Piqu¨¦ presenta una moci¨®n de censura contra Maragall por "par¨¢lisis gubernamental"

El PP catal¨¢n cumpli¨® ayer su amenaza y present¨® una moci¨®n de censura contra el Gobierno de Pasqual Maragall, que, al final y tras dos tormentosas reuniones de la Junta de Portavoces de la C¨¢mara, se celebrar¨¢ el 10 de marzo, y no el 11-M, d¨ªa que se fij¨® en principio. "La par¨¢lisis gubernamental y legislativa" que afecta al Ejecutivo y la "p¨¦rdida de la ilusi¨®n" ciudadana que despert¨® inicialmente la alternancia pol¨ªtica el frente de la Generalitat fueron los motivos que expuso el l¨ªder del PP catal¨¢n, Josep Piqu¨¦, para justificar su iniciativa, que, reclam¨®, ha de provocar una "catarsis" en la clase pol¨ªtica catalana.

M¨¢s de una semana llevaba Piqu¨¦ advirtiendo de que si el Gobierno no convocaba un pleno monogr¨¢fico para que Maragall explicara su acusaci¨®n de corrupci¨®n contra CiU, el PP se ver¨ªa abocado a presentar una moci¨®n de censura. Dicho y hecho. Ayer, a primera hora de la ma?ana, los 15 diputados del PP presentaron en el registro del Parlamento su solicitud de moci¨®n con la candidatura alternativa de Josep Piqu¨¦ a la presidencia de la Generalitat.

Tres horas m¨¢s tarde, la Junta de Portavoces fijaba el debate para el viernes d¨ªa 11 -primer aniversario del atentado de Madrid-, con la firme oposici¨®n del PP, que consider¨® una barbaridad y un insulto esa fecha. "[La izquierda y CiU] quieren utilizar a las v¨ªctimas para tapar sus propias verg¨¹enzas", denunci¨® el popular Francesc Vendrell. La convocatoria se mantuvo hasta que los diputados conocieron que el Consejo de Ministros hab¨ªa declarado el 11-M d¨ªa de luto nacional. Finalmente, la moci¨®n se discutir¨¢ el d¨ªa 10, se votar¨¢ el 11 y tras la votaci¨®n se celebrar¨¢ un pleno extraordinario conmemorativo del brutal atentado.

La moci¨®n de censura no prosperar¨¢. El tripartito votar¨¢ en contra y CiU anunci¨® que la "rechazar¨¢" -lo que deja la puerta abierta a la abstenci¨®n- porque ser¨ªa como "salir del fuego para caer en las brasas", manifest¨® su portavoz Felip Puig. El PP s¨®lo aspira, como explic¨® gr¨¢ficamente un destacado parlamentario, a sacar el mismo resultado que La Gramenet -equipo de Segunda B- en la Copa del Rey, cuando elimin¨® al Bar?a por 1-0.

Piqu¨¦, por su parte, tan s¨®lo expres¨® dos deseos: que sea Pasqual Maragall quien se defienda de la moci¨®n y que se celebre "un debate de altura y de profundidad". El dirigente popular reclamaba de esta forma que Maragall no imitase a su predecesor, Jordi Pujol, que se qued¨® callado durante los dos d¨ªas en que se debati¨® la moci¨®n que le present¨® en 2002 el l¨ªder socialista catal¨¢n.

Esc¨¢ndalos pol¨ªticos

En la exposici¨®n de motivos de la moci¨®n de censura, el PP denuncia la par¨¢lisis que, a su juicio, afecta no s¨®lo la actividad gubernamental sino tambi¨¦n la legislativa. Critica las "crecientes y constantes" discrepancias entre los partidos que apoyan al tripartito y repasa los diversos esc¨¢ndalos que han sacudido la actual legislatura catalana, empezando por la dimisi¨®n del republicano Josep Llu¨ªs Carod Rovira tras su entrevista con ETA.

"Ha llegado la hora de que la clase pol¨ªtica haga un ejercicio de autocr¨ªtica y catarsis colectiva", apel¨® Piqu¨¦, al tiempo que asegur¨® que, tras el actual episodio sobre el 3% se han roto en Catalu?a los "t¨®picos, mitos y leyendas que han castrado el dinamismo de la sociedad durante 25 a?os". Piqu¨¦ enumer¨®, por ejemplo, el "oasis catal¨¢n", "la superioridad ¨¦tica y moral respecto al resto de Espa?a", "que la pol¨ªtica catalana estaba dominada por el seny" o que "hab¨ªa una v¨ªa catalana para hacer las cosas o una visi¨®n catalana de ver el mundo". Y, sobre todo, "ha provocado", agreg¨®, una "profunda desconfianza" entre los ciudadanos y la clase pol¨ªtica.

Piqu¨¦ midi¨® sus palabras en su comparecencia informativa, sabedor de que, moderado en las formas, su mensaje en la mayor¨ªa de las ocasiones resulta demoledor para el nacionalismo catal¨¢n en el campo ideol¨®gico y para el tripartito en cuanto a la gesti¨®n.

Pero Piqu¨¦ evidenci¨® principalmente seguridad. Ha dise?ado su estrategia concienzudamente y con el inestimable aval de la direcci¨®n del PP nacional que ve, en el pleno de la moci¨®n de censura, la catapulta pol¨ªtica y p¨²blica que su l¨ªder en Catalu?a necesitaba. Todos los dirigentes del PP est¨¢n volcados en esta tarea, hasta el punto de que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, en la sesi¨®n de control al Gobierno en el Congreso, los diputados populares presentar¨¢n nada menos que diez preguntas y una interpelaci¨®n sobre el consabido 3% y el accidente del barrio del Carmel.

El resto de partidos pol¨ªticos saben que la moci¨®n de censura servir¨¢ a Piqu¨¦ para publicitarse. Por ello, todos coincidieron ayer en se?alar que el dirigente popular s¨®lo busca "protagonismo" con su iniciativa parlamentaria y tambi¨¦n, como indic¨® el l¨ªder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, "disputarle el espacio de la oposici¨®n a Converg¨¨ncia i Uni¨® y a Artur Mas". Esta maniobra duele a los nacionalistas, que contemplan con desaz¨®n c¨®mo Piqu¨¦ les ha tomado ventaja pol¨ªtica en toda esta crisis. "El PP quiere estar delante de la carrera de las iniciativas", critic¨® el convergente Felip Puig.