades, ni tampoco los paladines del no pueden apropiarse de unos resultados m¨¢s bien magros y que aparecen trufados de castigadores de la derecha e impregnados de olor a sacrist¨ªas varias. Otra cosa es que Europa agradecida nos haga sus reconocimientos y que vayamos a dejar a Bush en Bruselas con un palmo de narices mientras los colegas de Zapatero le feliciten.
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