Discreto despliegue de seguridad
El principal acceso al Vaticano, la v¨ªa de la Conciliazione, fue cerrado al tr¨¢fico poco antes de medianoche. La Guardia Urbana de Roma desvi¨® la circulaci¨®n para permitir la afluencia a pie hacia la plaza de San Pedro y, seg¨²n fuentes municipales, como "medida de precauci¨®n". Un discreto despliegue de coches de polic¨ªa fue establecido en el per¨ªmetro de la peque?a ciudad-Estado, en previsi¨®n de un posible fallecimiento de Juan Pablo II. La afluencia de personas, c¨¢maras de televisi¨®n y equipos m¨®viles de transmisi¨®n crec¨ªa minuto a minuto.
El ministro de Agricultura, Gianni Alemanno, se sum¨® a los fieles que rezaban, con velas en la mano, bajo las ventanas de los apartamentos pontificios. "No s¨¦ nada, s¨¦ lo que sabe todo el mundo, s¨®lo quiero rezar", dijo. Ignazio La Russa, coordinador nacional del partido de Alemanno, la posfascista Alianza Nacional, declar¨® que las elecciones regionales del domingo y el lunes hab¨ªan pasado "a un plano secundario" y que lo ¨²nico importante era "el temor por la vida de un gran hombre".
El papel menos lucido correspondi¨® al presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi. Hab¨ªa grabado por la tarde una entrevista para el programa nocturno de Rai 1 Porta a porta, al que acude con frecuencia para lanzar sus anuncios pol¨ªticos al margen del Parlamento, y estaba emiti¨¦ndose cuando se conoci¨® la noticia del s¨²bito agravamiento de la salud del Papa.
Mientras las dem¨¢s cadenas interrump¨ªan sus programas para centrarse en las que pod¨ªan ser las horas finales de Juan Pablo II, Porta a porta, con Berlusconi a bordo, sigui¨® desarroll¨¢ndose con total tranquilidad. El hecho provoc¨® numerosas reacciones de rechazo.
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