Jand¨ªa, la playa superlativa
Una pen¨ªnsula con espacios protegidos y 150 kil¨®metros de litoral
En la pen¨ªnsula de Jand¨ªa, casi en su totalidad un inmenso parque natural protegido que ocupa el extremo suroccidental de Fuerteventura, predomina lo grande. Se encuentra en el municipio de P¨¢jara, el de mayor extensi¨®n de las Canarias, con 383 kil¨®metros cuadrados, y el de mayor litoral de toda Espa?a, con 150 kil¨®metros, de los que 70 son de playas. Adem¨¢s, la Crester¨ªa de Jand¨ªa, la sierra que domina la pen¨ªnsula, se eleva hasta el punto m¨¢s alto de Fuerteventura, el pico de la Zarza. A la costa norte y a las dos inmensas playas de Barlovento y de Cofete -en realidad, una sola extensi¨®n de arena dorada de 12 kil¨®metros de largo- se llega por una pista de tierra que rodea la sierra. El cambio de nombre se produce a la altura del roque del Islote, un farall¨®n que en marea alta queda separado de la playa. Junto a ¨¦l se encuentra una peque?a ensenada que es el mejor lugar para ba?arse, aunque es peligroso porque las dos playas est¨¢n a merced del alisio y el mar bate con fuerza. Cofete fue el primer asentamiento que hubo en Jand¨ªa. En un principio, sus habitantes se dedicaban al pastoreo de cabras (Jand¨ªa tuvo la mayor caba?a caprina de Canarias) y a la pesca, pero hoy casi todos trabajan en el sector tur¨ªstico de la costa sur.
Cerca de Cofete llama la atenci¨®n una gran casa cuyo mirador domina las dos playas. Es la mansi¨®n de los Winter. La mand¨® construir un ingeniero alem¨¢n que compr¨® Jand¨ªa (?toda la pen¨ªnsula!) para convertirla en una explotaci¨®n agr¨ªcola de vanguardia. Muri¨® sin haberlo conseguido, y se vendieron tierras y mansi¨®n. Esta ¨²ltima, que parece sacada de Rebeca o de La muerte y la doncella, dio lugar a varias leyendas relacionadas con la II Guerra Mundial. Una cuenta que la casa sirvi¨® de estaci¨®n de paso para algunos oficiales nazis que hu¨ªan a Latinoam¨¦rica. Otra afirma que Cofete fue una base de aprovisionamiento para submarinos alemanes, a los que se suministraban v¨ªveres y combustible desde la mansi¨®n de los Winter. Aunque ninguna de las dos se ha confirmado, basta con acercarse al paraje para entender que son veros¨ªmiles, y es que hay paisajes que piden a gritos un misterio.
La costa sur de Jand¨ªa es otro cantar. Aqu¨ª no hay leyendas originadas en el sue?o de la industrializaci¨®n agr¨ªcola, sino realidades cimentadas en el desarrollo tur¨ªstico. Ya fuera del espacio protegido del parque natural se suceden playas de arena muy fina que sirven a este neodesarrollismo. La oferta de ocio, adem¨¢s del ba?o, que es fuera de serie, pasa por el buceo, la vela, el voley playa, el kitesurf o el rey de Fuerteventura, el windsurf.
Tel¨²rica y posmoderna
La orograf¨ªa del sur ayuda. Los valles se suceden uno tras otro, perpendiculares al litoral. En los ¨²ltimos diez a?os, el nuevo boom tur¨ªstico ha hecho que las torrenteras de la sierra alumbraran complejos de apartamentos, hoteles y urbanizaciones de villas. De hecho, las gr¨²as de construcci¨®n, junto con los desmontes y los viaductos de la nueva autov¨ªa, forman parte integral de este paisaje tel¨²rico y posmoderno, hom¨¦rico y kitsch.
Morro del Jable, la capital de Jand¨ªa, resume el fen¨®meno. En el puerto, junto al modern¨ªsimo Jetfoil que une Fuerteventura con Gran Canaria en una traves¨ªa de 90 minutos, todav¨ªa recalan humildes barcos de pescadores; junto a los muelles a¨²n hay tascas pared con pared con los t¨ªpicos restaurantes de fast-food internacional de la aldea global.
Y, claro, lo mismo puede decirse de los n¨²cleos tur¨ªsticos que jalonan toda la costa, desde la playa de Sotavento, con sus inmensas pozas y sus casi 300 metros de anchura en bajamar, hasta las de Matorral, Juan G¨®mez y Las Pilas, pasando por la de Mal Nombre y la de Butihondo. Entre el paisaje de los valles, de una esencia precaria y lunar, y los fondos turquesas y celestes del mar se alzan los m¨¢s tem¨¢ticos hoteles: desde el neorrom¨¢nico hasta el andaluz, y desde el canario-C¨¦sar Manrique hasta jardines colgantes de Babilonia.
El show de la globalizaci¨®n desembarca en pleno desierto como Pedro por su casa. Ahora bien, hay cosas que nunca cambian: las noches recuerdan al viajero por qu¨¦ astr¨®nomos del mundo entero sue?an con observar las estrellas desde esta esquina del planeta. Alguno intentar¨¢ dar con Andr¨®meda o la Osa Mayor mientras la brisa mece las palmeras y la luna en el mar riela. Si es capaz de imaginarse Las Vegas con unas playas soberbias, la fuerza de una tierra matusal¨¦nica y sin m¨¢quinas tragaperras, llegar¨¢ a Jand¨ªa.
Fernando Castanedo es autor de Triunfo y muerte del general Castillo (Pretextos, 1999).
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GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar- Vuelos directos desde Madrid todos los d¨ªas con Iberia (902 400 500; www.iberia.com), Air Europa (902 401 501 www.aireuropa.com) y Spanair (902 92 91 91 www.spanair.com) a partir de 176 euros. Binter Canarias vuela a diario entre Fuerteventura, Gran Canariay Tenerife.Informaci¨®n- Turismo de Fuerteventura (www.fuerteventuraturismo.com;928 53 08 44).- Ayuntamiento de P¨¢jara (www.rcanaria.es/pajara/pajara_old/)
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