Pase lo que pase, gana Sarkozy
La derecha gubernamental francesa paga la escasa credibilidad pol¨ªtica de Chirac
El presidente Jacques Chirac ya ha dejado claro que seguir¨¢ en su puesto hasta finalizar su mandato en 2007, tanto si gana el s¨ª como si los franceses rechazan el Tratado Constitucional europeo el pr¨®ximo domingo. Lo que ya no est¨¢ nada claro es saber si volver¨¢ a presentarse para un tercer mandato. La campa?a de la Constituci¨®n europea ha puesto en evidencia la escasa credibilidad pol¨ªtica y la levedad del legado de Chirac. En cuanto al primer ministro Jean-Pierre Raffarin, tiene fecha de caducidad desde hace tiempo: la del refer¨¦ndum.
Todas las encuestas indican que la mayor¨ªa gubernamental ha hecho los deberes, al menos en lo que se refiere a su clientela; los votantes de centroderecha se pronunciar¨¢n mayoritariamente en favor de la Carta Magna. Tambi¨¦n muestran que el voto negativo ser¨¢ un voto contra Chirac, contra los 10 a?os de su mandato, contra su incapacidad para encabezar y proponer un cambio hacia un modelo social que saque a Francia del estancamiento, evidenciado en un desempleo estructural y un crecimiento raqu¨ªtico. Ese voto negativo es, b¨¢sicamente, un voto de izquierdas. La balanza se inclinar¨¢ a un lado u otro en funci¨®n del comportamiento de los votantes socialistas. Si gana el s¨ª ser¨¢ gracias al ¨²ltimo esfuerzo de la c¨²pula del Partido Socialista. Si gana el no habr¨¢ que atribuir el fracaso a Chirac y su Gobierno.
El pr¨®ximo lunes, ?quien querr¨¢ gestionar el resultado del refer¨¦ndum desde el H?tel Matignon? Se vislumbran muchos nombres de fieles chiraquistas: el brillante Dominique de Villepin, la potente Mich¨¨le Alliot-Marie o el protegido Michel Barnier, entre otros. Pero el futuro l¨ªder de la derecha est¨¢ muy claro desde hace tiempo: Nicolas Sarkozy. La campa?a del refer¨¦ndum constitucional no ha hecho m¨¢s que reforzar su posici¨®n. Sarkozy ocup¨® varios ministerios importantes en el Gobierno Raffarin y en diciembre se convirti¨® en presidente de la gobernante Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP). No esconde su ambici¨®n de acceder a la presidencia de Francia en 2007.La primera contradicci¨®n de la campa?a es el hecho de que quien convoc¨® el refer¨¦ndum, sin que ninguna exigencia legal le obligara, fue Chirac, que no crey¨® nunca en el proyecto europeo. "Chirac no es el l¨ªder natural del s¨ª, porque no es europe¨ªsta, no lo fue nunca", asegura el polit¨®logo Pascal Perrineau. En la derecha francesa "los aut¨¦nticos europe¨ªstas son muy pocos", a?ade, "y pertenecen casi todos a la vieja guardia de Valery Giscard d'Estaing".
Ideol¨®gicamente, Chirac est¨¢ m¨¢s cerca del euroesc¨¦ptico Philippe de Villiers, l¨ªder soberanista que hace campa?a por el no. Y si Chirac no es cre¨ªble, menos lo es su primer ministro Jean-Pierre Raffarin, cuya popularidad roza m¨ªnimos hist¨®ricos. Sarkozy, en cambio, es cre¨ªble. No s¨®lo lo es para los suyos sino tambi¨¦n para quienes desde la izquierda lo ven llegar como un peligro, como el hombre que est¨¢ dispuesto a cambiar el modelo social franc¨¦s.
En las ¨²ltimas semanas Sarkozy se ha involucrado en la campa?a. Ha tenido que acudir a las reuniones organizadas por Raffarin y ha acudido a m¨ªtines con miembros del Gobierno. Pero el domingo pasado, anul¨® una intervenci¨®n en la cadena de televisi¨®n TF1 con la excusa de que estaba cansado.La emisora France Inter suger¨ªa "problemas familiares relacionados con su esposa Cecilia". Le Monde era m¨¢s discreto y hablaba de "dificultades personales". El propio Sarkozy sali¨® a desmentirlo todo. "No hay que inquietarse por mi cansancio", dijo, y no hay que hablar de "mis problemas familiares". "Respeten a mi familia", a?adi¨® secamente.
Fran?ois Bayrou, el jefe de la democristiana Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF), el ¨²nico partido abiertamente europe¨ªsta de la mayor¨ªa gubernamental, se?al¨® el origen de los problemas de Sarkozy. "Ha hecho una campa?a demasiado liberal", dijo, "y esto juega a favor del no". Daba en el clavo. Fuentes de la UMP reconocieron que en el m¨¢s que probable escenario de una victoria del no, Sarkozy tendr¨¢ que defenderse de haber sido uno de los causantes de la cat¨¢strofe por haber defendido un s¨ª demasiado liberal.
Porque el t¨¦rmino liberal casi se ha convertido en un insulto, el gros mot de esta campa?a. En el campo del no de izquierdas se repite machaconamente que el Tratado Constitucional abre la puerta al "liberalismo anglosaj¨®n", a las deslocalizaciones, al desmantelamiento de los servicios p¨²blicos y entierra el modelo social franc¨¦s. Para Pascal Perrineau, esto muestra que en Francia hay un miedo total al cambio. "El problema no consiste en negarse a cambiar y resistir, conservar a toda costa lo que queda de la excepci¨®n francesa. El problema", a?ade, "es que esto no sucede s¨®lo en la izquierda, sino tambi¨¦n en la derecha". "Chirac defiende la Constituci¨®n asegurando que nos proteger¨¢ contra el liberalismo norteamericano".
Los del no est¨¢n contra la Constituci¨®n porque quieren que no cambie nada y Chirac les dice que voten s¨ª porque ser¨ªa la manera de que nada cambie. Sarkozy no miente, anuncia cambios y asegura que el futuro de Francia se tiene que jugar en el campo de la competitividad, en el marco de una Europa fuerte. En el campo chiraquista le odian y le temen. Pero la semana que viene el ¨²nico dilema ser¨¢ si Chirac intenta quemarle nombr¨¢ndole primer ministro, con el riesgo de que a¨²n se haga m¨¢s fuerte, o lo deja fuera, inc¨®lume, con la maquinaria del partido en sus manos.
![Una mujer pasea ante carteles a favor y en contra de la Constituci¨®n europea, ayer en la ciudad de Lille.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QSOXJB47474BFNYUFOXKTYFL7U.jpg?auth=6f480b1013f318fc35f4750e68f48bfd08a6ecf1e35a50cb78da608a46acd2b9&width=414)
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