Alonso detiene al prodigioso Schumacher
El espa?ol suma su tercera victoria tras un duelo ¨¦pico con el genio alem¨¢n, al que supo contener en las ¨²ltimas vueltas
Lo que ayer se vivi¨® en el circuito de Imola ha abierto un hueco en los anales de la historia de la f¨®rmula 1. El duelo que protagonizaron el espa?ol Fernando Alonso y el alem¨¢n Michael Schumacher pareci¨® salido de otra dimensi¨®n y s¨®lo es comparable a los que libraron hace ya muchos a?os Ayrton Senna y Alain Prost cuando ambos estaban en McLaren. Dos pilotos al l¨ªmite de sus posibilidades, agotados por el esfuerzo de toda una carrera, librando una batalla f¨ªsica y psicol¨®gica atroz y aprovechando hasta el l¨ªmite todo el potencial que les estaban proporcionando sus m¨¢quinas, el Renault y el Ferrari, los dos b¨®lidos m¨¢s competitivos del Mundial. Si Button, tercero, y Raikkonen, que abandon¨® por rotura del palier izquierdo siendo l¨ªder en la octava vuelta, quer¨ªan sembrar dudas, no lo consiguieron. Est¨¢ claro que el t¨ªtulo lo disputar¨¢n este a?o Alonso y Michael Schumacher, que vuelve a estar ah¨ª, pero con la notable desventaja de haber visto ganar al asturiano ayer su tercera carrera consecutiva.
Nadie, ni el m¨¢s optimista, habr¨ªa apostado por el final que se produjo ayer en Imola, despu¨¦s de ver c¨®mo Schumacher se pasaba en una curva de la segunda cronometrada y quedaba relegado a la decimotercera posici¨®n en la parrilla de salida. En un circuito donde pasar es casi imposible, aquello parec¨ªa una condena insalvable. Otros pilotos que cometieron errores similares se perdieron en el anonimato, metidos en el tr¨¢fico, desesperados al verse tapados por pilotos evidentemente m¨¢s lentos. Mientras Kimi Raikkonen y Fernando Alonso -primero y segundo en la parrilla- salieron marcando el ritmo, Michael Schumacher se vio atrapado en el pelot¨®n, sin posibilidad alguna de mejorar.
Raikkonen le hab¨ªa cogido tres segundos a Alonso cuando abandon¨®, le llevaba siete a Jenson Button (Honda) y algo m¨¢s de 20 al heptacampe¨®n mundial, entonces 12?. Cuando Alonso cogi¨® el mando de la carrera en la novena vuelta, las diferencias aumentaron. El espa?ol coloc¨® hasta 36,4 segundos de por medio con Michael Schumacher en la 20? vuelta. Sin embargo, el alem¨¢n, de 36 a?os, y Ferrari ten¨ªan un plan. Hab¨ªan cargado el dep¨®sito y ten¨ªan gasolina para realizar cinco vueltas m¨¢s que todos los dem¨¢s equipos. Fue una t¨¢ctica muy acertada, puesto que en medio del tr¨¢fico no hab¨ªa posibilidad de avanzar ni siquiera con el dep¨®sito vac¨ªo.
Pero, en cambio, cuando a partir de la vuelta 22?, todos los b¨®lidos comenzaron a entrar en boxes para repostar, a Michael Schumacher le qued¨® v¨ªa libre para ganar tiempo. Corri¨® como una bala, sobrevolando por todos los pianos -rayas blancas y negras del arc¨¦n en las curvas-, marcando los mejores tiempos y llegando a rodar incluso en 1m 21,8s. Entr¨® en boxes en la vuelta 49?, cuatro despu¨¦s de que lo hubieran hecho Alonso y Button. Y cuando las posiciones se restablecieron, Schumacher no s¨®lo hab¨ªa salido del tr¨¢fico sino que se hab¨ªa instalado en una amenazante tercera posici¨®n. Estaba a¨²n a 30 segundos de Alonso y a 20 de Button. Pero su ritmo era endiablado. Circulaba entre 1,5 y 2 segundos m¨¢s r¨¢pido que ellos dos. Y antes del segundo repostaje, les hab¨ªa restado ya 12 segundos.
All¨ª lleg¨® la segunda parte de su estrategia. Cuando Alonso entr¨® por segunda vez en boxes -42? vuelta- Schumacher vio la necesidad absoluta de superar a Button, porque le estaba parando. Se jugaba la carrera: si no le pasaba, perder¨ªa la opci¨®n de restar tiempo a Alonso. Y entonces, se produjo el adelantamiento con f¨®rceps y ces¨¢rea en una de las chicanes. Schumacher todav¨ªa dio tres vueltas antes de repostar. Y cuando sali¨® de boxes por segunda vez no s¨®lo iba ya segundo, sino que rozaba los talones de Alonso.
Fue una maravilla. Y a consecuencia de ello, se pudieron vivir los momentos m¨¢s brillantes de las ¨²ltimas temporadas en la F-1. No ya porque Schumacher no quer¨ªa que finalizara ah¨ª su remontada, sino por la fortaleza mental y f¨ªsica que demostr¨® Fernando Alonso. Durante 12 vueltas, las ¨²ltimas, sinti¨® el aliento del alem¨¢n en su cogote, sabiendo, adem¨¢s, que llevaba un coche m¨¢s r¨¢pido y que ten¨ªa unas ganas locas de apartarle del liderato. Le amenaz¨® una y otra vez, le ense?¨® el morro en cada curva, intent¨® buscar el rebufo en las rectas, hizo todo lo que pudo para ganar. Pero Alonso no cometi¨® ni un s¨®lo error. Pilot¨® como un aut¨¦ntico campe¨®n. No le dej¨® ninguna puerta abierta. Le fue cerrando, le control¨®, le fren¨®. Y le gan¨® a lo grande.
Y despu¨¦s, con su mano derecha levantada, le ense?¨® tres dedos a Michael Schumacher, a Ferrari, y a todos los miles de aficionados que enarbolaban unas banderas rojas con la esfinge de un caballo que hab¨ªan permanecido escondidas buena parte de la carrera. Fue un gran triunfo, una victoria para no olvidar. La mejor de Fernando Alonso. Fue la demostraci¨®n palpable de que no est¨¢ dispuesto a ceder ni un ¨¢pice de terreno, aunque Ferrari y Schumacher hayan recuperado su fuerza. Alonso sigue firme. Ayer sum¨® el triunfo de Imola a las dos victorias anteriores logradas en Malaisia y en Bahrein. Suma ya 36 puntos por s¨®lo 10 de Michael Schumacher. Pero el duelo de ayer por el triunfo augura un campeonato apasionante.
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