Las palabras se baten con el desorden del mundo
El festival literario 'Pen World Voices' re¨²ne en Nueva York a escritores de todos los continentes
Paul Auster y Chico Buarque abrieron ayer el Pen World Voices, el festival internacional de literatura de Nueva York. El escritor estadounidense y el m¨²sico y novelista brasile?o ya hab¨ªan coincido en otros eventos de esta naturaleza, y mostraron que hab¨ªa qu¨ªmica entre ellos, y una fuerte complicidad que acaso procede de una manera muy parecida de entender su trabajo. Las ¨²ltimas novelas de Auster, La noche del or¨¢culo, y de Buarque, Budapest, son cajas de historias que contienen otras cajas que contienen otras m¨¢s. En ambas, adem¨¢s, se reflexiona sobre el oficio de escribir, y las dos ponen en marcha las viejas complicaciones que afanan a los mortales: la amistad, el amor, la tentaci¨®n de atrapar el mundo, las heridas que dejan los peque?os fracasos que se suceden. Ayer, Paul Auster hizo de anfitri¨®n y le fue preguntando a Chico Buarque sobre distintos aspectos de su obra, del arte de contar la vida de las ciudades, de reflejar las contradicciones de unos personajes que se mueven sobre el terreno pantanoso de un mundo donde las convicciones rotundas se han ido a pique y, sobre todo, sobre la diferencia entre sus dos escrituras: la de las canciones y la de las novelas.
Mu?oz Molina, Amat, Chirbes, Punt¨ª, Taibo y Margarit participan en el encuentro
Hace ya unos d¨ªas que las entradas para escuchar a Buarque y Auster en la New York Public Library se hab¨ªan agotado, y en el lugar se reunieron ayer gentes de edades y generaciones distintas y de diferente color de piel. El p¨²blico reflejaba as¨ª el sentido profundo del desaf¨ªo del PEN, esa vieja instituci¨®n que lleva ya ochenta a?os en la batalla de defender la libertad de expresi¨®n y de promover la difusi¨®n de las letras en todos los rincones del planeta. Este festival lleva sus marcas de estilo: escritores de sitios muy distintos cuentan de los asuntos de sus lugares de procedencia, y al mismo tiempo abordan sus problemas comunes, sus desaf¨ªos, su perplejidad, sus dudas y su furia y su pasi¨®n por esta complicada realidad en la que se mezcla de manera inextricable lo peor con lo mejor.
"Estados Unidos necesita m¨¢s que nunca escuchar voces de m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Los escritores son los intermediarios indispensables en este di¨¢logo internacional, as¨ª como los guardianes del patrimonio ¨²nico y art¨ªstico representado por cada idioma. No podemos pretender que esta conversaci¨®n se produzca s¨®lo en ingl¨¦s". Con estas palabras, Salman Rushdie, presidente del PEN American Center, ha tratado de explicar el germen de un encuentro que aspira a repetirse anualmente y con el que tambi¨¦n se quiere subrayar la imperiosa necesidad de aumentar el n¨²mero de traducciones literarias en un pa¨ªs en el que s¨®lo el 3% de los libros publicados procede de otras nacionalidades.
Dos horas despu¨¦s de que Buarque y Auster terminaran su conversaci¨®n sobre sus respectivas maneras de trabajar y de entender la literatura, la New York Public Library, y de nuevo con el cartel de "todas las entradas vendidas", recib¨ªa a uno de los grandes maestros del periodismo europeo, Ryszard Kapuscinski, que ha recorrido medio mundo para contar la variedad de sus conflictos; a otro brillante escrutador del horror, Philip Gourevitch, que dio cuenta del infierno de Ruanda con tanta precisi¨®n que estremeci¨® a todos sus lectores, y a la mexicana Elena Poniatowska, que siempre ha puesto su o¨ªdo fin¨ªsimo para atrapar cualquier injusticia de las tantas que se cometen en su pa¨ªs. Moderados por Leslie Linfield, estos tres autores, familiares ya a los lectores espa?oles, hablaron con otros notables cronistas -Svetlana Alexievich, Fran?ois Bizot y Carolin Embcke-, todav¨ªa poco conocidos en nuestro pa¨ªs, sobre los rastros de lo peor. La guerra, la tortura, el genocidio, la ignominia... El sufrimiento y el dolor, la maldad y (en unos cuantos) el hero¨ªsmo, la ceguera del poder y el furor de las masas atrapadas en el v¨¦rtigo de la violencia: las sucesivas cat¨¢strofes de nuestro tiempo fueron poco a poco tomando consistencia.
