Los sondeos dan un tercer mandato a Blair
Los primeros resultados confirman un voto de castigo al laborismo y un avance de los conservadores
Los brit¨¢nicos sometieron ayer a Tony Blair al juicio de las urnas. Los sondeos a pie de urna le otorgaban anoche un tercer mandato, pero a costa de un fuerte voto de castigo que recortar¨ªa sensiblemente su mayor¨ªa. El sondeo conjunto de ITV y la BBC, sin embargo, otorg¨® a los laboristas el 37% de los votos y 356 diputados, 57 menos de los que consiguieron en 2001, pero suficientes para obtener una mayor¨ªa de 66 diputados. Los conservadores, con el 33% y 209 diputados, habr¨ªan visto fracasar su estrategia del miedo pero se habr¨ªan situado por encima de los 200 esca?os que marcan la frontera entre la derrota y el desastre. Los liberales tendr¨ªan un ascenso en el voto, al pasar del 18% al 22%, pero el sondeo les atribuye s¨®lo un esca?o m¨¢s de los 52 que obtuvieron en 2001.
La mayor decepci¨®n es para los liberales, que, seg¨²n el sondeo, s¨®lo ganan dos diputados
La BBC otorga a los laboristas el 37% de los votos, por el 33% de los conservadores
Los sondeos a pie de urna son particularmente arriesgados en las elecciones brit¨¢nicas, en las que los esca?os se atribuyen en circunscripciones muy peque?as, de unos 70.000 electores, y es muy dif¨ªcil proyectar un reparto de esca?os fiable. En 1992 atribuyeron una clara victoria a los laboristas de Neil Kinnock pero acabaron ganando los tories del primer ministro John Major.
El sondeo de BBC / ITV coincide en gran medida con los vaticinios de estos ¨²ltimos d¨ªas, que daban por seguro un triunfo incluso holgado del laborismo. Pero los escasos resultados oficiales que hab¨ªan sido proclamados al cierre de esta edici¨®n hac¨ªan pensar en un considerable trasvase de votos del laborismo hacia los conservadores y sobre todo hacia los liberales-dem¨®cratas. A la dos de la madrugada (las tres en Espa?a) se hab¨ªan atribuido 167 de los 646 esca?os del Parlamento, de los que 134 fueron a los laboristas, 16 a los conservadores, 12 a los liberales, y 5 a otros. Los conservadores dieron un serio aviso de que la noche pod¨ªa deparar sorpresas al ganar limpiamente el esca?o de Putney, en el sur de Londres, donde los laboristas hab¨ªan obtenido hace cuatro a?os una considerable ventaja del 8%. Fue la primera circunscripci¨®n marginal que cambiaba de manos y la primera lucha codo a codo entre tories y laboristas. En Blackburn, el laborista Jack Straw fue reelegido con 17.562 votos, el 42% de los emitidos (baj¨® 12 puntos respecto a 2001); el ex embajador Craig Murray, que aspiraba a desbancarle, obtuvo s¨®lo 2.082 votos, el 5%.
La organizaci¨®n electoral brit¨¢nica est¨¢ muy descentralizada. Cada una de las 646 circunscripciones (ayer s¨®lo se vot¨® en 645 por la muerte del candidato liberal en Staffordshire Sur, en poder de los conservadores, donde se aplaz¨® la votaci¨®n) es responsable de la organizaci¨®n de los comicios y el recuento de votos, por lo que no hay datos globales de participaci¨®n. Algunas estimaciones, sin embargo, apuntaban a una subida de m¨¢s de 10 puntos respecto al 59% de hace cuatro a?os. El espectacular aumento de peticiones para votar por correo (6,5 millones de solicitudes, cuatro veces m¨¢s que en 2001) es tambi¨¦n un s¨ªntoma de que la participaci¨®n acabar¨¢ superando -quiz¨¢s con holgura- el escu¨¢lido dato de hace cuatro a?os. Los liberales-dem¨®cratas detectaron "una participaci¨®n muy alta", aunque no ofrecieron cifras concretas.
