El pacto social se queda sin una pata
Los padres no firman el acuerdo educativo y los sindicatos se replantean otras opciones
Al nacimiento del acuerdo social educativo a principios de a?o asistieron dos de los grandes sindicatos, CC OO y UGT, las dos confederaciones de padres de alumnos (los laicos de Ceapa y los cat¨®licos de Concapa), los titulares de centros religiosos (FERE) y dos personalidades de reconocido prestigio en la educaci¨®n, Agust¨ªn Dosil y Manuel de Puelles. Este embri¨®n de acuerdo ha sido muy fr¨¢gil, unos y otros han amenazado con abandonar el barco en alguna ocasi¨®n. Pero han sido los padres los que, por ¨²ltimo, han dado el portazo, si bien manifiestan su voluntad de seguir intent¨¢ndolo. Hoy mismo volver¨¢n a reunirse para ello.
Las posiciones de la Confederaci¨®n laica de padres, Ceapa, y de la cat¨®lica Concapa parecen irreconciliables. A pesar de los acercamientos que ha habido en este tiempo sobre la admisi¨®n del alumnado en los centros y de haber dejado fuera del debate la religi¨®n, o precisamente por ambas cosas, los padres no acaban de estar satisfechos. Los laicos no renuncian a su defensa prioritaria de la escuela p¨²blica y exigen "garant¨ªas" de que lo escrito en el pacto se cumplir¨¢; los cat¨®licos esgrimen su derecho a disfrutar en las mismas condiciones de la ense?anza que les gusta, concertada y religiosa. En ambas organizaciones tienen voluntad de seguir, pero piden tiempo. Lo que cada vez es menos posible es que se alcance un acuerdo antes de que el Gobierno presente la nueva ley de educaci¨®n no universitaria.
Pretenden que los grupos pol¨ªticos garanticen la estabilidad del sistema educativo
As¨ª las cosas, recientemente se decidi¨® abrir al resto de las organizaciones el acuerdo para que aportaran sus puntos de vista. Se han sumado los estudiantes de la asociaci¨®n ACADE y los sindicatos ANPE, CSI y FSIE, por ejemplo. No est¨¢n plenamente de acuerdo con el texto pero renuncian a determinadas exigencias para seguir adelante. "Sin los padres no tiene mucho sentido, se queda cojo", dicen todos. Pero tanto Ricardo Santos, de CSIF, como Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, de USO, manifestaron su intenci¨®n de tirar del carro mediante una especie de "declaraci¨®n de intenciones conjunta".
Otras organizaciones han decidido abiertamente no apuntarse al club. El Sindicato de Estudiantes porque no cree que los socios cat¨®licos "aporten nada"; en el sindicato STES siguen disgustados con la forma, y el fondo tampoco lo ven claro; para la patronal de centros CECE el acuerdo recoge "lo obvio pero no las diferencias" y no podr¨¢ influir en la ley educativa: "Algunos han sido ingenuos si lo pensaban as¨ª. Concapa ha sabido rectificar a tiempo", explic¨® la presidenta de CECE, Isabel Bazo. Est¨¢ segura de que la batalla educativa se librar¨¢ s¨®lo en el terreno pol¨ªtico.
La pretensi¨®n, sin embargo, siempre ha sido ofrecer a los grupos pol¨ªticos un pacto educativo social que no pudieran rechazar. Exigirles, todos a una, que garanticen la estabilidad del sistema educativo y lo mantengan alejado de avatares ideol¨®gicos, una reivindicaci¨®n, esta s¨ª, en la que todos opinan id¨¦ntico.
Los dos grandes sindicatos de clase, CC OO y UGT, no descartan otros acuerdos, pero cojear¨ªan de la misma pata: faltar¨ªan los padres. Una v¨ªa puede ser la sindical, donde estar¨ªan pr¨¢cticamente todas las centrales educativas. Y otra, plantear un gran pacto entre los grandes sindicatos y la patronal CEOE. Ser¨ªa, reconocen, m¨¢s parche que soluci¨®n. "Tiene que hacernos reflexionar la radicalidad de las dos organizaciones de padres de alumnos", dice el responsable de Educaci¨®n de UGT, Carlos L¨®pez. Jos¨¦ Campos, de Comisiones, se muestra optimista y opina que el texto del acuerdo "ya incide en el anteproyecto de ley educativa y obligar¨¢ a que se pongan de acuerdo Gobierno y oposici¨®n".
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