Alzheimer: el olvido

Hace ocho a?os que mi padre sufre Alzheimer. Al primer neur¨®logo que lo trat¨® se le olvid¨® durante tres a?os el diagn¨®stico precoz y prescribirle el tratamiento id¨®neo. Ya mi padre olvidaba d¨®nde pon¨ªa las cosas y sus recuerdos se iban borrando. El siguiente neur¨®logo, un gran profesional, acert¨® en el diagn¨®stico y le recet¨®, olvid¨¢ndose de lo costosa que era para el SAS, la medicina que fren¨® su vertiginoso deterioro.

El personal sanitario pareci¨® haber olvidado qu¨¦ centros especializados hab¨ªa para los cuidados, la psicoestimu-laci¨®n o el descanso de cuidadores. Averig¨¹¨¦ que hab¨ªa pocos y todos, p¨²blicos o privados, con un coste que mi familia no pod¨ªa sostener. Al final lo apuntamos a la Asociaci¨®n de Familiares de Alzheimer, pagando, hasta que, dado su estado, tuvimos que quitarlo y contratar una asistenta y otros servicios que, si descontamos sus costes de la pensi¨®n, dejan a mis padres con unos 170 euros al mes para "vivir".

Con el tiempo, el olvido se fue haciendo m¨¢s doloroso. Yo intentaba olvidar y mirar hacia el futuro con, tal vez, ingenuo optimismo; pero, con el tiempo, comprob¨¦ que el Alzheimer no olvidaba su macabra tarea y hundi¨® a mi padre en la fase final; la de olvidar la ilusi¨®n por vivir.

As¨ª, en lo m¨¢s duro y cruel del mal, vi como en su Centro de Salud se olvidaban de cumplir sus obligaciones con pacientes de este tipo. Olvidaron lo que dicta el Plan Andaluz de Alzheimer y, por eso, no consigo olvidar las broncas, entrevistas y llamadas que tuve que hacer para verlo debidamente atendido. A la consejera y a otros altos cargos del SAS se les olvid¨®, ya aprobado el mencionado Plan, que deb¨ªan poner medios y actuar eficazmente para que los Centros de Salud y sus profesionales asuman los compromisos adquiridos. ?D¨®nde est¨¢n los programas Pas, Fia, Conecta, Pasa, Eres, For, Vivo, Escucha,...? ?Palabrer¨ªa y olvido.