Tony Blair vot¨® poco antes de las nueve y media de la ma?ana en su feudo de Sedgefield, al noreste de Inglaterra. Como siempre, los Blair atravesaron andando y ante las c¨¢maras los prados que conducen al Trimdon Colliery Community Centre. El primer ministro estaba acompa?ado de su esposa, Cherie, y dos de sus cuatro hijos, Euan y Nicky.
El primer ministro anunci¨® el a?o pasado que ¨¦stas ser¨¢n sus ¨²ltimas elecciones como candidato laborista, aunque entonces precis¨® que esperaba completar su mandato si era reelegido. Pero, lastrado Tony Blair por la p¨¦rdida de popularidad que ha sufrido tras una legislatura dominada por la guerra de Irak, el laborismo ha tenido que echar mano de Gordon Brown para contrarrestar los fuertes ataques de conservadores y liberales al primer ministro. Los tories han sido especialmente duros al situar la integridad personal de Blair en el centro de su campa?a. Aunque siempre a contracorriente, incapaces de dominar la agenda de una campa?a que hubieran querido hacer girar en torno a la econom¨ªa, el Partido Laborista ha acabado por desarbolar la estrategia conservadora, pero al precio de hacer calar la sensaci¨®n de que la sustituci¨®n de Tony Blair por Gordon Brown ya no es s¨®lo un deseo y una necesidad personal de este ¨²ltimo, sino algo inevitable, que ocurrir¨¢ m¨¢s tarde o m¨¢s temprano.
El calendario de la sucesi¨®n est¨¢ en manos de los electores. Si la mayor¨ªa se queda en torno a los 60 o 70 diputados apuntados por los sondeos ser¨¢ calificada de fuerte voto de castigo pero una mayor¨ªa manejable para Blair. Si baja sustancialmente de los 60 diputados puede acabar acelerando la sucesi¨®n a favor de Brown.
El futuro del conservador Michael Howard, que vot¨® a primera de la tarde en Hythe, en la costa suroeste del pa¨ªs, junto a su esposa, Sandra, y su hija Larissa, es tambi¨¦n incierto. Howard ha realizado una discutible campa?a basada en el fomento del miedo a la inmigraci¨®n y el descr¨¦dito personal de Blair. Sus propuestas de fijar un l¨ªmite a la entrada de inmigrantes econ¨®micos provoc¨® cr¨ªticas de varios responsables empresariales en un pa¨ªs con una productividad inferior a la de sus competidores europeos y que basa su competitividad en los bajos salarios. Y son los inmigrantes quienes aceptan los empleos peor pagados del pa¨ªs. Anoche no parec¨ªa que los conservadores pudieran dar la vuelta a los pron¨®sticos, pero Howard podr¨ªa haber conseguido un n¨²mero bastante superior a los 200 diputados, el m¨ªnimo aceptable.
El liberal Charles Kennedy vot¨® en Fort William, en Escocia, junto a su esposa, Sarah. Su partido, que en 2001 obtuvo el 18% de los votos y 52 esca?os, esperaba alcanzar un porcentaje de voto de entre el 22 y el 25% y entre 65 y 75 esca?os, aunque los sondeos rebajaban anoche esas expectativas. Su oposici¨®n a la guerra de Irak les ha situado en muy buena posici¨®n para captar el voto protesta de los votantes laboristas desencantados con Tony Blair. Lastrados por un sistema electoral que prima al partido m¨¢s votado en cada circunscripci¨®n, los liberales tienen una oportunidad ¨²nica para crecer a costa del desencanto laborista y la aparente esclerosis de los conservadores. Pero contra ellos juega precisamente su imagen de partido-protesta y el lastre inmenso de que llevan 80 a?os alejados de las responsabilidades de Gobierno.
![Tony Blair, su esposa, Cherie, y sus hijos Euan (a la izquierda) y Nicky se dirigen al colegio electoral de Trimdon.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6MMBUDDY6SO4MJSUBBUNIX5VCQ.jpg?auth=26209c74674fb094b80c215af93d21ee37378ec18fbeb6b51ce8eae5aac0aff6&width=414)
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