La isla aislada

"Toyota Corolla. Aire acondicionado. Radiocasete. 3.500 euros. Sr. Joan. Tel¨¦fono [y se rese?a un n¨²mero de m¨®vil]". Ese es el letrerito colocado de forma bien visible en el salpicadero en un veh¨ªculo estacionado en la isleta que forma el cruce del Paral.lel con la ronda de Sant Pau. No es el ¨²nico, junto a ¨¦l hay otros tres con sendos letreros que precisan el modelo, la marca y el precio. Otros dos est¨¢n estacionados en el espacio que sirve de separaci¨®n del carril bici del Paral.lel. Igualmente tienen letreros en los que se especifica modelo, precio y tel¨¦fono de contacto, un n¨²mero que se repite en varios de ellos. Los seis ocupan algo parecido a una isla en medio de la zona regulada de ¨¢rea verde que se aplica en Ciutat Vella y Eixample desde el lunes pasado. La calzada que pisan no est¨¢ pintada de ning¨²n color, ni azul, ni verde, ni amarillo. Curiosamente, las plazas de las aceras de ambas esquinas s¨ª est¨¢n reguladas: una en azul y otra en verde. El resto de las isletas de las otras intersecciones del Paral.lel -en las calles de Comte Borrell, Cal¨¤bria, Rocafort y Enten?a-, exactamente iguales que la de la ronda de Sant Pau, se han reconvertido bien en zona azul o en zona verde. La de Sant Pau es la ¨²nica que no se ha seguido el proceso.

"A m¨ª no me han dicho nada y tampoco est¨¢ pintado, as¨ª que puedo aparcar los coches", dec¨ªa una de las personas que aparec¨ªan rese?adas en uno de los carteles. Adem¨¢s, asegur¨® que no incumpl¨ªa ninguna ordenanza municipal porque no hac¨ªa publicidad de la venta de los coches, y emple¨® el argumento -pintoresco- de que en los cartelitos no aparecen las palabras en venta o se vende, que es lo que impiden las ordenanzas que persiguen la actividad comercial en la calle. La de la venta de coches es todo un cl¨¢sico en el Paral.lel y en Sants. El no vendedor a?adi¨® que aparcar en ese punto no supon¨ªa infringir el art¨ªculo 1.057 del c¨®digo interno de la Guardia Urbana. El art¨ªculo en cuesti¨®n se refiere a la prohibici¨®n de estacionar en lugar donde no se permite la parada: "Yo s¨®lo s¨¦ que puedo aparcar, y lo hago. Y no soy el ¨²nico".

Por el contrario, ante la inusitada isla en medio de una regulaci¨®n total, portavoces del Ayuntamiento de Barcelona se?alaron que en esa confluencia en particular est¨¢ prohibido aparcar: "Hay una se?al que lo proh¨ªbe". La se?al no existe. Lo cierto es que desde el lunes pasado, en realidad desde siempre, los coches que se venden en la calle han estado aparcados con toda tranquilidad, y no eran sancionados. Ayer por la tarde, aseguraron los mismos portavoces, s¨ª fueron multados.