Blair se juega la mayor¨ªa parlamentaria en 80 circunscripciones del Reino Unido
El l¨ªder laborista llama a votar para que los conservadores no vuelvan "por la puerta de atr¨¢s"
Tony Blair lanz¨® ayer un llamamiento a sus bases para que acudan el jueves a votar "para que los tories no vuelvan al poder por la puerta de atr¨¢s". Aunque las encuestas pronostican una amplia ventaja del Partido Laborista en el conjunto del Reino Unido, el particular sistema electoral brit¨¢nico (mayoritario) reduce la clave de la contienda a un centenar de las 646 circunscripciones -una por cada esca?o a elegir- en que est¨¢ dividido el pa¨ªs. Los laboristas se juegan la mayor¨ªa absoluta en 80 circunscripciones en las que en 2001 obtuvieron la victoria por menos del 10% de ventaja.
Blair es un hombre extraordinariamente cauto en tiempos electorales. El laborismo brit¨¢nico a¨²n sangra por las heridas de dos clamorosas derrotas contra pron¨®stico: en 1970, cuando el conservador Eduard Heath impidi¨® el tercer mandato de Harold Wilson que pronosticaban los analistas y los sondeos, y en 1992, cuando John Major, el sucesor de Margaret Thatcher, arrebat¨® a Neil Kinnock un triunfo que se daba por seguro durante la campa?a e incluso en las proyecciones de voto de la misma noche electoral.
S¨®lo esos dos precedentes y la posibilidad de que el renacido debate sobre los proleg¨®menos de la guerra de Irak tenga un efecto superior al que se?alan los sondeos pueden privar a Blair -con la ayuda de su n¨²mero dos y principal rival interno, el ministro del Tesoro, Gordon Brown- de llevar al Partido Laborista a un tercer mandato por primera vez en sus casi 100 a?os de historia.
El llamamiento de Blair a sus bases est¨¢ meditado. Con ¨¦l trata de combatir la abstenci¨®n de sus votantes naturales en castigo por su actitud en la guerra de Irak y su apoyo, que juzgan excesivo, a la pol¨ªtica de EE UU. Los ¨²ltimos documentos filtrados a la prensa, sobre todo el del domingo, que indica que la guerra estaba decidida ocho meses antes de su inicio, perjudican al primer ministro, pero nadie es capaz de predecir hasta qu¨¦ punto.
El peligro que afrontan los laboristas es el efecto combinado de la abstenci¨®n pasiva, entre los votantes que dan por segura la victoria del laborismo, y la abstenci¨®n activa, o incluso el voto de protesta a favor de los liberales-dem¨®cratas, entre aquellos que no quieren que los conservadores vuelvan al poder, pero tampoco quieren que Blair obtenga un triunfo clamoroso porque no le han perdonado su belicismo en Irak. Son los que desean que el laborismo siga gobernando, a pesar de que Blair sea el primer ministro.
Otro de los factores que pueden influir en un inesperado tropiezo laborista es el porcentaje de indecisos, que sigue siendo alto en comparaci¨®n con comicios anteriores: un 34% de los votantes todav¨ªa no ha decidido su voto, seg¨²n los sondeos. A estas alturas de la campa?a, ese dato vital era del 27% en las anteriores y del 21% en las generales de 1997.
El sistema electoral (mayoritario) brit¨¢nico divide el pa¨ªs en tantas circunscripciones como esca?os a cubrir y otorga el asiento al candidato que consigue m¨¢s votos, con independencia de que ¨¦stos supongan o no la mayor¨ªa absoluta de los sufragios emitidos. Eso alienta el llamado voto t¨¢ctico, sobre todo el de partidarios liberales que votan laborista porque saben que su candidato no tiene opciones de ganar y quieren evitar as¨ª que se lleve el esca?o un tory, y en menor medida laboristas que votan liberal por esa misma raz¨®n.
Se estima que m¨¢s de un 20% de los votantes potenciales de los liberales-dem¨®cratas votan laborista. Eso puede no ocurrir esta vez, para diezmar en lo posible la mayor¨ªa laborista que pronostican las encuestas.
Vac¨ªo escoc¨¦s
Para acabar con la sobrerrepresentaci¨®n de Escocia en los Comunes, una anomal¨ªa ya sin sentido tras cinco a?os de autonom¨ªa, el n¨²mero de diputados escoceses se ha reducido de 72 a 59. De los 13 esca?os suprimidos, 11 eran laboristas, uno liberal-dem¨®crata y otro de los nacionalistas escoceses. El n¨²mero de diputados en los Comunes es ahora de 646, por lo que la mayor¨ªa absoluta se sit¨²a en 324. Descontados los perdidos en elecciones parciales o en Escocia, los laboristas defienden 403 esca?os, por lo que la p¨¦rdida de 79 esca?os les dejar¨ªa sin mayor¨ªa absoluta.
Pero para que ocurriera eso tendr¨ªa que haber un trasvase de votos (un swing, en la jerga electoral brit¨¢nica) del 6%, porque s¨®lo 80 de sus actuales diputados obtuvieron una ventaja del 12% o inferior frente al segundo m¨¢s votado. De esa lista de 80 candidatos en peligro, cinco ganaron por menos del 1% de los votos, 10 no llegaron al 2%, 23 no llegaron al 5% de ventaja y el 61% no lleg¨® al 10%. Pero entre sus objetivos figuran 30 esca?os que no ganaron por menos del 10% de diferencia.
Los conservadores tienen entre sus objetivos 94 esca?os en los que perdieron por menos del 12%; en 31 de ellos la distancia fue inferior al 5%. Los objetivos de los liberales-dem¨®cratas se centran en 28 esca?os que perdieron por menos del 15%. De ellos, en 22 perdieron por menos del 10%, y en nueve, por menos del 5%. De estos nueve, siete son conservadores, y dos, laboristas.
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