Un a?o, tres vidas
Actriz, cantante y ahora tambi¨¦n madre. Mientras espera el estreno de sus tres ¨²ltimas pel¨ªculas, esta pamplonesa de 33 a?os tiene tiempo para preparar el cuarto disco de su carrera musical, criar a su hijo de ocho meses y debutar como modelo. As¨ª son 12 meses tranquilos, seg¨²n Najwa Nimri.
El 11 de marzo de 2004, "cuando muchos hac¨ªan c¨¢balas y otros buscaban la mejor frase", ella, perpleja ante el horror que se colaba por la televisi¨®n en su casa de Lavapi¨¦s, se sinti¨® hundida. "Escucha: Najwa Nimri Urrutikoetxea. Con eso te lo digo todo". Por sus venas, la sangre ¨¢rabe corre de parte de su padre jordano, y la vasca, de su madre. "Me ve¨ªa culpable de todas todas".
11 de marzo de 2005. Un a?o exacto despu¨¦s de la masacre, el estupor sigue instalado en sus ojos grandes, color mostaza a la luz met¨¢lica del sol sobre el asfalto madrile?o. "Alucino. Porque no entiendo la m¨²sica sentimental que le ponen a los v¨ªdeos que recuerdan aquel d¨ªa", protesta. "No creo que todos viaj¨¢ramos en aquellos trenes, como se dice. Yo no perd¨ª a nadie y hay que respetar a los que s¨ª lo sufrieron".
Dos fechas simb¨®licas que sirven para encuadrar doce meses de la vida de Najwa. Tranquilos, dice. Claro que en el manual de instrucciones de esta pamplonesa de 33 a?os, tom¨¢rselo con calma viene a ser rodar dos pel¨ªculas (El m¨¦todo Gr?nholm y 20 cent¨ªmetros, ambas a¨²n sin estrenar), empezar un disco (el cuarto en su carrera de pop soul electr¨®nico) y dar a luz hace ocho meses a su primer hijo, Teo Nabil. Un nombre compuesto por Dios, en griego, y noble, en ¨¢rabe. "Adem¨¢s, Nabil quiere decir 'yo ando' en euskera. Bonito, ?a que s¨ª?", pregunta sin esperar respuesta. "El cr¨ªo es la bomba, una aut¨¦ntica ca?a. Muy tranquilo. Duerme 16 horas al d¨ªa", cuenta orgullosa. "Si no hubiera que parirlos, tendr¨ªa ocho m¨¢s".
Relajada y hambrienta. Vestida con un poncho verde de flores coloristas, de Bernard Willhelm, y unos pantalones bombachos grises, llega a una entrevista, la primera concedida en casi un a?o. No viene a promocionar nada. Como no sea su personalidad enigm¨¢tica, la vuelta a la vida p¨²blica y su debut como modelo en la sesi¨®n de fotos que ilustran estas p¨¢ginas.
Aunque lejos de la exposici¨®n medi¨¢tica, la vida de la actriz, la cantante y la madre ha proseguido en este tiempo con hiperactiva tranquilidad. ?Una paradoja? Probablemente de la misma clase que insin¨²an sus andares, amplios y cadenciosos, y ese pararse desorientada en medio de las columnas de la cafeter¨ªa del C¨ªrculo de Bellas Artes, en Madrid, escenario de la entrevista. La de una fumadora que tarda quince minutos en liar un cigarrillo para luego dejarlo languidecer y apagarse hasta cuatro veces. La de su voz ronca y su discurso casi susurrado, que salpica con pr¨¦stamos de canciones. Ahora es Stevie Wonder en Sir Duke; luego, la Sade de Sweetest taboo, y finalmente, Mala Rodr¨ªguez, de quien entona con deje andaluz: "Si digo esto / es esto y no lo otro". Y sonr¨ªe con franqueza al saltar del cine a la m¨²sica; de Los ?ngeles a Lavapi¨¦s; del punto de partida al final del viaje de su pen¨²ltima historia.
