Compensaci¨®n a un agravio de 46 a?os
Los cinco malague?os descubridores de la Cueva de Nerja esperan el reconocimiento que se les neg¨® durante casi cinco d¨¦cadas
Cuarenta y seis a?os de silencio y de olvido. Casi cinco d¨¦cadas asistiendo desde la sombra y acallados con sutiles represalias a c¨®mo su hallazgo se convert¨ªa en un rentable negocio para todos menos para ellos, sus descubridores. Miguel Mu?oz Zorrilla, Juan Luis Barbero de Miguel, Jos¨¦ Torres C¨¢rdenas, Manuel Mu?oz Zorrilla y Francisco Navas Montesinos eran una pandilla de amigos "y de travesuras" de entre 14 y 21 a?os cuando en enero de 1959 descubrieron casi por casualidad el que con el tiempo se ha convertido en el tercer monumento m¨¢s visitado de Espa?a tras el Museo del Prado y la Alhambra de Granada: la Cueva de Nerja en M¨¢laga.
Sin embargo, ninguno de ellos ha gozado en estos a?os del reconocimiento oficial que se merec¨ªan por dar a conocer a la humanidad la existencia de esta incre¨ªble gruta de hace 25.000 a?os, uno de los asentamientos paleol¨ªticos m¨¢s importantes del Mediterr¨¢neo y que gracias a su riqueza natural y arqueol¨®gica se ha convertido en uno de los enclaves tur¨ªsticos m¨¢s conocidos y visitados de toda Europa. Pese a la importancia de su hallazgo esa tarde del 12 de enero de 1959 mientras cazaban murci¨¦lagos, ninguno de los cinco figura en los libros de historia si no es de pasada, muy al contrario de lo que ocurre con otros descubridores de asentamientos arqueol¨®gicos relevantes, como el c¨¢ntabro Marcelino Sanz de Sautuola, descubridor de la Cueva de Altamira en 1880 y que goza de todos los honores como tal en los libros e incluso en el callejero de su comunidad.
Quiz¨¢ el distingo entre un caso y otro se produjo a ra¨ªz de que Sanz de Sautuola era un terrateniente ilustrado que excavaba en esta cueva de su propiedad mientras que los cinco descubridores de la Cueva de Nerja no eran m¨¢s que cinco j¨®venes con ganas de aventura y sin oficio ni beneficio en aquella ¨¦poca. Eso es al menos lo que opinan estos cinco mare?os que, ahora, disfrutando casi todos de su merecida jubilaci¨®n esperan el reconocimiento p¨²blico que entonces se les neg¨®.
"No ¨¦ramos m¨¢s que unos chavales cuando bajamos por la gatera y ca¨ªmos en una peque?a salita que daba a lo que hoy se conoce como la Sala de la Cascada o de los Festivales", explica Juan Luis Barbero, que desde que dej¨® de trabajar en la Cueva, hace casi 20 a?os, no pone un pie en su interior. "Nos quedamos de piedra ante la grandiosidad y, pese al alboroto de los cientos de murci¨¦lagos y del chasquido del agua, caminamos hasta la sala de los Fantasmas, donde encontramos dos esqueletos humanos. All¨ª nos paramos y dimos la vuelta", recuerdan.
Ahora, 46 a?os despu¨¦s, tras haber estado vinculados a la Cueva de Nerja como simples trabajadores -Miguel Zorrilla sigue trabajando en ella como gu¨ªa- los cinco esperan un reconocimiento que el r¨¦gimen franquista les neg¨® y que ya en democracia se ha ido dilatando en el tiempo. Hace apenas un a?o, unieron sus esfuerzos para reclamar a la presidencia de la Fundaci¨®n de la Cueva de Nerja, cargo que ocupa el subdelegado del Gobierno en M¨¢laga, los derechos que creen que les asisten como descubridores de un enclave arqueol¨®gico que en estas cinco d¨¦cadas ha producido millones de euros de beneficios. "El nuevo subdelegado nos trat¨® de forma exquisita desde el principio y se comprometi¨® a atender nuestras reivindicaciones", explica Juan Luis Barbero.
Festival de M¨²sica y Danza
Los cinco lamentan el trato que en estas casi cinco d¨¦cadas han recibido de los patronos de la Cueva de Nerja. "En 1960 nos dieron 400.000 pesetas a repartir y muchas promesas incumplidas", afirman, dolidos por el olvido al que han sido sometidos cada vez que en la Cueva de Nerja se ha celebrado, por ejemplo, una nueva edici¨®n del Festival de M¨²sica y Danza, por el que han pasado artistas de la talla de Montserrat Caball¨¦, Alfredo Kraus, Paco de Luc¨ªa, Maya Plisetskaya o Yehudi Menuhin, entre muchos otros. "Ni entradas nos han dado para ver los espect¨¢culos con la excusa de que el aforo estaba completo", se?alan.
Sin embargo, el tiempo les ha acabado dando la raz¨®n. Para este mes de julio, los cinco descubridores de la Cueva de Nerja esperan ser resarcidos. A todos se les ha prometido verbalmente una paga vitalicia de 300 euros al mes, con car¨¢cter retroactivo de un a?o, y un merecido homenaje a las puertas del complejo tur¨ªstico en el que se ha convertido la gatera por la que entraron a la gruta en una tarde de invierno de 1959, donde una plaza llevar¨¢ su nombre.
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