La proximidad de algunos autores como puente para saber de otros, he ah¨ª uno de los retos de este encuentro. "En los ¨²ltimos veinte a?os, EE UU ha vivido obsesionado con su propio multiculturalismo y se ha olvidado de que hay otras formas de literatura fuera de sus fronteras", dijo hace unos d¨ªas Esther Allen, codirectora del festival y presidenta del PEN Translation Committee. "No es suficiente con ser multicultural, hay que ser multiling¨¹e y, aunque el ingl¨¦s sea el idioma de la globalizaci¨®n, tenemos mucho que aprender de otras formas de escribir".
Los m¨¢rgenes cada vez m¨¢s estrechos de la literatura para cambiar el mundo, los nuevos derroteros de la literatura infantil, la relaci¨®n de los escritores con el poder, la energ¨ªa actual de la novela negra, las palabras en contextos conflictivos (como la guerra de Irak) o en continentes abandonados (como el africano), las voces emergentes de la nueva Europa... Son algunos de los temas que estos d¨ªas reunir¨¢n a los escritores que van llegando a Nueva York desde lugares muy distintos. "Existe un creciente aislamiento cultural y pol¨ªtico en EE UU y la falta de traducciones literarias tambi¨¦n influye de forma negativa", explica Allen. "Es curioso que fen¨®menos como la lucha contra el llamado terrorismo isl¨¢mico est¨¦n incrementando el inter¨¦s por escritores de los pa¨ªses del mundo ¨¢rabe. Es un fen¨®meno que tambi¨¦n ocurri¨® tras la revoluci¨®n cubana: el hambre de conocer al supuesto enemigo provoc¨® la explosi¨®n de la curiosidad hacia autores latinoamericanos".
Pero no parece ser f¨¢cil conseguir hoy que las obras de autores de aquellos ¨¢mbitos lleguen al p¨²blico, ya que el Gobierno estadounidense censura a los autores de pa¨ªses sometidos a embargos comerciales motivados por sus "actividades terroristas". Es el caso de Ir¨¢n, un pa¨ªs cuya obra ser¨¢ explorada estos d¨ªas a trav¨¦s de la presentaci¨®n de una antolog¨ªa de autores contempor¨¢neos editada gracias al PEN y que estuvo a punto de no publicarse por la oposici¨®n de la Administraci¨®n de Bush.
Antonio Mu?oz Molina, Nuria Amat, Rafael Chirbes, Jordi Punt¨ª, Joan Margarit y Paco Ignacio Taibo son los escritores que proceden de Espa?a y que estar¨¢n en el encuentro, que se cerrar¨¢ el pr¨®ximo viernes con un homenaje a Cezslaw Milosz. El radical compromiso del gran poeta polaco con su obra, su originalidad e independencia y su obligaci¨®n con el mundo servir¨¢n de broche de oro para unas jornadas que prometen poner en escena a los escritores cuando se enfrentan al ca¨®tico desorden de la realidad que habitamos.
Don Quijote en Manhattan
A las tres y media de esta madrugada, hora espa?ola, estaba previsto que Don Quijote tomara sus armas, acompa?ado por su leal escudero Sancho Panza, y volviera a salir al mundo para deshacer entuertos y luchar por la justicia y la libertad. En la New York Public Library, Margaret Atwood, Paul Auster, Claudio Magris, Norman Manea, Salman Rushdie, Laura Restrepo y Antonio Mu?oz Molina iban a recuperar los desaf¨ªos del caballero andante y a volverlos a contar, cada cual a su manera, para este tiempo descre¨ªdo, esc¨¦ptico y nihilista.
"El Quijote representa perfectamente el car¨¢cter universal de la literatura que queremos impulsar con el festival", coment¨® Esther Allen, codirectora del evento. La primera de las citas con el personaje cervantino tuvo lugar ayer por la tarde en Nueva York. Participaron tambi¨¦n Javier C¨¢mara, que recre¨® la lucha contra los molinos de viento, y el bar¨ªtono Chris Pedro Trakas y el pianista John Musto, que interpretaron piezas de Strauss y de Ravel relacionadas con la obra maestra de la literatura.
Antonio Mu?oz Molina, director del Instituto Cervantes de Nueva York, que ha colaborado muy estrechamente con el festival, afirma: "Lo m¨¢s importante que hemos conseguido es que el Quijote sea parte de una celebraci¨®n literaria tan poderosa como ¨¦sta, demostrando as¨ª que los hechos culturales espa?oles tambi¨¦n son universales y pueden ser parte del tejido cultural de esta ciudad". En la sede del instituto, y como muestra de su apoyo a la iniciativa de la delegaci¨®n estadounidense del PEN, hoy se celebrar¨¢ el encuentro El Quijote global: reinventando a Cervantes, con Jean Canavaggio Edith Grossman, Susanne Lange, Alexandra Mancic, Aline Schulman, y Barber van de Pol.
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