El cuento que hoy ha venido a relatar empieza en Hollywood, donde la sorprendi¨® su embarazo. "?Buscado? Yo no hago muchas cosas premeditadas", dice. "Me fui all¨ª para moverme con una agencia de actores bastante gorda, que me trata bien. Imag¨ªnate? a m¨ª, con Nicole Kidman, el otro y el de la moto, y yo vomitando en secreto en la gala de los Globos de Oro". ?Preparaba entonces el asalto a Hollywood? "Si no me ofrecieran pel¨ªculas buenas en Espa?a, me ir¨ªa a Estados Unidos, sin dudarlo. Pero de momento no me pasa. Yo estoy donde est¨¢n las historias cojonudas, me da igual que est¨¦n en espa?ol o en ingl¨¦s".
Siguiente destino: Madrid. Rumbo al final de una gira de conciertos en la que la noticia fue verla sobre un escenario, arrogante, orgullosa de su embarazo de seis meses. "Me sent¨ªa como una supermujer con superpoderes", recuerda. M¨¢s tarde, Bilbao, la ciudad de la que se larg¨® a los 17 a?os huyendo de una adolescencia marcada por la rebeld¨ªa y el divorcio de sus progenitores, pero un buen lugar para volver a dar a luz junto a su madre.
Ahora pasa la mayor parte del tiempo en su piso de Madrid, donde vive con su hijo, su pareja (ni marido, ni novio; simplemente, "mi pibe", "mi chico") y una tonelada de aparatos inform¨¢ticos que manipula junto a Ra¨²l Santos, productor de los dos ¨²ltimos discos de Najwa y su alma gemela en la m¨²sica. Siempre ha estado a gusto con la creaci¨®n en d¨²o. El lugar que ahora ocupa Ra¨²l fue antes de Carlos Jean, con el que firm¨® como Najwajean en 1998 No Blood, un ¨¢lbum capital en la raqu¨ªtica historia de la m¨²sica electr¨®nica en Espa?a.
Lo que empez¨® como una forma de reducir a la m¨ªnima expresi¨®n el soul que cantaba con Respect, la banda que lideraba a su llegada a Madrid, se convirti¨® en un ¨¦xito sin precedentes al vender 25.000 copias del disco. "Hall¨¦ una v¨ªa de expresi¨®n que me permiti¨® reducir el grupo a dos cabezas pensantes y un ordenador que piensa por todos", recuerda. Desde entonces, Najwa es para los dem¨¢s esa "actriz metida a m¨²sica". O viceversa. Aunque ella persiste. "Nunca voy a entrar a establecer un sistema de valores. No s¨¦ si soy m¨¢s m¨²sica o m¨¢s actriz".
Dos ¨¢lbumes sin Carlos Jean despu¨¦s, est¨¢ preparada para retomar la sencillez del principio. "Es muy pronto para hablar de lo que resultar¨¢ de lo que Ra¨²l y yo estamos currando en casa ahora mismo. Porque de las 800.000 cosas que vamos grabando, s¨¦ que al final s¨®lo quedar¨¢n cuatro. La novedad es que estoy trabajando con instrumentos. Antes era todo con el ordenador y un teclado midi, con el que improvisaba las melod¨ªas. Cuando trabajas con guitarra, tiendes a cerrar las melod¨ªas m¨¢s pop. Creo que ser¨¢ un disco m¨¢s limpio, m¨¢s claro", aventura.
Gente como Ra¨²l o Carlos es lo que m¨¢s le gusta de Madrid. "Supongo que tambi¨¦n influye que nunca paso aqu¨ª m¨¢s de cuatro meses. Me motiva la gente con la que me relaciono y los echo de menos cuando me voy". En esta ciudad conoci¨® tambi¨¦n a Daniel Calparsoro, ex marido, director de cine y la encarnaci¨®n de su gran oportunidad. "Ahora s¨ª me llevo bien con Daniel. Aunque hubo temporadas, tras la separaci¨®n, en las que est¨¢bamos de pique. Una cosa tengo clara: con Daniel y con Carlos Jean volver¨¦ a trabajar".
