Robert Rodr¨ªguez triunfa con el c¨¦lebre c¨®mic 'Sin City'
Benicio del Toro y Bruce Willis intervienen en la pel¨ªcula
La ciudad del pecado, imaginada por el escritor y dibujante Frank Miller en su c¨¦lebre c¨®mic Sin City, habitada por seres noct¨¢mbulos, criminales, prostitutas, psic¨®patas y polic¨ªas corruptos, lleg¨® hace una semana a las pantallas estadounidenses a trav¨¦s de la exquisita y a la vez salvaje y violenta puerta que quiso abrirle un director tan alabado como vilipendiado: Robert Rodr¨ªguez. El joven tejano que irrumpi¨® en Hollywood tras sorprender al mundo con su autoproducida El mariachi, ha vuelto a salirse con la suya y, a pesar de ser vapuleado por la cr¨ªtica, ha repetido nuevamente el ¨¦xito de taquilla que ha caracterizado su singular filmograf¨ªa (las secuelas de El mariachi y la saga Spy kids).
Estrenada en m¨¢s de 3.000 cines gracias a la mano maestra de Miramax, que produce el filme con 45 millones de d¨®lares, y con un reparto interminable de estrellas, en el que brillan las actuaciones de Benicio del Toro, el resucitado Micky Rourke y Bruce Willis, Rosario Dawson, Brittany Murphy, Clive Owen o Elijah Wood, Sin City (que se estrenar¨¢ en Espa?a el 3 de junio) es probablemente la versi¨®n cinematogr¨¢fica de un c¨®mic m¨¢s fiel a la fuente original que jam¨¢s se haya hecho. Tanto que la oscuridad y la brutalidad de las vidas de sus protagonistas se narran exclusivamente en blanco y negro, aunque el color rojo ti?a de sangre unas cuantas escenas y de vez en cuando los ojos de algunos de sus protagonistas adquieran v¨ªvidas tonalidades.
As¨ª se lo plante¨® Rodr¨ªguez a Frank Millercuando le pidi¨® llevar Sin City al cine, y para demostrarle cu¨¢les eran sus intenciones est¨¦ticas, le mostr¨® el cortometraje El cliente siempre tiene la raz¨®n, basado en uno de sus c¨®mics y que prepar¨® expresamente para convencerle. Miller, desilusionado con Hollywood tras su paso como guionista por el filme Robocop, se hab¨ªa jurado a s¨ª mismo no llevar nunca a la pantalla ese c¨®mic. "Era mi peque?o tesoro. Siempre pens¨¦ que nadie podr¨ªa adaptarlo fielmente", ha declarado a The Angeles Times. Y aunque qued¨® fascinado por el look que Rodr¨ªguez quer¨ªa dar al filme, se neg¨® a aceptar la propuesta.
Sexo y violencia
Pero el tejano insisti¨®, y le invit¨® a visitarle en su rancho-estudio en Tejas, donde le propuso rodar una escena, la que finalmente abre la pel¨ªcula. "Podemos reinventar el cine filmando p¨¢gina a p¨¢gina tus libros", le dijo seductoramente Rodr¨ªguez. Y tras ver el producto de aquel d¨ªa de trabajo, Miller se embarc¨® en la pel¨ªcula. Definirla como revolucionaria ser¨ªa un exceso, pero el resultado parece aut¨¦nticamente un c¨®mic, al haberse producido b¨¢sicamente con decorados virtuales (como los de Sky captain y el mundo del ma?ana) que imitan en todo su purismo los dibujos del artista.
Rodr¨ªguez le ofreci¨® adem¨¢s codirigir el filme, algo que le ha costado tener que abandonar el Sindicato de Directores, que proh¨ªbe que dos directores compartan el cr¨¦dito. Todo con tal de mantener a Miller en plantilla y contento, puesto que el tejano es un profundo admirador de toda su obra. A pesar de la dureza de la cr¨ªtica, que ataca el filme por lo que considera "excesiva carga morbosa", la taquilla ha respaldado el filme con una recaudaci¨®n de 29 millones de d¨®lares en el primer fin de semana de exhibici¨®n, desafiando as¨ª la creencia popular que afirma que Estados Unidos est¨¢ siendo tomada por los valores m¨¢s conservadores. Pese a la carga sexual y las toneladas de violencia expl¨ªcita, los espectadores han acudido en masa a la llamada de Sin City.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.