Arc¨¢ngel Zapatero
La vida pol¨ªtica del paisito se degrada. No somos una democracia consolidada. No, no lo somos. Espa?a y Europa nos mantienen. Lo m¨¢s parecido a nosotros ha sido M¨¦xico con el partido monopolista del PRI, gobernando desde los cuarenta y hoy en fase de derribo con un alt¨ªsimo coste. Veinticinco, casi veintis¨¦is a?os de PNV es mucho tomate: de los usos cotidianos a las clientelas y la econom¨ªa intervenida. La alternancia, junto a la eliminaci¨®n de ETA, es nuestra prioridad (lo dijo Aldaketa con escaso eco). No tienen parang¨®n, cierto. Pero la alternancia resulta igualmente esencial para consolidar nuestras maneras democr¨¢ticas. Sin embargo, ya nos anuncia Erkoreka que har¨¢n migas con el PSOE con tal de seguir. Estar. Permanecer. Medrar. Controlar. Puede que est¨¦ en la naturaleza de todo partido, pero algunos, s¨®lo algunos, lo consiguen; ah¨ª est¨¢ la diferencia.
El PNV (ELA-berri) lo hac¨ªa ya en los duros a?os del franquismo con las ikastolas que manejaba. Los rojos, que en lugar de empresas ten¨ªan t¨ªtulos de magisterio, se sent¨ªan igualmente legitimados en su lucha antifranquista y por el euskera, y ejerc¨ªan su profesi¨®n. La guerra en las ikastolas fue cruenta. Fue un infierno en los 60-70. Natxo de Felipe, antes de ser Oskorri, hizo aquella canci¨®n sobre Adela geuria, llorando la muerte de una madre soltera y andere?o en el contexto de aquellas siniestras peleas.
Por otro lado, el PNV ha burocratizado las ideas de Kizkitza y Axe: frente a las referencias al Sinn Fein (acci¨®n violenta) que proced¨ªan de Gudari, ellos propon¨ªan influir en los sentimientos, los colectivos y en la transformaci¨®n de las instituciones hasta hacerlas parte de la "comunidad nacional". Hay dos modos de hacerlo: por convicci¨®n o por intervenci¨®n. El PNV opt¨® por la intervenci¨®n m¨¢s directa ya en los setenta. Son los hechos. Pero queda el saber afrontarlos.
Uno ha conocido ¨¢ngeles ca¨ªdos. Incluso ha simpatizado con ellos; en realidad, resultan muy humanos. Pero, ?qu¨¦ hacer con alguien que cae de la tierra al cielo, como ocurre con nuestro actual presidente Zapatero? ?Qu¨¦ hacer con quien abandona todo, ignora los olores, las durezas y sinsabores de esta tierra para caer en la nada del cielo? ?C¨®mo tratar ese fen¨®meno? Zapatero, no s¨¦ cu¨¢ndo, cay¨® desde la tierra al cielo. Es ya un alado. ?C¨®mo tratar a un alado? Lo ignoro.
Recibe a un candidato, Ibarretxe, en recepci¨®n oficial como si fuera nuestro representante. Y a su subalterno Patxi L¨®pez, aspirante a ser nuestro lehendakari, le hace acudir a rendir cuentas en cuanto termina sus contactos en el paisito. No entiendo a los alados. Menos, si tienen una cara sonriente siempre y consideran que la vida no es un drama sino ?una farsa?. Ignoro todo al respecto. Desde luego no es La melancol¨ªa de Durero, en que un ser alado, rodeado de todas las cosas concretas, mira el pasado (la izquierda) con la mirada incisa y el rostro oscurecido, prueba de genialidad y creatividad. Ni es el Angelus Novus de Paul Klee y Walter Benjamin, ¨¢ngel-historia que vuela de espaldas sin contemplar lo que va destrozando a su paso. No, Zapatero no pertenece a ese g¨¦nero: ni es genial ni un canalla. Y, ?qu¨¦ es?
De entrada, desleal a Rajoy, a quien mantiene al margen del sentido de su aleteo. (El pobre Rajoy debe sobrevivir a la ingenuidad zapateril y a la insidia aznarista.) Zapatero olvida el pacto antiterrorista; irrita a la dolorida madre de Pagaza. Descuida las maneras democr¨¢ticas recibiendo a Ibarretxe y haciendo entrar por la puerta de servicio a Patxi-lehendakari. Y presenta una absurda resoluci¨®n al Congreso para que le d¨¦ permiso para hablar con la banda del Tempranillo. (Perdona, Xabier, que te haya robado esta idea.) Eso se hace, se amarra, y luego, si viene al caso, se da cuenta. ?Nunca crear un cisma entre dem¨®cratas por ello!
?O fue quiz¨¢ una exigencia del aparato-PNV? Me da que la cosa va por ah¨ª. De momento, est¨¢ bloqueada la elecci¨®n de la Mesa del Parlamento vasco. Pero un emisario del alado, Rodolfo Ares, ya propone negociar entre el PSE y el PNV esa mesa. Renunciemos a cualquier alternancia. ?Patxi-juguete? No, no entiendo a los asexuados seres alados que un d¨ªa cayeron de la tierra al cielo.
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