Ra¨ªces y experimentaci¨®n
Como alguien expresaba en alg¨²n momento del concierto, con grupos como Wilco regresa la esperanza al mundo del rock. Experimentaci¨®n y exploraci¨®n de las propias ra¨ªces musicales se dan la mano en el estilo de este sexteto liderado por el compositor, cantante y guitarrista Jeff Tweedy. En su primera gira espa?ola y tras pasar por Zaragoza recalaban en Madrid y consegu¨ªan uno de los llenazos m¨¢s entregados de los ¨²ltimos tiempos. Porque con este grupo, ganador de dos premios Grammy en la edici¨®n de este a?o, parece haberse puesto todo el mundo de acuerdo en que son la mejor banda de rock del planeta en el momento presente.
Habiendo sido teloneados por los toledanos Sunday Drivers, un equivalente patrio en la tarea de zambullirse en los muy trillados surcos del rock americano para encontrar contemporaneidad y algo nuevo que contar, Tweedy y los suyos irrump¨ªan en escena a creando atm¨®sfera; buscando entre la emocionada manera de cantar del solista y el eco hiriente y repetitivo de la guitarra de Nels Cline, el camino para expresar una intensidad musical vertida en canciones en las que est¨¢n presentes los esp¨ªritus de Neil Young, Big Star, Byrds, The Band, Brian Wilson, Gram Parsons y otros grandes creadores de la m¨²sica popular estadounidense. Una nueva manera de enfocar viejas influencias, evitando repeticiones y sonando a tiempo presente.
Wilco
Jeff Tweedy, voz y guitarra; John Stirratt, bajo; Glenn Kotche, bater¨ªa; Nels Cline, guitarra; Pat Sansone, guitarra y piano; y Mikael Jorgensen, teclados. Sala Divino Aqualung. 23 euros. Madrid, lunes 23de marzo.
Con el apoyo de im¨¢genes psicod¨¦licas proyectadas en una pantalla situada tras ellos, el grupo pareci¨® sentirse muy a gusto sobre el escenario a lo largo de toda la actuaci¨®n. Tweedy estuvo tremendamente comunicativo, bien pidiendo tambi¨¦n disculpas, como Crosby y Nash un d¨ªa antes, por el rumbo pol¨ªtico que ha tomado su pa¨ªs; bien recordando a la gente que, pese a ser la primera vez que pisaban Madrid, hay un tema escrito en su etapa anterior al frente de Uncle Tupelo que llevaba por t¨ªtulo precisamente New Madrid; o bien pidiendo a la gente que lanzara un alarido al ritmo para que todo el mundo estuviese bien relajado.
Pero lo mejor fueron las veintitantas canciones que el grupo supo engarzar a lo largo de dos horas y media de concierto, creando tremendos crescendos de profundidad guitarrera, como fue el caso del largu¨ªsimo tema Spiders, con el que despidieron la primera parte de su actuaci¨®n. Pero antes hab¨ªan sonado temas de toda su discograf¨ªa, con especial parada en su ¨²ltimo y muy asequible ¨¢lbum A ghost is born, del que la banda escogi¨® Handshake drugs, At least that's what you said y Muzzle of bees, entre otras, y en el anterior y muy laureado Yankee hotel Foxtrot. Los temas m¨¢s conocidos del sexteto, Outta site (Outta mind), Kingpin o Passenger side, fueron encontrando su sitio a lo largo de una actuaci¨®n extensa y llena de sonidos arriesgados y ambientes atmosf¨¦ricos, si bien los arreglos demasiado hipn¨®ticos bien pudieran ser un lastre para quien no goza de tanto desarrollo instrumental.
Del mismo modo, Wilco realiz¨® dos bises en los que ofreci¨® otra media hora de excelente material rockero que cal¨® en los asistentes de tal manera que muy pocos de ellos hubieran rechistado si les hubieran propuesto continuar el concierto unas horas m¨¢s. Enorme triunfo en Madrid, pues, para seguir poniendo a Wilco en el sitio que le corresponde: el de la banda joven con m¨¢s cosas que aportar a un estilo que necesita constantemente que lo desencallen de un glorioso pasado que a veces pesa demasiado.
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