Bajo las ¨®rdenes de Calparsoro dio vida a personajes como la violenta y desorientada chica de pelo rapado de Salto al vac¨ªo (1995), o la femme fatale que sacud¨ªa las caderas en Asfalto (2000). Chicas duras e introspectivas que supusieron su entrada en el cine. Luego llegar¨ªan Alejandro Amen¨¢bar y Julio Medem, Abre los ojos y Los amantes del c¨ªrculo polar. M¨¢s introspecci¨®n y el reconocimiento masivo a una carrera de actriz, cuyos ¨²ltimos frutos son dos papeles en dos filmes que se encuentran en la sala de montaje recibiendo los ¨²ltimos retoques. Por un lado, El m¨¦todo Gr?nholm, del argentino Marcelo Pi?eyro, que ha adaptado al cine la exitosa y negr¨ªsima obra de teatro de Jordi Galcer¨¢n. "Una historia sobre un mont¨®n de ejecutivos comi¨¦ndose entre ellos como perros. Devor¨¢ndose por un poco de nada", explica. Por el otro, 20 cent¨ªmetros, una comedia sobre transexuales de Ram¨®n Salazar, de la que tambi¨¦n es autora de la banda sonora. Adem¨¢s, en junio se prev¨¦ el estreno en Espa?a de Agentes secretos, una pel¨ªcula que rod¨® en Francia hace a?o y medio, en la que comparte cartel con M¨®nica Bellucci y Vincent Cassel.
"?Quieres saber de verdad cu¨¢l es mi m¨¢ximo objetivo desde hace tres semanas?", interrumpe misteriosa. "El carn¨¦ de conducir. Me est¨¢ haciendo pasar la peor fase de toda mi pu?etera existencia. Sue?o con esos tests absurdos, estoy?". Algo secuestra su atenci¨®n, que atraviesa un gigantesco ventanal y se para en un autob¨²s escolar detenido en la calle. De ¨¦l desciende un grupo de chicas de unos 15 a?os. Pantalones vaqueros de campana, deportivas blancas, polos rosas, anoraks sin mangas. Najwa, de pronto mutada en dise?adora, bosqueja una silueta con las manos. "Chas, chas, chas", dice. "?Claro! Este rollo que visten las cr¨ªas. El mismo que yo he llevado durante muchos a?os".
-?Le interesa la moda?
-Es la primera vez que hago una sesi¨®n de este tipo. Y de compras voy una vez al a?o a los outlets de las marcas. Siempre llevo el mismo tipo de pantal¨®n y jersey. En invierno me pongo unos leotardos y un abrigo, y ya. Algunas marcas me mandan ropa. Zapatillas de Nike y ch¨¢ndales de Y-3.
-?Y en las ocasiones especiales?
-Me gusta Chanel. Me interesan mucho Locking Shocking, Ion Fiz, Jorge V¨¢zquez, Miriam Oc¨¢riz y lo que hizo Cecilia Paniagua para Duyos y Sybilla.
Najwa vuelve a dejar la conversaci¨®n en el aire. Se dirige a una mesa cercana, pide fuego por cuarta vez y vuelve con una idea. "En cuanto a lo que te dec¨ªa de la m¨²sica. ?Te ha quedado claro? Me gustar¨ªa no ser tan popera en estructura. Llegar al soul a trav¨¦s de la guitarra. ?Me explico? No s¨¦, a ver c¨®mo sintetizas esto". Resopla y se excusa con un neologismo de cosecha propia: "Estoy un poco anacr¨®nix". "Lo peor de las entrevistas es que luego la gente se las lee". Bueno, ¨¦sa es la idea, ?No? "Yo no. S¨®lo miro las fotos. Puestas en papel, algunas cosas suenan demasiado tontas".
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