Huelga por una oreja

Una huelga de hambre de 21 d¨ªas, con sus 21 noches, hace ahora un a?o, le ha servido a Miguel Calpe para debutar en Valencia. Reivindicaci¨®n a la antigua usanza, que en cierto modo aprovech¨®. Dos faenas de voluntad, de actitud, con un fondo de buen concepto. Pero, tambi¨¦n, dos trabajos de oficio muy entre alfileres. A sus dos novillos los tore¨® Calpe con variedad con el capote, aunque en el cuarto hubiera menos lucimiento. Las tres largas de rodillas con las que salud¨® al primero fueron tarjeta de visita de su voluntad. Una primera faena de r¨¢fagas, vertical casi siempre, qued¨® reducida por un feo y trasero bajonazo. Encontr¨® mejor las distancias con la derecha, m¨¢s aturullado cuando manej¨® la izquierda. A favor de corriente, cont¨® con muchos partidarios en el tendido, la gran voluntad que puso en el cuarto super¨® el acierto. Esta vez hubo dignidad al matar y el espadazo final le facilit¨® el premio.

En una novillada mansita, noble pero con posibilidades, no pudieron saldar en positivo ni Alejandro Rodr¨ªguez ni Sergio Cerezos. Aunque con una clara diferencia a favor del segundo. En ¨¦ste, Rodr¨ªguez salud¨® con dos faroles de rodillas. En la muleta se puso demasiado cerca. Un poco de agobio. No remat¨® faena, que pareci¨® quedarse a mitad. S¨®lo intent¨®. En el quinto tampoco logr¨® ordenar, aunque en esta ocasi¨®n dibujara aceptables derechazos. Con todo, una faena salpicada. Emborronada con un desarme y algunos enganchones.

Sergio Cerezos no orden¨® sus ideas ni en el tercero ni en el sexto. En este caso la voluntad sirvi¨® de poco. Muy embarullado, tanto en el tercero como en el ¨²ltimo. Con la espada, un mitin: coleccion¨® hasta cuatro avisos.